Panamá
El desempleo como reto nacional
- Ing. Helmut De Puy / Ciudadano Construyendo futuro
El desempleo ha alcanzado cifras alarmantes, y lo peor de todo es que no hay señales claras de una recuperación a corto plazo.
En los últimos años, uno de los temas que más nos preocupa como país es el incremento del desempleo y su impacto directo en las familias panameñas. Cada vez parece haber más factores que están profundizando una crisis que, aunque advertida por algunos, parece haberse desbordado sin que se tomen las medidas necesarias a tiempo.
Según los informes más recientes, el desempleo ha alcanzado cifras alarmantes, y lo peor de todo es que no hay señales claras de una recuperación a corto plazo. El 9% de la población activa está fuera del mercado laboral, y muchos de ellos son trabajadores que han dedicado su vida al sector de la construcción, la agricultura, el comercio y los servicios. Estas personas no solo enfrentan la angustia de no poder mantener a sus familias, sino que también empiezan a sentir cierta frustración que a pesar de sus esfuerzos, no sienten que se han implementado políticas eficaces para reactivar la economía.
El nuevo Gobierno ha adoptado algunas iniciativas, pero cada vez parece pesar más la carga heredada de los Gobiernos anteriores. Programas como la reactivación de obras públicas o los intentos de diversificación económica son necesarios, pero no suficientes. La realidad es que Panamá sigue dependiendo de un número limitado de sectores económicos que no han demostrado ser sostenibles a largo plazo. La falta de inversión en innovación, educación técnica y nuevos sectores productivos ha sido un error costoso que debemos empezar a corregir.
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Lo que más me preocupa, sin embargo, no es solo el desempleo en sí, sino el deterioro que este provoca en el tejido social del país. La clase media y baja, que históricamente ha sido la columna vertebral de nuestra economía, está viviendo una presión sin precedentes. Las familias no solo luchan por encontrar empleo, sino que también enfrentan aumentos en los costos de vida, con precios elevados en productos básicos, servicios y, por supuesto, en los arriendos. Esta situación está generando un descontento generalizado que podría tener consecuencias más graves si no se toman decisiones audaces y urgentes.
Es imprescindible que el Gobierno impulse reformas profundas que aborden las causas estructurales de esta crisis. Necesitamos políticas públicas que no solo generen empleo temporal, sino que también creen un ecosistema productivo que garantice empleos estables, bien remunerados y con derechos laborales adecuados.
La diversificación de la economía, la promoción del emprendimiento local y una verdadera reforma educativa son solo algunas de las estrategias que deberíamos priorizar si queremos salir de esta crisis.
Como político y escritor, mi llamado es claro: necesitamos una visión a largo plazo, una visión que no esté marcada por intereses políticos inmediatos, sino por el bienestar de la mayoría de los panameños, que son los que realmente sostienen este país. Es momento de actuar sin temores a lo político o a lo económico. El futuro de nuestros trabajadores y de sus familias depende de ello.
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