José Oller, el armador de la bucería de los Pinel
- Stanley Heckadon-Moreno (opinion@epasa.com)
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Entrevisté a José Oller Navarro en marzo de 1976. Tenía 94 años y una mente muy lúcida. Sus parientes, las Oller, me dijeron que había ...
Entrevisté a José Oller Navarro en marzo de 1976. Tenía 94 años y una mente muy lúcida. Sus parientes, las Oller, me dijeron que había ...
Entrevisté a José Oller Navarro en marzo de 1976. Tenía 94 años y una mente muy lúcida. Sus parientes, las Oller, me dijeron que había sido "el armador" de la bucería de perlas de los hermanos Pinel, una de las mayores armadas perleras del Istmo, a fines del siglo XIX e inicios del XX. "Armador", viejo término de la marinería que se refiere a quien arma o prepara una embarcación para una expedición.
Vivía a una cuadra de la Plaza de Santa Ana. En la iglesia de Santa Ana, lo bautizaron. Al amanecer y al atardecer, las conchas de madre perla incrustadas en ambas cúpulas de la vieja iglesia brillan. Conchas de nácar obsequiadas a la colonial iglesia por los dueños de las armadas de la bucería en agradecimiento de una exitosa campaña de pesca.
La casa de José era de tres altos, esquinera con Avenida B, justo cuando emprende la bajada de Salsipuedes. Sus balcones miraban la plaza de la Lotería y el edificio de gruesas paredes que albergó la Policía Secreta y luego el Deni. Al otro lado de Avenida B, bajaba El Callejón de El Ñopo hasta el gran edificio repleto de vendedores de productos del campo y del mar con su letrero en letras rojas "Mercado Público". A su costado estaba el muelle fiscal, atracadero de las embarcaciones de la navegación costanera que llevaban y traían carga y pasajeros entre la capital y caseríos del golfo de Panamá y Darién. Muelle por el cual se descargaron miles de sacos de concha de madre perla que luego el tren llevaba a Colón para embarcarlos al exterior.
A medianoche por las calles y callejones del mercado comenzaban a estacionarse las chivitas gallineras del interior, camiones de Veraguas y Chiriquí con cargas de plátanos, maíz, pipas y pifá. Era el barrio de cantinas como "La Bocatoreña", "La Chucu Chucu", "La Maracaibo Oriental" y "La Mayor", amanecedero de marineros, camioneros y campesinos.
Nació José en la isla de Taboga, 1882. Fue un año de calamidades. Ese verano se secó el chorro de El Chorrillo que bajaba de Cerro Ancón y abastecía de agua Panamá. Los notables convocados a estudiar la crisis dijeron que obedecía a las lluvias tardías, pero más a la deforestación. Durante la colonia fue prohibido talar sus bosques, no así tras la independencia. La sequía afectó los pozos de Coco Verde, Casita Blanca y Marañón. Luego siguieron el terremoto y el tsunami.
"...EL ARMADOR" DE LA BUCERÍA DE PERLAS DE LOS HERMANOS PINEL, UNA DE LAS MAYORES ARMADAS PERLERAS DEL ISTMO, A FINES DEL SIGLO XIX E INICIOS DEL XX. "ARMADOR", VIEJO TÉRMINO DE LA MARINERÍA QUE SE REFIERE A QUIEN ARMA O PREPARA UNA EMBARCACIÓN PARA UNA EXPEDICIÓN.
La noche del 7 de septiembre, una violenta sacudida agrietó la tierra e hizo caer una torre de la Catedral y causó graves daños a casas y edificios en Panamá, Colón, la línea del ferrocarril de Panamá y los campamentos del canal francés. En su epicentro, el golfo de San Blas, una gigantesca ola barrió los caseríos del archipiélago habitado por los gunas. Dos meses después a la capital llegó un guna con la noticia de que la gran ola había ahogado más de 300 personas. Hasta hoy el tsunami que más vidas ha cobrado en el Istmo.
En el exterior ardía la guerra del Pacífico entre Chile, Perú y Bolivia. Por Panamá cruzaban las armas que en Europa compraban ambos bandos. Los cónsules de los beligerantes en el Istmo con frecuencia reclamaban a Bogotá impedir al ferrocarril de Panamá que trasegara armas del extranjero. Retomemos los recuerdos de José, armador de los Pinel.
"Yo nací en Taboga, por coincidencia, en 1882. Yo nací allá por el fuerte temblor que hizo ese año. Residíamos frente a la Plaza de Santa Ana. Allí vivía mi padre, que era cubano constructor de barcos de vela, junto con otros dos cubanos. Ellos llegaron aquí exiliados de la primera guerra de independencia de Cuba, 1868. Empezó en el 1868 y terminó en el 78".
"En el temblor varias casas se agrietaron. Yo nací en diciembre y el temblor fue en septiembre y mi mamá se fue para Taboga, donde nací. Allí estuve hasta los cinco años. Allá tuvo mi papá una especie de escuela de carpinteros de ribera. Me bautizaron en la iglesia de Santa Ana. A los ocho años ingresé a la escuela pública de varones de Santa Ana. Hice cuatro años porque solo había cuatro años. Luego ingresé en el colegio de los padres escolapios que tenía su colegio anexo a la iglesia de San Francisco, frente al Parque de Bolívar. Allí estuve dos años y medio. Tuvo que cerrar ese colegio por la Guerra de los Mil Días".
"Durante la guerra me quedé en la ciudad trabajando. Cuando tenía 14 años entré a trabajar con los Pinel. Trabajando con ellos entré al colegio de los padres escolapios. Trabajaba mediodía, de mensajero de la casa de Pinel, por la tarde iba a la escuela".
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