Inversión
Hacia un turismo ordenado
- Jaime Figueroa Navarro
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Nos hace falta desarrollar sitios de esparcimiento, parques ecológicos como XelHa o XCaret en la Riviera Maya (cada uno con más de medio millón de visitantes anuales).
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La brújula del turismo debe señalar al acaparamiento de visitantes provenientes de geografías de alto poder adquisitivo. Foto: Archivo. Epasa.
En ausencia de políticas definidas y el engavetamiento definitivo de un Plan Maestro que servía como brújula, durante los últimos años, no solamente las cifras arrojaron inauditamente resultados negativos, sino que también fueron cómodamente retocadas con ingresos irregulares de ciudadanos extranjeros quienes o viven aquí legal o ilegalmente, o entran y salen, en un cómodo juego de "la lleva", renovando el visado como turistas, burlando las reglas del juego.
Esto resulta tan ridículo como si en Estados Unidos se incluyeran en las cifras de turismo los doce millones de inmigrantes ilegales que se amparan bajo sus fronteras llenando el vacío de aquellas actividades económicas que poco desean los ciudadanos, en plantas de procesamiento cárnico, en actividades agrícolas donde los ingresos son menores al salario mínimo y en otros desvelos que invitan a su miserable explotación.
La brújula del turismo debe señalar al acaparamiento de visitantes provenientes de geografías de alto poder adquisitivo que permitan altos índices de ocupación en hoteles más allá de Calidonia, cuyas visitas arrojen un significativo incremento en el gasto promedio diario por turista que actualmente recibimos.
Para ello debe existir un plan segmentado por tipo de visitante y su origen.
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Para ello se hace primordial el desarrollo ordenado del destino.
El Casco Antiguo, considerado por muchos como el imán de mayor interés turístico en el país, posterior al Canal de Panamá, sufre un progreso accidentado y de muy extensa duración, ya cumpliendo su mayoría de edad, entre bellezas arquitectónicas al lado de ruinas.
De haber implementado un ordenamiento científico para su despliegue, siguiendo los parámetros, por ejemplo, del programa Pueblos Mágicos de la Secretaría de Turismo de México, para inicios de siglo ya el sitio hubiese contado con una remodelación plena, incluyendo su tranvía turístico y centenares de sitios de ocio repletos de turistas, incrementando, multiplicando su valía y aporte a la economía nacional.
Entonces, hay que ponerles pilas a estos pilares del turismo.
¡No hay que esperar la visita del Papa para remozar la Catedral Metropolitana!
Amén que este fue resultado de desvelos privados, ojeen ustedes la garrafal diferencia entre lo que era y lo que es el templo de mayor jerarquía católica en Panamá.
Panamá tiene demasiado que ofrecer, pero el inventario se encuentra telarañoso en basura, en el olvido, el letargo de la ignominia.
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Nos hace falta desarrollar sitios de esparcimiento, parques ecológicos como XelHa o XCaret en la Riviera Maya (cada uno con más de medio millón de visitantes anuales) ubicados en las cercanías de las ruinas de Tulum (que sorprendentemente cuenta con mayor número de visitantes anuales que la totalidad de la República de Panamá). Si lográsemos un atractivo acuerdo que permita la inversión en este rubro símil a lo ya desarrollado en México, crearíamos nuestro Disney tropical, son sus mariposas azuladas, osos perezosos y juguetones monitos que opacarían lo que copiamos.
Sobremanera hace falta una cruzada permanente en Norteamérica y Europa, más allá de una campaña publicitaria, que permita la medición de resultados no solamente en el número de visitantes sino también sus gastos promedios diarios.
Un importante grupo que enfocamos, resultado de pionera labor por la norteamericana International Living y el empresario Sam Taliaferro, quien ubicó a Boquete en el mapa del turismo mundial a inicios de siglo, son los jubilados norteamericanos.
Ese importante segmento que comprende 76 millones de personas, comprende la generación más pudiente de la historia.
Cuenta con tiempo, bolsillos profundos y el deseo de llevarse en la película de la vida, episodios fulgurantes como la experiencia panameña.
A pesar de disponer del más atractivo programa para retirados en el planeta, Panamá ha desperdiciado el ímpetu y las pequeñas colonias de inversionistas en las áreas de las playas del Pacífico y tierras altas chiricanas han ido en franco y vergonzoso descenso.
Clama el ordenamiento del turismo por su pronto retorno y fértil crecimiento.
Líder empresarial.
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