Histórico
El Incidente de La Tajada de Sandía, 15 de abril de 1856
- Modesto Rangel Miranda/opinion@epasa.com/
Esta fecha debe ser un ejemplo para las futuras generaciones, cuando un pueblo dio su sangre por su nación libre y soberana.
Las relaciones entre Panamá y Estados Unidos están repletas de episodios de lucha y roces, cuyos momentos más fuertes se incrementaron de 1846 hasta 1903, cuando Panamá alcanzaría su máximo esplendor territorial.
Corría el año de 1849, cuando se daba una serie de movimientos en el istmo, donde los istmeños aspiraban el pleno goce de una libertad, que era bastante lejana por diferentes factores debido al pleno control del territorio nacional, por parte de Colombia y al disfrute de manipulación estadounidense, como resultado del tratado de 1846; sin embargo, hombres como Don Justo Arosemena luchaban ante el Congreso de Bogotá proponiendo una nueva forma de Gobierno como lo era el Estado Federal del Istmo, situación que no le agradó a José Domingo de Obaldía, oriundo de David, quien aducía que era necesario mantenernos unidos a Colombia, lo que provocaba el descontento de los istmeños y de Don Justo Arosemena.
El año 1850 sería de gran emoción cuando la empresa Panama Railroad Company, había ganado los derechos de construir el primer ferrocarril, hecho que le daría a Panamá mayor renombre, por tener la ruta ferrocarrilera más importante de todo el continente, y el mérito de ser el primer país en tener el mejor ferrocarril que acortaría la vuelta del hemisferio, uniendo las dos ciudades, Panamá y Colón.
Con este hecho, la conquista del Viejo oeste estadounidense se haría más famosa, acortando una sola ruta que por más de tres siglos se había considerado la ruta por el estrecho de Magallanes. Sin embargo, los momentos no fueron de tanta alegría, a pesar de que se dio una plena estabilidad social, cultural, histórica y política, pues los problemas surgieron cuando se culmina la obra en 1855, pues la compañía del ferrocarril no tenía capacidad para aumentar los salarios debido a los gastos.
A esto se sumaron las fuertes hostilidades entre los Unionistas del Norte y Confederados del Sur en el territorio estadounidense, situación que motivó años anteriores a una Guerra Civil y a la consecuente emigración de sus ciudadanos a Panamá para no verse envueltos en el conflicto bélico. Entre este grupo de ciudadanos que llegó al istmo de Panamá en 1856, venia Jack Oliver, uno de los protagonistas del hecho que causó la primera intervención estadounidense en el territorio nacional.
Cerca de lo que hoy es el Mercado del Marisco, en lo que antes se conocía como la Playa Prieta, conocido el lugar como Barrio la Ciénaga, se originaron los acontecimientos del 15 de abril de 1856, cuando el estadounidense Jack Oliver se negaba a pagar a Manuel Luna un pedazo de sandía, cuyo valor total era de 5 centavos o un real. Esto causó una fuerte indignación entre los vendedores istmeños, entre ellos Manuel Luna, quien le exigió pagar el pedazo de sandía. A raíz de esto, Jack Oliver sintió indignación, aunque uno de sus acompañante pagó el pedazo de sandía, pero se escucharon fuertes detonaciones, las que causaron enfrentamientos entre nacionales y estadounidenses.
El resultado fue altamente cuestionable, ya que fue Panamá quien tuvo que pagar los daños causados a establecimientos estadounidenses, y el Senado colombiano rechazaba pagar los gastos. Ante la negativa de Panamá a pagar los daños, el Gobierno estadounidense aplicó varias sanciones económicas y una de ellas fue el envío de dos buques navales con efectivos marines que desembarcarían en la bahía de Panamá.
La historia no se equivoca, durante 162 años el pueblo panameño anhelaba una sola cosa, su propia autonomía independentista consumada el 31 de diciembre de 1999, cuando culminaron aquellos episodios funestos y que con el tiempo darían un giro positivo a lo que hoy es la República de Panamá.
Esta fecha debe ser un ejemplo para las futuras generaciones, cuando un pueblo dio su sangre por su nación libre y soberana. La historia nunca se olvidará, desde 1856, hasta ahora la intolerancia nunca ha dejado de ser impaciente. Esta fecha es y será la llama por la libertad y su democracia.
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