Evitemos la democracia contramayoritaria
- José González Rivera
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- Cirujano Sub Especialista
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En la Atenas clásica, cuna de la democracia, los expertos tenían su lugar, pero solo en la medida en que su opinión sobre una cuestión determinada podía iluminar al pueblo de la Asamblea y ayudarle a tomar decisiones colectivas. Los expertos eran escuchados por los ciudadanos, pero no tomaban decisiones. En otras palabras, en democracia, "no hay expertos en política". La idea dominante de que hay expertos sirve para legitimar el poder de los políticos y reducir al pueblo, inexperto por definición, a opinar de vez en cuando cada tantos años sobre esos supuestos expertos.
Los atenienses se cuidaban de no reconocer a estos expertos superioridad política sobre la Asamblea del pueblo. Debemos atenernos a este principio: cualquier pretensión de pericia política es una farsa, y esto también se aplica a los políticos en la televisión que se presentan como meros "técnicos" ante los problemas sensibles del país.
En una democracia, el poder no es una propiedad: es una relación y una actividad que se origina en un espacio público y que está abierta a la participación y a la representación por y para los ciudadanos libres e iguales.'' La democracia no afirma que el poder corrompa: afirma que, si los ciudadanos ejercen y controlan el poder, este puede ser la condición de la libertad y la no subordinación personal y política.
El panameño se indignó en el último lustro hasta culminar con un voto castigo, un voto con resentimiento del 94% por la proliferación de tantas mesas de trabajos y pactos bicentenarios que se utilizaron como democracia "contramayoritaria"; método atractivo de consenso para que los políticos-empresarios-testaferros buscarán acuerdos y proyecciones económicas de forma unánime por coacción. Un estilo de relaciones políticas y sociales en el que la negociación y la búsqueda de acuerdos predominan sobre la consulta y confrontación con el pueblo.
Debemos sentarnos y empoderarnos del tema, -de abajo hacia arriba- para la adecuada deliberación colectiva sobre valores y fines comunes de los panameños ante la crisis del programa de enfermedad y maternidad y la crisis de la plata de las jubilaciones de la seguridad social para no repetir la falta de consenso nacional que hubo en el tema minero en el 2023. No esperemos otro estallido social para escuchar al pueblo.
La "memoria del futuro" panameña estará en juego con el nuevo director de la seguridad social y la nueva junta directiva, para realizar ese ejercicio de imaginación política que nos prohíbe situar lo deseable de un pasado que debíamos tratar de restaurar, porque nos exige situar siempre el lugar que ocupamos en el presente desde el lugar que queremos ocupar en el futuro.
Esperamos que las nuevas autoridades del Seguro Social tengan las puertas abiertas y escuchen a sus dueños, cosa que nunca pasó con la administración desabastecida pospandemia. No se puede pedir sacrificios al pueblo sin credibilidad y consenso.
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