Mensaje
La importancia de la sanación interior
- Rómulo Emiliani
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- - Publicado: 28/11/2020 - 12:00 am
Recuerda usted cuando un grupo de hombres buscaban cómo acercar a un paralítico a Jesús, y la única manera, porque la casa donde estaba el maestro estaba llena de gente, fue subirlo al techo de la misma, abrir un boquete y descolgarlo. Un acto audaz y arriesgado. Y así lograron introducirlo en esa casa.
La sorpresa fue para todos. Y ya en suelo en la camilla, y frente a Cristo, comienza un hecho muy interesante. El evangelista resume todo el diálogo en el perdón de los pecados que Cristo da al inválido. Pero estoy seguro, fue un hecho que implicó un diálogo un poco íntimo entre el Maestro y el enfermo.
Jesús le pediría le contara su vida. El paralítico contaría lo bueno y lo malo, sus luces y sombras. Y Jesús, entonces, al escucharlo empezó el proceso de sanación del enfermo.
Una persona cuando es escuchada con atención, sin que sea juzgada, ya empieza a esclarecer su propia situación, a entenderse mejor. Y comienza a sentir un alivio de su carga porque sabe que el que escucha la va comprendiendo.
Y así pasó. Y el paralítico con mucha más confianza le iba diciendo a Jesús que aceptaba su culpa, que sentía dolor y arrepentimiento por lo que había pasado.
Y cuando sintió entonces la gran liberación con el perdón de los pecados, dados por Cristo, el paralítico pensó que ya había alcanzado lo que quería. Al principio iba por una sanación física, pero después entendió que lo más importante era la curación espiritual, mental y emocional. Por eso Jesús lo perdona, ya que la persona estaba preparada para recibir ese perdón divino.
Algunos quedaron escandalizados. "¿Cómo es posible que perdone pecados, si solo Dios puede perdonar?". Y Jesús, entonces, para demostrar que tenía poder para perdonar los pecados, le manda que se levante, que tome su camilla y que se vaya a su casa. El milagro fue portentoso.
Pero veamos por partes el suceso: la sanación espiritual, mental y emocional era lo más importante para Jesús, e inclusive para el que fue sanado. Ya era más que suficiente todo lo hecho. El paralítico pudo haber continuado su vida siendo la persona más feliz aún postrado en una cama.
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Pero Jesús completa la obra sanándolo físicamente. ¿Y cómo? Gracias al poder divino se hizo el milagro, pero también tenemos que afirmar que al ser liberadas las fuerzas espirituales, mentales y emocionales del individuo, al desbloquearse su vida interior, el paciente cooperó con el poder divino inyectando de energía, ilusión, ganas de vivir, todo su organismo físico.
Está claro que el paciente que sana su alma puede influir en su sanación física. Dios y él mismo lograron la sanación.
Monseñor.
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