Empresas, cierres y voz del pueblo
... el encierro de nuestra población, en los primeros cuatro meses de la pandemia, nunca justificaron absolutamente nada. No había necesidad de ello.
- Silvio Guerra Morales
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- - Publicado: 20/11/2020 - 12:00 am
El encierro, los aislamientos, en el tratamiento de toda pandemia o epidemia, es y seguirá siendo para los contagiados, nunca debió incluir a los sanos, a la población saludable. Foto: Archivo.
Gremios empresariales, mediante comunicados claros y precisos, salieron al paso, ante las amenazas vedadas del Minsa recogidas en el "pórtense bien", "lo que viene es feo", "los contagios están disparándose", "pasaremos navidad y año nuevo encerrados", "habrá navidad virtual", etc., y, entre ellos, también los usuarios de la Zona Libre de Colón, a exigir la necesaria e inmediata adopción, por parte de las autoridades gubernamentales, de medidas y criterios científicos y metódicos para encarar lo concerniente a los contagios que, a diario, se producen a consecuencia de la COVID-19.
Precisamente hoy, al momento de escribir este artículo, 19 de noviembre del 2019, se le daba a conocer al mundo la aparición del Coronavirus que victimizó a la sociedad mundial. Al principio, nadie en nuestro continente prestó atención a ello. Veíamos ese anuncio como algo lejano y que no nos tocaría.
Las exigencias de los gremios empresariales se ciernen sobre muy fundadas preocupaciones, entre otras, la estrangulación que con los cierres o cuarentenas se le ha causado a la economía, la causación de un desempleo brutal, la demora o apertura tardía de no pocos sectores o negociaciones comerciales.
Estas preocupaciones, sin duda alguna, son cuestiones que generan una reacción en cadena y que han traído, como consecuencia inmediata, en lo que respecta al Estado y a lo que va del año 2020, que más de un 33% de los ingresos del gobierno no se hayan percibido, pero también que los ingresos de cientos de miles de panameños y de familias, se hayan visto mermados, de tal manera, a los extremos de vivir una economía de subsistencia, destacándose como sectores más golpeados esas grandes mayorías sociales que se encuentran marginadas de todo eventual proceso o desarrollo económico.
Tan es así que lo que al principio era censurable, es decir, que la salud de la población estaba por encima de las cuestiones económicas (Argumento de algún prominente vocero empresarial), hoy se nos revierte y los gremios empresariales han tenido que señalar, una vez más, que es menester que la economía se mantenga funcionando y operando o, de lo contrario, las carencias económicas darán al traste con este país y, consiguientemente, con la población que no dispone de recursos para subsistir.
Lo he venido diciendo, desde hace meses, y lo vuelvo a reiterar: El encierro nunca resolvió ningún problema de salud en este país. Me sobran los ejemplos que justifican esta afirmación. Pero resalto, en grado de comparación, el hecho de que existiendo entre ochocientos a mil y tantos contagios diarios, con la población libre de todo encierro, en los últimos días, hemos empezado a generar, a dar muestras del inicio de una activación económica.
Por lo que el encierro de nuestra población, en los primeros cuatro meses de la pandemia, nunca justificaron absolutamente nada. No había necesidad de ello. El encierro, los aislamientos, en el tratamiento de toda pandemia o epidemia, es y seguirá siendo para los contagiados, nunca debió incluir a los sanos, a la población saludable.
No puedo dejar de mencionar, tampoco, el hecho de las películas de terror o pánico que, a cada segundo, no pocos medios de comunicación social, nos pasan ya sea en la redes sociales, los noticiarios, periódicos, radio, etc., de que el virus anda suelto y es mejor quedarse en la casa, encerrados.
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Cuando cuestiones elementales dan muestras claras de que cada ciudadano y cada particular debe ser su propio vigilante y protector de su salud: El distanciamiento a dos -2- metros de los demás, uso de mascarillas y limpieza de manos con gel alcoholado, lavado de manos frecuente con jabón.
Pero ha primado más la teoría del pánico y el terror que la teoría de la higiene personal en lo que toca a esta pandemia.
Ahora el ministro de Salud sale a responderle a los gremios empresariales que no hay programa alguno ni pensamiento en el Gobierno Nacional de encerrar a nadie. Quede claro, que de no haber sido los gremios empresariales los que se pronunciaran, habrían seguido con el manejo psicológico perverso de la población victimizada por las amenazas vedadas de encerrarnos.
Insisto, yo he venido diciéndolo, pero como se dice en el argot popular, "nadie nos para bolas". Pero fueron los empresarios organizados y no las voces de particulares que clamamos en el desierto.
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Se impone, señores del Gobierno, que ustedes tengan bien claro que en las auténticas democracia, cuando un ciudadano levanta la mano o abre la boca para sugerir o expresar algo, ese ciudadano merece ser escuchado.
En Panamá, somos cientos de miles de ciudadanos que apartados de agenda política o de intereses relativos a cuestiones crematísticas, le hemos venido diciendo al gobierno que la crisis causada por la pandemia nunca ha tenido la impronta de un buen manejo. ¡Dios bendiga a la Patria!
Abogado.
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