El bombero de La Mesa
- Stanley Heckadon-Moreno (opinion@epasa.com)
- /
Mucho antes de llegar los españoles, la gente del Istmo buceaba perlas en la mar. Faena peligrosa que continuó durante la colonia y el Panamá ...
Mucho antes de llegar los españoles, la gente del Istmo buceaba perlas en la mar. Faena peligrosa que continuó durante la colonia y el Panamá colombiano. Murió en la década de 1930, en la República, al enfermarse los arrecifes donde crecía la madreperla. Fama dieron a Panamá sus perlas, por su tamaño, forma y color. Todas bautizadas con nombres femeninos.
Mi pasión por la "bucería" nació en la infancia, en la finca de mis abuelos a orillas del Chiriquí Viejo. Río que nace en el volcán Barú, al norte, y sale al Pacífico por la Boca de los Espinos. Aquí tenía mi tío Salvador un palmar para extraer copra y vender a los dos monopolios capitalinos fabricantes del aceite de cocinar, la Cía. Panameña de Aceites y la Panamá Boston.
Cuidaba este palmar un viejo carpintero de rivera capaz de calafatear cualquier bote de madera. En 1902, a los 11 años, embarcó de marinero en las balandras que llevaban y traían carga y pasajeros entre Chiriquí y Panamá. Ya hombre, fue buzo de escafandra. Alto, negro como la mayoría de los buzos, mas no de Bahía Honda ni Las Perlas, sino del puerto de Pedregal. De inteligencia y vista agudas, era gran lector, alegrándose cuando le llevaba revistas. Fue el primer comunista que conocí. Su apodo, "Galafate". Su nombre de pila, Juan Quezada.
En verano, en bote de la casa, canaleteaba río abajo, dando buenos días a las señoras que lavaban ropa y platos en los playones frente a sus casas, rodeadas de cocales y platanares. En los playones de arena y lodo, contaba los lagartos asoleándose y que corrían a zambullirse.
Ya en el palmar, enquillaba el bote, echaba el fondo y corría al rancho que doblaba de cocina, jorón de dormir y depósito de copra. Tras pescar, me encaramaba en los sacos a ver a Galafate cocinar y rememorar la Guerra de los Mil Días y su vida como buzo de escafandra. De los grandes tiburones y mantarrayas, de las corrientes que arrastraban a los buzos, de las tormentas mar afuera, de los violentos calambres previos a la muerte del buzo. Viejo mal cuyo origen se desconocía, pero la medicina llamaría narcosis de nitrógeno. Me decía que en isla Jicarón, en un rincón cerca de la mar, estaba el "suelo de los chiricanos", cementerio de los buzos.
Teatro de esta bucería lo fue la Mar del Sur. Lo dividían en zonas. De saliente a poniente, las islas de Las Perlas en el golfo de Panamá, el sur de la península de Azuero, luego las islas de Veraguas Coiba, Coibita y Gobernadora. Y más a poniente, en el golfo de Chiriquí, las islas de Las Paridas, Secas, Ladronas y Montuosas. Buceaban en invierno, cuando el viento sur calmaba la mar, aclarando sus aguas. En verano, la fuerte brisa norte las enturbiaba y enfriaba.
Había flotas en Panamá, Soná, Remedios y David, propiedad de comerciantes que vendían las mejores perlas a compradores extranjeros que las exportaban a Londres, Hamburgo y Nueva York.
Por décadas trabajé para el Ministerio de Planificación y aprovechaba mis estudios de campo para preguntar en los pueblos si aún vivía "gente del tiempo de la bucería". Un día, en 1975, me dicen en Soná que quedaban tres. Dos en el pueblo y otro en río Cativé. En Soná, como en todo el interior, conocen a la gente por sus apodos. Me dijeron fuera a la Calle del Puerto y preguntara por "Mono Asao" o "El Loco". Tras tocar puertas, me abrió en una humilde casita un viejito que dijo apodarse "El Loco". Tras explicarle a qué venía y con típica cortesía del campo, haló dos taburetes y nos sentamos a conversar de la bucería.
Dijo llamarse Natividad Tristán Ortiz. Nacido en el pueblo de La Mesa, Veraguas, 15 de mayo de 1890, en el tiempo de Colombia. Que era analfabeta. "Yo fui bombero para la bucería de "Checo" Martinelli. Cuando salíamos del puerto de Soná, en el barco San Pablo, pa' mar afuera, decíamos que íbamos a hacer la marea o dir a marear, y con nosotros iba el buzo que iba a bucear. Yo era bombero. El trabajo principal del bombero era darle viento al buzo que iba por el plan de la mar recogiendo las conchas de madreperla. En cada bote había una máquina de aire y cuatro bomberos por máquina y también el cabo de vida. Los bomberos, además de darle aire al buzo con la máquina, nos tocaba matar las conchas con un cuchillo por la boca a ver si tenían perlas. También, si le tocaba, dir a buscá leña o ir a hacer la aguada, a buscá agua en una quebrada pa' la tripulación. Pero lo principal del bombero era darle viento al buzo".
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.