Agente de cambio
El verdadero propósito de la sociología
- Alberto Valdés Tola [email protected]
... la sociología debe ser siempre un saber que procure ser inclusivo y nunca excluir, ya que la exclusión es el peor mal que puede producir la estructura social de un colectivo humano...
La sociología es la disciplina de las ciencias sociales que procura constituir las bases de una mejor sociedad para todos. Foto: EFE.
Para algunos, hablar de sociología implica pensar en un intelectualismo vacío y obsoleto, para otros es una disciplina cuyos conceptos sirven para comprender la realidad social; un grupo aún más minúsculo piensa la sociología desde la praxis política; mientras que sus profesionales la ven como una herramienta para interrogar a la sociedad y sus instituciones.
En realidad, la sociología puede ser todo esto y aún más, pero lo cierto es que es un saber que empodera y, mejor aún, permite el nacimiento de un espíritu crítico y reflexivo.
Lo que lleva a pensar inmediatamente cuál debería ser el perfil de dicho profesional.
En principio, el sociólogo está llamado a ser un educador (en términos muy amplios), un consejero y un investigador social.
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Su fundamento, si bien nace en la teoría sociológica, la cual le presta una variopinta selección de prismáticos para poder observar los hechos y fenómenos sociales, en miras de hacerlos inteligibles; lo cierto es que el sociólogo es, de una manera u otra y en grados, consciente de su lugar en el mundo; por ende, es un agente de cambio, es un trasformador por excelencia cuyo único límite, es su propia voluntad como profesional.
Seguro que para algunos de ellos esta visión del sociólogo no solo es utópica, sino que dista de la misma realidad; sin embargo, así como hay malos profesionales en todas las disciplinas del saber, así también hay sociólogos que deciden mantenerse al margen, en la conformidad de su vida cotidiana, observando la sociedad como un eterno ethos, en donde el cambio no es más que una ilusión ingenua.
De esta manera, se dedican a la reproducción de información y conocimientos cuasi cristalizados, olvidándose que el sociólogo es una suerte de ingeniero social especialista en estudiar y proponer posibles soluciones a problemas muy concretos.
Sociología aplicada dirían algunos, pero lo cierto es que es la única sociología real; la única que es posible percibir y que realmente hace la diferencia.
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A estos sociólogos, les interesa no tanto el intelectualismo por el intelectualismo (grave vicio de la academia), sino crear una consciencia política, social, económica y cultural en los individuos que componen su sociedad.
También, proponiendo vías democráticas para afrontar y subsanar problemáticas societales pero desde la pluralidad de la composición ciudadana o, en otras palabras, tomando en cuenta a cada grupo que la compone.
Por ende, la sociología debe ser siempre un saber que procure ser inclusivo y nunca excluir, ya que la exclusión es el peor mal que puede producir la estructura social de un colectivo humano; ya que no solo lo invisibiliza, sino que crea las condiciones para la injusticia y el riesgo social.
Así, debemos percibir al sociólogo como un humanista interesado en crear condiciones de cambio y transformación, no como un intelectualista estéril; y a la sociología como una disciplina de las ciencias sociales que procura, en todo momento, constituir las bases de una mejor sociedad para todos.
Sociólogo.
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