Improvisación
El crimen de una educación que prometía ser diferente
- Franklin De Gracia G.
- /
- opinion@epasa.com
- /
.... aunque muchos no lo crean, entre 1995 al 2014, hubo continuidad en gran parte de las políticas educativas ejecutadas; con innovación, pero con apego y seguimiento a los acuerdos, diálogos y pactos realizados por todos los sectores sociales, durante tantos años.
En días recientes se desarrolló en la Ciudad de Barranquilla, Colombia el I Congreso Iberoamericano de Educación, Ciudadanía y Democracia, cuyo tema central era: Educación para la ciudadanía global, la ética y la democracia para el desarrollo sostenible, en el marco de la agenda educativa al 2030 y de las metas educativas del 2021.
En el magno evento, los expositores plantearon las realidades de algunos países, haciendo énfasis en los resultados exitosos, dentro del enfoque positivista de la Educación Comparada.
Los panameños asistentes al evento, sufríamos en silencio el retroceso que se escenificó en los años de la Administración (2014 – 2019), porque lo que para algunos países representaba una innovación en materia educativa, en Panamá era parte de una historia borrada por quienes administraron ese periodo de gestión educativa que de un solo plumazo desconocieron, desactivaron e incluso aniquilaron los avances que se escenificaron a partir de 1995, hasta el momento de su ingreso al poder.
Administrar educación requiere de ciertas características personales, técnicas y profesionales, para asumir tal responsabilidad dada por una sociedad cada vez más exigente. VEA TAMBIÉN: ¡En peligro!, adoración al santísimo sacramento
Hace un lustro, comenzaba una administración educativa que pintaba bien porque encontraba un sistema educativo floreciente, con una curricula renovada, docentes capacitados en el uso de la tecnología, estudiantes dotados de equipos tecnológicos y planes educativos bien definidos que contaban con recursos disponibles para mejorar la infraestructura escolar.
Se heredaban tres proyectos insignes llamados "Polos de Desarrollo Educativos", que impactarían social, cultural y educativamente en tres comarcas (Guna Yala, Emberá-Wounaan y Ngäbe-Buglé), en más de 50 centros educativos, con presupuestos que superaban los $100 millones.
Se continuaría con la construcción de al menos 10 Centros Educativos de Excelencia, los cuales ya contaban con un fondo financiado por la CAF, y se esperaba el fortalecimiento y desarrollo de las Redes de Capacitación Docente, que empezaban a dar resultados positivos hacia la tan anhelada calidad educativa.
Pero en aquel momento, llega a las entrañas de lacentral administración de la educación panameña, un grupo de personas que su única intención era borrar lo actuado por las últimas administraciones y de esta manera cometer el crimen del siglo: con una educación, que prometía ser diferente.
VEA TAMBIÉN: Defendiendo lo acusatorio: necesidad o capricho
Porque aunque muchos no lo crean, entre 1995 al 2014, hubo continuidad en gran parte de las políticas educativas ejecutadas; con innovación, pero con apego y seguimiento a los acuerdos, diálogos y pactos realizados por todos los sectores sociales, durante tantos años.
Un lustro perdido en educación (2014-2019), fue ese funesto periodo, se trabajó sobre la base de la improvisación, no hubo planificación educativa; por consiguiente no se podrá medir los avances o retrocesos en el tema educativo; ya que no se fijaron metas, ni indicadores claves de desempeño, para determinar la eficiencia de ese cohorte.
Ante el deprimente contexto histórico expuesto, se espera con fe, que con la nueva administración educativa a cargo del Meduca (2019 – 2024), se vea el brillo de la estrella; recordando que hay un pueblo que anhela los réditos sociales, producto de los aportes fiscales y de los fondos que genera el Canal de Panamá, en la educación; principal bien patrimonial de todos los panameños.
Docente y especialista en Administración Educativa.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.