El poder municipal y su importancia actual
- Guillermo Antonio Ruiz Q. (opinion@epasa.com)
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Si hay algo que en nuestro país no se le ha dado la atención correcta es al poder municipal. Los problemas más importantes del ciudadano, ...
Si hay algo que en nuestro país no se le ha dado la atención correcta es al poder municipal. Los problemas más importantes del ciudadano, ...

Si hay algo que en nuestro país no se le ha dado la atención correcta es al poder municipal. Los problemas más importantes del ciudadano, como el orden, el ornato, la calidad de vida, los temas comunales, tienen ámbito local.
Es tan así, que hay quienes han invertido en medios de comunicación escritos especializados en corregimientos. En el interior del país, por ejemplo, la radio sigue siendo hegemónica. Ante la falta de visión de los empresarios de televisión, todo el país no urbano vive pendiente de lo que salga en la radio, que es donde está todo y se sabe todo.
Es cierto que cada vez más nuestro país se hace urbano y centralizado en el eje del Canal de Panamá. Pero aun así, la realidad de La Chorrera es muy distinta a la de Arraiján, o lo que sucede en Chepo tiene muy poco que ver con lo que pasa en el este de la ciudad de Panamá.
Entonces, nuestros medios centran su información en lo que sucede en el centro de la ciudad y el Gobierno central. Y salvo que sea un homicidio, robo, accidente o desastre climatológico, usted no sabrá qué cosas interesantes suceden en los pueblos del país, a menos que viva en él.
Lamentablemente, nuestro país sufrió el refrigerio en la administración pasada del proyecto de descentralización. Por fin, nos encontramos en la puerta de entrada al Estado moderno del cual, entre politiqueros, militares y corruptos, no hemos avanzado desde los primeros años de la república. Nos hemos llenado de mucho cemento en la ciudad, pero se ha abandonado al ciudadano.
Hasta que los municipios no puedan invertir en lo realmente importante con la velocidad correcta, nuestros pueblos seguirán siendo pueblitos. Y ni hablar de los corregimientos de la ciudad capital. Con asfalto, pero sin aceras, sin canaletas adecuadas. Todavía tenemos en plena ciudad de Panamá, corregimientos con calles de tierra, sin iluminación adecuada y ni hablar de lo mínimo que se necesita para transitar.
Eventualmente, servicios como los de salud y educación deberán pasar a la esfera municipal. Y es que cuando la comunidad se involucra en la solución de sus problemas, se acaba la inseguridad y se refuerza la fiscalización de cómo se utilizan los recursos de todos.
Pero lo que más me gusta de la fuerza municipal es la rendición de cuentas. Resulta ser que nuestros concejales, diputados y alcaldes, una vez electos, actúan por la libre. En este país se han acostumbrado a que el voto sea un cheque en blanco que les brinda, entre otros, inmunidad, exoneraciones, autoridad y distancia. Cuando en realidad es todo lo contrario: son nuestros representantes pagados con los recursos de todos, lo cual los hace nuestros empleados.
De una vez por todas, debemos convencer a los electores de que un representante del pueblo es quien, cada año, rinde cuentas de sus actos ya sean legislativos o municipales. Quien antes de emitir un voto, consulta con la comunidad, tiene líneas de comunicación directa para que los comunes puedan transmitirle su opinión. Debe sentir que si solo se representan a sí mismos o, en el peor de los casos, se convierten en instrumento de sus partidos políticos, no van a ser electos más nunca aunque utilicen los peores mecanismos que el funesto clientelismo les brinda.
El día que lo anterior suceda, veremos cómo nuestra democracia comenzará a funcionar tal y como lo merecemos. Es cierto que la corrupción continuará, y que uno que otro no entenderá fácilmente el nuevo rumbo, pero serán los menos.
Es importante la educación ciudadana. Esa materia que fue eliminada por la nueva democracia para que los panameños seamos cada vez más adeptos a políticos inescrupulosos que solo piensan en cuanto van a aumentar sus cuentas bancarias, colocar familiares en puestos públicos y viajar por el mundo con dinero de los contribuyentes, debe ser restituida, ahora con mayor fuerza.
El poder municipal es tan importante para nuestra sociedad, que no lo hemos notado porque lo damos por hecho. Y no es así. Los panameños no tienen idea del atraso al cual nos ha sometido la centralización del Estado y la corrupción generalizada. El sometimiento a la transparencia y los principios de eficacia y efectividad nos llevarán a ser un país que camina hacia el primer mundo. El rumbo actual, nos lleva a retroceder a grandes pasos.
Espero que los políticos de las próximas generaciones estén a la altura de las circunstancias y se empinen sobre la bruma y suciedad que hoy existe, entre honrosas exenciones.
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