Hay que hacerle un exorcismo a la estructura de compras del Estado
Los últimos escándalos de presuntos sobreprecios en compras del Estado en una situación de crisis mundial deben llamarnos a una profunda reflexión.
Los últimos escándalos de presuntos sobreprecios en compras del Estado en una situación de crisis mundial deben llamarnos a una profunda reflexión.
Los cambios a la estructura de compras estatales no pueden dejarse, exclusivamente, en manos de políticos. Foto: Archivo.
Al sistema de compras del Estado panameño hay que, literalmente, practicarle un exorcismo.
Mucha gente se ha enriquecido y se sigue enriqueciendo con este arcaico y poroso sistema.
Es una estructura corrupta, hecha a la medida, que lleva vigente muchos años, y que los empresarios y funcionarios bribones conocen a la perfección.
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Es por eso que a la clase política le ha costado tanto reformar la malograda Ley de Contrataciones Públicas.
La reciente revisión que hizo la Asamblea Nacional y que fue vetada parcialmente por el presidente Laurentino Cortizo, ha sido duramente cuestionada por diferentes sectores de la sociedad, que consideran que en vez de combatir la corrupción, la promueve.
Los últimos escándalos de presuntos sobreprecios en compras del Estado en una situación de crisis mundial deben llamarnos a una profunda reflexión.
Los cambios a la estructura de compras estatales no pueden dejarse, exclusivamente, en manos de políticos.
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Eso no garantiza que se cierren las válvulas de la corrupción con el finito dinero de todos los panameños.
Precisamente porque hay amplios sectores de la clase política y de grupos empresariales poderosos que se alimentan de esas falencias.
Si la sociedad no se empodera en este tema, viviremos eternamente de escándalo en escándalo.
Periodista
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