Sociedad
El desastre ambiental reduce la posesión a fantasía
“La tierra no es del hombre, sino, el hombre es de la tierra”...
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“La tierra no es del hombre, sino, el hombre es de la tierra”...
Los seres vivos que no puedan adaptarse a los cambios ambientales, se transforman en cosas; las leyes de la naturaleza toman el control... Foto: Víctor Arosemena. Epasa.
La sociedad humana es una pequeña facción de las cosas vivientes, y estas surgen a partir de un conjunto de factores fisicoquímicos, y ambientales.
El ambiente está en todas partes, aún fuera del globo, en lugares donde posiblemente existan otras formas de vida, o donde no las hay.
En este sentido, las cosas vivientes están sujetas al ambiente, no el ambiente a las cosas vivientes.
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Mas aún, existen sociedades donde sus miembros “toman cosas para sí”, en el sentido literal de la palabra, (en un texto subsiguiente se presentará una consideración más amplia sobre el término posesión o “tomar algo para sí”) por el momento, interesa señalar que un desastre ambiental radical, volatiliza el comportamiento de poseer.
“La tierra no es del hombre, sino, el hombre es de la tierra”, Seattle J. (1854)
Debido a que la especie humana es aquella que destruye el planeta, aquí se utiliza como base una conceptualización jurídica de posesión, con la cual se describe, desde la perspectiva del autor, una relación entre la conducta humana y la naturaleza.
Así pues, la posesión es: “Un poder que el sujeto ejerce sobre la cosa…el sujeto mantiene la cosa sujeta así, en una relación de pertenencia…la cosa objeto de la posesión puede tratarse tanto de algo material como derechos o facultades”. Rodríguez, T. (2006, p.47).
Luego, a pesar de que varias especies animales poseen cosas, en los humanos se legitima mediante una sofisticación conocida como propiedad privada, la cual puede entenderse de la siguiente manera: “El derecho de gozar y disponer de una cosa con exclusión del arbitrio ajeno y de reclamar la devolución de ella si está en poder de otro”. Greco, O. (2008, p.323).
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Se puede decir entonces que, la base de la propiedad privada está en la posesión.
Por otro lado, la posesión va más allá de la especie humana, es un comportamiento animal, sin embargo, como se menciona en el primer párrafo, los seres vivos están sujetos al ambiente.
Por consiguiente, durante la acumulación de riesgos la conducta de los individuos y de la sociedad, humanas y no humanas, cambiará paulatinamente.
En los humanos, por ejemplo, “La propiedad implicará no propiedad y, por tanto, una relación social de tensión y de conflicto en la que se pueden formar y afianzar duraderamente identidades sociales recíprocas (los de arriba, los de abajo).
El panorama es completamente diferente en la situación de peligro”. Beck, U. (1998, p.45).
Después, en el momento del estallido, al concretizarse la catástrofe, la posesión se reduce a una fantasía.
Todos los seres vivos que no puedan adaptarse a los cambios ambientales, se transforman en cosas; las leyes de la naturaleza toman el control; en este nuevo Estado, la cosa viva no puede poseer, se convierte en cosa inerte, sin conciencia y sin voluntad.
Estudiante de Maestría en Ciencias Sociales (IDEN, SENACYT)
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