Mensaje
Hay que ser como niños
... ser como un niño implicaría vivir desde la inocencia total, con un alma pura, limpia y transparente. Para eso hay que estar siempre recobrando la inocencia perdida.
- Rómulo Emiliani
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- - Publicado: 26/9/2020 - 12:00 am
Jesús quiere que nos comportemos con el Padre Dios, como lo haríamos con un buen papá. Dejarnos llevar por él. Foto: EFE.
Así nos dijo Jesús: que si queremos ir al cielo "hay que ser como niños". Que en el Reino de Dios el más grande es como un niño. Que lo que nos falta es empequeñecernos, confiar en el Señor como un niño confía en su madre o en su padre.
Una creatura pequeña en su vulnerabilidad total se deja guiar, cuidar, proteger por sus padres. Un niño no duda o pone en entredicho lo que los papás quieren para él. Podrá reaccionar alguna vez protestando, pero sabe y confía que lo que sus padres quieren para él es lo mejor.
Que le den esa medicina, que coma eso que le hará bien, que vaya a la escuela, que se ponga tal ropa. Quizá no le guste, pero sabe, y muy bien, que sus papás querrán para él lo mejor. Que con eso no lo matarán, ni lo enfermarán, ni le harán ningún daño.
Jesús quiere que nos comportemos con el Padre Dios, como lo haríamos con un buen papá. Dejarnos llevar por él. Un bebé se duerme en los brazos de su madre con la total confianza de que no lo estrellará contra el piso y lo golpeará hasta matarlo. Esta forma de vivir, desde la "infancia espiritual", nos sitúa en un plano de la total rendición ante Dios, sabiendo que dependemos totalmente de él.
Que solos no vamos a ningún lado. Igual que un bebé que no podría sobrevivir solo. Es una actitud que obedece a una gran verdad: Dios lo puede todo. Nosotros venimos de él. Nada podemos sin Él. Dependemos totalmente de Dios para ser y existir. Igual que todo el universo.
Un niño pequeño ve a su padre y a su madre como los más grandes del mundo, como los que lo pueden y lo saben todo. Lógicamente no es así, pero en el caso de Dios sí lo es.
El Señor lo puede y lo sabe todo. Ser como un niño comprendería la visión y el convencimiento de que Dios es el más grande, infinitamente poderoso, sabio y misericordioso. Por lo tanto, confianza absoluta en el Señor.
Y ser como un niño implicaría vivir desde la inocencia total, con un alma pura, limpia y transparente. Para eso hay que estar siempre recobrando la inocencia perdida. Purificar la mente y el corazón. Limpiar el alma de todo pensamiento y deseo malo, de toda acción indebida.
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Ser como un niño significaría tener el corazón limpio de resentimientos y rencores, viviendo el presente con alegría y entusiasmo. Y como un niño pequeño contentándose con lo que le dan sin ambicionar desmedidamente. Hay que ser como niños.
Monseñor.
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