Enrique A. Jiménez, estadista progresista
- Paulino Romero C. ([email protected])
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El lunes 8 de febrero conmemoramos un aniversario más del natalicio de don Enrique A. Jiménez. Nació en la ciudad de Panamá el 8 de ...
El lunes 8 de febrero conmemoramos un aniversario más del natalicio de don Enrique A. Jiménez. Nació en la ciudad de Panamá el 8 de ...
El lunes 8 de febrero conmemoramos un aniversario más del natalicio de don Enrique A. Jiménez. Nació en la ciudad de Panamá el 8 de febrero de 1888. Hace 128 años de aquel feliz suceso. Ciudadano ejemplar, político certero, estadista diligente y progresista. Se distinguió desde la adolescencia como un ser afable, inteligente, laborioso y honorabilísimo que dejó una estela de probidad y de eficiencia en todos los puestos que ocupó en la vida pública hasta las responsabilidades del mando supremo.
Fue elegido presidente de la República por la Convención Constituyente el 15 de junio de 1945 y desempeñó sus funciones como tal hasta el 30 de septiembre de 1948. Don Enrique A. Jiménez fue el segundo mandatario en la historia de la República que asumía el mando en tales condiciones, ya que el primero fue el Dr. Manuel Amador Guerrero, primer presidente de la República, cuando la Convención Constituyente de 1904 lo designó para dirigir los destinos de la Nación recién proclamada y encauzar su administración.
En el inventario del acontecer republicano, don Enrique A. Jiménez es considerado como uno de los presidentes con más recia envergadura que ha tenido la República. En solo tres años de gobierno, tiempo que él supo aprovechar y convertir en realidades una serie de obras que lo acreditan como uno de los estadistas panameños cuyas acciones como gobernante, se proyectan ampliamente favorables para los intereses de la Nación panameña. Un examen somero de sus realizaciones lo coloca en primera fila entre los gobernantes que imprimieron con sus acciones rumbos de bonanza a la administración, a corta distancia de aquellos que estructuraron la República, y con sus esfuerzos mejor endilgados, contribuyeron a su estabilización.
Proporciones guardadas, en su corto periodo de mando, el presidente Jiménez llevó a cabo las más y mejores obras que son orgullo del país. En efecto, la educación pública recibió las siguientes aportaciones: la autonomía universitaria, más la creación de la ciudad universitaria; la construcción de la escuela de Artes y Oficios; el colegio Abel Bravo de Colón; el colegio Félix Olivares de David; los primeros ciclos de Chitré y Las Tablas, igual que numerosas escuelas primarias esparcidas por el país. Fue la administración Jiménez la que hizo expedir la Ley 47 de 1946, Orgánica de Educación, inspirada por el Dr. José Daniel Crespo, entonces ministro de Educación.
En lo económico, son obras de su administración, entre otras, la creación del Consejo de Economía; el relleno de los manglares y la Zona Libre de Colón. El Aeropuerto Internacional de Tocumen y el Hotel El Panamá; la adquisición de valiosas tierras de El Cangrejo.
En la agricultura, cuestión fundamental para el país, creó el Instituto de Artes Mecánicas de Divisa y los fomentos agrícolas de Chitré, Colón y David y se adquirieron valiosas tierras para el campesinado, particularmente en Tonosí y Boquete, aparte de Taboga.
En el aporte legal, como culminación de esfuerzos combinados, se aprobó la Constitución Nacional, obra de la misma Convención Constituyente que eligió a don Enrique y sancionada por él mismo, el 1 de marzo de 1946, la cual fue puesta en vigencia inmediatamente.
Esta Constitución está considerada como una de las constituciones más ponderadas y generosas de América.
Más todavía, le tocó suscribir, en su condición de presidente de la República, dos documentos enormemente importantes en el plano internacional: la Carta de las Naciones Unidas y el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, celebrado en Río de Janeiro.
¡Qué visionario fue el presidente Jiménez! Sobre el trasfondo del desarrollo y de la economía nacional, Panamá observa en retrospectiva los años de la administración Jiménez (1945-1948) del siglo pasado: la creación de la Zona Libre de Colón nos informa, hoy como ayer, mucho de su condición de visionario.
Con la muerte de don Enrique A. Jiménez el 28 de abril de 1970, la República perdió a uno de sus más notables hijos y en los anales de la patria, la figura limpia y recia de un hombre que descolló con caracteres singulares en el arte de la política y en la ciencia del gobierno.
*Pedagogo, escritor, diplomático
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