Mensaje
Jamás perder la esperanza
Levantarse de las más grandes tragedias y renovarse de manera nueva, sanando lentamente grandes heridas emocionales, económicas, sociales, físicas, e ir construyendo una sociedad dinámica, activa, es propio de una fuerza espiritual que es inmortal, que fluye en cualquier circunstancia adversa, y que, por lo tanto, no es terrena, es divina.
- Rómulo Emiliani
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- - Publicado: 13/2/2021 - 12:00 am
Terremotos y tsunamis han azotado países y regiones. Pestes como la llamada "española" y otras en la historia han golpeado Europa y el mundo, y no lo han acabado. Siempre se renace. Foto: EFE.
¿Por qué la humanidad ha podido salir airosa de sus más grandes crisis? Porque no ha perdido la esperanza. Y esta es una virtud teologal que se fundamenta en la presencia y acción del Dios vivo de la historia, que mueve todo hacia adelante, hacia una plenitud total. Y eso se hará realidad en la eternidad cuando veamos la gloria de Dios y estemos con Él para siempre, realizados en el más grande gozo.
Pero también en la tierra en la medida en que nos encontremos con el Señor, en medio de nuestras limitaciones humanas, y también en cuanto superemos obstáculos y seamos mejor humanidad. Y todo eso va unido, estar con Dios y vencer dificultades.
Porque resurgir de las cenizas de guerras, catástrofes naturales, pandemias, hambrunas, y recuperarse plenamente, poco a poco, recobrando la energía y completando ciclos de desarrollo, se hace porque llevamos en el alma la Esperanza, como motor que mueve la historia.
Levantarse de las más grandes tragedias y renovarse de manera nueva, sanando lentamente grandes heridas emocionales, económicas, sociales, físicas, e ir construyendo una sociedad dinámica, activa, es propio de una fuerza espiritual que es inmortal, que fluye en cualquier circunstancia adversa, y que, por lo tanto, no es terrena, es divina.
Y así Israel renace después de un terrible holocausto. Alemania, el resto de Europa, Japón, se levantan después de una segunda guerra mundial devastadora. España hace igual después de una sangrienta guerra civil.
Terremotos y tsunamis han azotado países y regiones. Pestes como la llamada "española" y otras en la historia han golpeado Europa y el mundo, y no lo han acabado. Siempre se renace.
Personas consumidas en el más terrible alcoholismo o drogadicción, o cayendo en la más grave depresión, o crisis económica, se han levantado, reconstruido sus vidas, convirtiéndose en personas nuevas. Incluyendo gente que sobrevive crueles enfermedades, o que sufre grandes defectos y limitaciones físicas, uno las ve como resurgen y se defienden en la vida, siendo un ejemplo para otros. Personas que han caído en graves situaciones de delincuencia, en las cárceles han renovado sus vidas, convirtiéndose en personas de bien.
Personas como María Magdalena, que tenía siete demonios, fue liberada convirtiéndose en santa. San Pablo, de perseguidor de los cristianos, acabó siendo el apóstol de los gentiles. San Agustín, de agnóstico y pecador empedernido, terminó siendo el gran teólogo de la Iglesia de occidente. Y así millares de pecadores dejaron atrás su vida miserable para ser santos e iluminar con su testimonio a otros muchos.
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La esperanza mueve la historia. Igual a nosotros. Es Dios mismo que dentro de cada uno nos impulsa a seguir, creyendo que es posible, aún con todo un mundo en contra. Para Dios nada es imposible.
Monseñor.
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