Anécdotas
José Brandao, dos dones que Dios dio a Macaracas
- Stanley Heckadon-Moreno/opinion@epasa.com/
“Decía la gente que Dios le dio a Macaracas dos dones, el río La Villa y el cerro de El Común. El río por sus aguas en esta región de veranos duros y el cerro de El Común por sus bosques. El Común era un terreno de por lo menos cien hectáreas, un cerro alto que no servía pá la agricultura. Siempre fue de la nación, aunque pá el beneficio de varios corregimientos. El señor Murrillo, concejal, una vez tuvo que ir a defenderlo de gente que quería tumbar la madera para comercializarla.”
En 1976 estudiaba la pobreza rural en la península de Azuero para el Ministerio de Planificación. Específicamente, los cambios que afectaron al campesinado tras separarse Panamá de Colombia, 1903, y construirse el canal, 1904-14.
Mucha documentación histórica había desaparecido de los archivos tanto en las gobernaciones como las alcaldías. Ello por la agresividad del clima tropical, la voracidad de insectos y hongos y la incuria humana. Esto me obligó a entrevistar informantes confiables, conocedores de las historias locales.
Varios me recomendaron a José Brandao, maestro rural y ganadero de Macaracas. Con hospitalidad santeña me recibió en su casa respondiendo, con humor y paciencia, mi cuestionario.
Hablamos de cómo pasaron las tierras comunes a ser privadas, de la escasez de montes para las rozas y del sistema de medias para obtenerlos, de la ganadería, la ayuda mutua y el liderazgo rural.
Primero me contó este pasaje. “Decía la gente que Dios le dio a Macaracas dos dones, el río La Villa y el cerro de El Común. El río por sus aguas en esta región de veranos duros y el cerro de El Común por sus bosques. El Común era un terreno de por lo menos cien hectáreas, un cerro alto que no servía pá la agricultura. Siempre fue de la nación, aunque pá el beneficio de varios corregimientos. El señor Murrillo, concejal, una vez tuvo que ir a defenderlo de gente que quería tumbar la madera para comercializarla.”
“Aquí había monte libre, el Monte del Colmón o del Común, que le decían. Eran montes para el beneficio común. De aquí se aprovisionaban de madera, palo de cedro amargo pá las casas, bejuco de mariquita y negrita que sirven pá amarrar cercas y hacer motetes. Las leñas pá los fogones se sacaban de El Colmón. Se pasó una ley prohibiendo la adjudicación de esas tierras, ya que hubo gente que las quería encerrar. La ley se pasó cuando el Dr. Porras.”
José recordaba el tiempo de las tierras y sabanas comunes, donde pastaban los ganados de los vecinos de cada pueblo. Cada sabana dividida en pastaderos, bebederos y sesteaderos comunes.
“La gente era poca y vivía en caseríos pequeños. Habían muchas tierras libres, en el Guabo, la Huaca, Rincón Hondo y cerca y alrededor del pueblo. Aquí el sistema de la tierra era que cada cual tenía lo suyo. Había monte libre, no había el interés de tierra de ahora. Había mucho monte libre, hasta el año 25 y el 32.”
“Cuando el periodo de mi papá y mi abuelo había gana'o, pero poco. Los agricultores de modestos recursos tenían unas cuatro o cinco vaquitas que andaban sueltas por ahí, pues había mucho pasto libre.”
”Eso se fue acabando por la explosión demográfica y gente que vino de afuera. Cambió el valor de la tierra cuando construyeron la carretera del cruce de Sabana Grande a Macaracas, 1948. Campodónico era el ganadero más grande entonces y tenía 200 cabezas. Como los ganaderos grandes fueron encerrando los montes comunes, los pajonales, les convenía ir ensanchando los potreros buscando agricultores para ir a medias.”
“Las medias había, pero no era muy pronunciado. Lo que ha venido a surgir las medias es la escasez de tierra. Si yo tenía poca tierra con monte pá las rozas, la guardaba y le pedía las medias al Señor Brandao, que tenía más.”
“Se principió que solo se le pedía al que recibía las medias, que lo dejara sembrado en pasto. Las medias en gana'o nunca fue intenso porque había poco gana'o. La media en gana'o, no se daba. Eso vino con la sequía grande del 23. Yo vi que la gente decía ‘homb'e no me puede traer ese par de vacas porque no me cabían en la carreta. Llévatelas antes que se mueran’. Los Santos y Guararé fueron los más afectados por la sequía y allí se da las medias más fuerte, por la escasez de pasto. Cuando vino el auge de la leche, muchos ganaderos buscaron pasto de verano en Tonosí. ”
“Los líderes de antes tenían sus características. La solvencia económica. Como el Sr. Robe, en Llano de Piedra. Era comerciante y prestaba caballos, daba crédito a la gente. Tenía carreta y les cargaba arroz y maíz a la gente. La gente decía ‘tú teneís más modo que yo’ o sea más formas o posibilidades. Antes la carreta se prestaba no se alquilaba. Con dos carretas era ya un hombre de modo”.
“Conocimiento de medecina o leyes daba liderazgo. Como Geroncio Corrales, de la Guabita de Los Pozos. Toño Vázquez, de Los Higos. No cobraban plata pero sí en votos, en tiempos de elecciones. El curandero por aquí siempre ha tenido otra actividad económica.”
“También tenía que tener desprendimiento, bondad, tratar a todos por igual y honradez.”
Antropólogo
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