Mujeres
El trabajo reproductivo e inequidad de género
La forma en que se realiza este trabajo, en que las mujeres históricamente han jugado un papel central, varía, sin embargo, en diversas formas de sociedad. El 88.2% de los "trabajadores asalariados en actividades domésticas" es realizado por mujeres, 75.8% se encuentra en condiciones de informalidad.
- Juan Jované
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- - Publicado: 27/3/2019 - 12:00 am
Una parte del trabajo reproductivo se realiza sobre la base de los trabajadores domésticos asalariados. Protesta reivindicativa por trabajadoras domésticas en Asunción, Paraguay. Foto: EFE.
Toda sociedad para sostenerse en el tiempo debe asegurar la reproducción de sus miembros.
Esto significa que una parte de su trabajo disponible debe dedicarse a lo que se conoce como el trabajo reproductivo, el que contiene actividades tales como las relacionadas con la reproducción de la fuerza de trabajo, el cuidado de los niños, enfermos y ancianos, realizando tareas vinculadas con la alimentación, la educación, la atención física y sanitaria, el apoyo afectivo y psicológico y el mantenimiento de los espacios y bienes de los hogares, entre otras.
La forma en que se realiza este trabajo, en que las mujeres históricamente han jugado un papel central, varía, sin embargo, en diversas formas de sociedad.
Resulta, entonces, de interés analizar la manera específica en que el mismo se ejecuta en nuestro país.
Si nos enfocamos en la parte del trabajo reproductivo que se realiza dentro de los hogares, encontramos que el mismo lo llevan a cabo las mujeres bajo formas que implican un notable nivel de precariedad y explotación implícita.
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Para comenzar se debe destacar que de las 400,659 personas calificadas como "amas de casa o trabajadores del hogar", el 95.9% de las mismas son mujeres.
Se debe destacar que estas, que representan el 25.6% de las mujeres consideradas por el INEC en edad de trabajar son consideradas, pese al trabajo que realizan en los hogares, como "población no económicamente activa", dado que no reciben ninguna remuneración por su esfuerzo.
Es conocido el hecho de que una parte del trabajo reproductivo se realiza sobre la base de los trabajadores domésticos asalariados.
El 88.2% de los "trabajadores asalariados en actividades domésticas" es realizado por mujeres, de las que se considera que el 75.8% se encuentra en condiciones de informalidad. El salario medio en este caso alcanza a B/. 297.00 mensuales, cifra muy inferior a la canasta completa de las necesidades básicas.
Otra parte el trabajo reproductivo en Panamá lo hacen mujeres que trabajan de forma remunerada fuera de hogar y realizan tareas no remuneradas en el mismo.
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Estas, sin embargo, tienen una posición relativamente subordinada en los hogares, ya que de acuerdo con el INEC, solo el 30.3% de las mujeres que ofrecen su fuerza de trabajo en el mercado laboral pueden considerarse como "jefes de hogar".
De acuerdo con cifras del INEC, el total de horas de trabajo reproductivo no remunerado realizado por las mujeres en edad de trabajar dentro del hogar en el 2011 alcanzó la cifra de 54,626,856 horas semanales.
El valor generado por este trabajo, es desde luego, impresionante.
La pregunta que surge es clara: ¿quién se apropia de este esfuerzo?
La respuesta es sencilla.
El trabajo no remunerado de la mujer en el hogar simplemente reduce el valor de la fuerza de trabajo en el mercado, lo que le permite a los empleadores reducir los niveles de salarios y asegurarse altos niveles de beneficio.
Nuevamente aparece la fea lógica del sistema concentrarte y excluyente en que vivimos.
Lograr la equidad de género es una tarea imprescindible para lograr la liberación de toda la humanidad.
Economista.
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