Panamá
El renacer de la Nación del Arcoíris
- Rodrigo Chiari Álvarez
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Hace treinta años, el entonces elegido en democracia, nuevo presidente sudafricano, Nelson R.Mandela, proclamo el nacimiento de "the Rainbow Nation".
Hace treinta años, el entonces elegido en democracia, nuevo presidente sudafricano, Nelson R.Mandela, proclamo el nacimiento de "the Rainbow Nation" (Nación del Arcoíris). Para algunos esto no tenga sentido, pero después de varias décadas de asesinatos, carcelazos, desapariciones, exilios y persecuciones, en abril de 1994, el pueblo de Sudáfrica finalmente pudo votar por un mandatario con el apoyo incuestionable de la mayoría. Como una especie de deja vu político, hoy nuevamente este país de África meridional se ha visto en la necesidad de recurrir a la formula conciliadora de Madiba, para asegurar la gobernabilidad.
El movimiento fundado por hombres de la talla de Mandela, el Congreso Nacional Africano (ANC), ha gobernado la nación africana desde principios de los 1990s. Basados en la popularidad de sus lideres de antaño y logrando el control absoluto del parlamento, vimos como presidentes como el propio Mandela, llegaron al poder. A diferencia de quienes lo sucedieron, el icono mundial, opto por correr por un solo periodo. Sudáfrica, al igual que Panamá, tiene mandatos con una duración de cinco años, pero admite la reelección inmediata.
Como producto del desgate, el ANC esta vez no logra la cantidad de plazas dentro de su órgano legislativo para considerarse mayoría. Por lo tanto, se ha visto en la necesidad de recurrir a la negociación de alianzas con colectivos que una vez los opuso. Sorpresivamente, la Alianza Democrática (DA), segundo partido en numero de miembros del parlamento, es hoy uno de esos aliados. La noche del 13 de junio pasado, tras largas deliberaciones dentro de las filas del partido oficialista, se llegó a un consenso. Para la presidencia y vicepresidencia de la asamblea respectivamente se eligió a una diputada del ANC y una del DA. Cyril Ramaphosa es reelecto presidente de la Republica. Otros cargos dentro del congreso y del gabinete de gobierno, serán distribuidos en acorde a las negociaciones que se pacto esta nueva alianza. Igualmente, las gobernaciones y alcaldías correrán de igual suerte para asegurar la gobernabilidad.
Para aquellos que desconocen los pormenores del acontecer sociopolítico de Sudáfrica, paso a explicar brevemente, la importancia de lo que me he atrevido a llamar el renacimiento de nación arcoíris.
África es un continente que, tras siglos de experimentar una forma de colonialismo brutal, inicia su camino hacia la democracia y a la creación de nuevos estados reconocidos por la comunidad internacional. Pero ello sucede en el mismo momento que se da mundialmente la oferta de ideologías que comienza tras la declaración global de una guerra fría. Lo vimos en el sudeste asiático y en Centro y Sudamérica y en Caribe. África también lo ha vividó. Las tiranías que surgen a la salida de los europeos buscaron indistintamente a uno u otro bloque a fin de mantenerse en poder y negociando esta vez, las riquezas naturales de cada nación africana. Otro fenómeno sociopolítico que enfrenta África es su diversidad tribal.
Ello ha sido motivo de guerras civiles por más de medio siglo. Hoy día se suma la presencia de grupos subversivos extremistas, que han empeorado los conflictos en ciertos puntos del continente. Obviamente existen las excepciones como lo son el caso de Kenia y Namibia.
Sudáfrica, no escapo de ser nación de conflicto, ya que la clase política blanca de origen holandés, los afrikáners, crearon su propio sistema de gobierno.
El apartheid se convirtió es una forma legal de discriminación racial. Ello no solo afecto a aquellos de origen africano, sino también a los de origen asiático como los indios y semitas. Fue un periodo cruel que finalizo felizmente con el ascenso de Mandela a la presidencia. Con una retórica de reconciliación, Mandela busco unir a sus conciudadanos bajo una sola bandera pluralista.
Durante los últimos años, Sudáfrica, además de sufrir los embates de la pandemia, ha tenido su propia lucha contra la corrupción, la devaluación de su moneda y una crisis de agua y
energía eléctrica, que ha puesto a la clase gobernante a prueba y contra la pared. De allí que los resultados de estas últimas elecciones no nos deben sorprender. Sin embargo, nos lleva a
un momento de reflexión en que queremos pensar que traerá mejores días para los sudafricanos, tras el consenso de sus lideres políticos. Los sudafricanos, como los panameños,
merecemos la oportunidad de una mejor calidad de vida. Dios mediante, así será.
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