Clientelismo
El voto como mercancía: 'cómetelo, chúpatelo y plánchalo'
...candidatos y electores ofrecen y demandan beneficios, desde dinero, materiales de construcción, y todo lo que se pueda imaginar, en lugar de planes y proyectos que satisfagan necesidades y resuelvan problemas para mejorar el bienestar de los ciudadanos.
- Víctor J. Alexis
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- - Publicado: 21/3/2019 - 12:00 am
En estas elecciones de 2019, debemos votar por planes y proyectos enfocados en fortalecer la institucionalidad como prioridad, mejorar la calidad de la educación, sacar al sector agropecuario de la crisis y generar empleos. Foto: Archivo.
El clientelismo ha estado caracterizando las campañas electorales en Panamá.
Esto convierte al voto en mercancía, cuyo valor de uso radica en que a través de este se gana o se pierde la elección, y el valor de cambio está en el costo-beneficio que se produce en la transacción política.
Visto el país como una macro organización, si aplicamos la teoría de los costos de transacción y teoría de la agencia al análisis del voto como mercancía, la cuantía de su costo dependerá del elemento confianza entre los electores (votantes-agentes) y los candidatos (futuro directivos-gobernantes).
A mayor confianza (menor desconfianza) el costo es menor, mientras que a menor confianza (mayor desconfianza) el costo es mayor.
Así, candidatos y electores ofrecen y demandan beneficios, desde dinero, materiales de construcción, y todo lo que se pueda imaginar, en lugar de planes y proyectos que satisfagan necesidades y resuelvan problemas para mejorar el bienestar de los ciudadanos.
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En ese escenario electoral clientelista, los candidatos que cuentan con cuantiosas sumas de dinero, les conviene que marque alto la desconfianza en los electores, para que igualmente sea mayor el costo del voto y ellos, con su dinero, puedan acceder a la compra de esa mercancía.
Ello explica por qué se comenta que una curul de diputado es una inversión de $100 mil a $500 mil, incluso más.
Igualmente explica por qué, a estos compradores de votos, carentes de proyectos y discursos convincentes, les conviene promover y afianzar, en cada elección, la mentalidad de que "si quieres mi voto, tienes que darme algo ahora".
Es decir, el clientelismo se alimenta de la desconfianza que, aunque parezca contradictorio, estimulan los mismos políticos clientelistas para pervertir la ciudadanía.
En las elecciones parciales de 1980, dos dirigentes populares, Antonio Brathwaite y Héctor Macías, lideraron una nómina, principal y suplente, para legislador en el circuito 3-1 de la provincia de Colón.
Su mensaje de campaña: Sin Dinero y Sin Licor. Cómetelo, Chúpatelo y Plánchalo, fue asimilado por los ciudadanos, quienes masivamente, a boca de urna, le favorecieron con el voto; no obstante, siempre se ha comentado en Colón que el poder de facto en aquel momento, maniobró para impedir que estos hijos del pueblo colonense los representara en la Asamblea Nacional.
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Pareciera no ético sugerir a los ciudadanos esta conducta, pero Brathwaite y Macías, en la practicidad del torneo electoral, encontraron en ese mensaje trasmitir a los ciudadanos castigar a los clientelistas electorales.
En estas elecciones de 2019, ante una población hastiada de escándalos de corrupción, el deterioro de la institucionalidad y profundización de la desigualdad en la distribución del ingreso nacional, debemos votar por planes y proyectos enfocados en fortalecer la institucionalidad como prioridad, mejorar la calidad de la educación, sacar al sector agropecuario de la crisis en que se encuentra, generar empleos, entre otros aspectos de capital importancia para el país.
Y, ante la conducta de candidatos cuyo único recurso es el dinero para comprar votos, cabe reivindicar aquel mensaje: cómetelo, chúpatelo y plánchalo.
Economista y docente universitario.
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