Educación universitaria Mercaderes de títulos
En estos días, marcados por leyes del mercado, es casi posible venderlo y comprarlo todo. Sí señores, podemos comprar desde un perro hasta sexo grupal, y desde un auto hasta un título universitario. No ha leído mal, usted. Los títulos universitarios se pueden comprar. Así que si usted no es lo suficientemente inteligente o dedicado como para pasar una carrera en una universidad de verdad, donde el aprendizaje incluya esfuerzo y sacrificio, puede proceder a esos mercados de títulos fáciles.
Por ejemplo, si usted no tiene la chispa necesaria como para pasar el examen de entrada para la carrera de Medicina en la Universidad de Panamá, simplemente puede pasarse por dos o tres universidades privadas que, por cerca de $40 mil, le hacen la vida (y el título) más fácil. Lo mismo si usted cuenta con dinero suficiente y quiere llamarse a sí mismo médico y hacer felices a su madre, abuela, tías y vecinas, sin romperse mucho la cabeza y desvelarse por horas. No sólo obtendrá un título, sino que le sobrará tiempo para realizar otras actividades que no podría hacer si estudiara.
Ya sé que hay muchos que dirán que hablo de más, o que hablo sin pruebas, o que a lo mejor soy un frustrado que no ha terminado carrera alguna en universidad ninguna, y que acomete contra la gente que la tiene fácil. Pero que alguno me explique cómo es que los muchachos que no pasan el primer año de Medicina en la universidad estatal (ni siquiera la admisión en ciertos casos) llegan a alguna de las universidades pagadas y se vuelven alumnos sobresalientes y brillantes. Que alguien me explique la abismal diferencia entre el hábito de estudio de los estudiantes de la universidades privadas y los de la nacional; que alguien me explique cómo en esos centros privados están dando Medicina sin contar con cadáveres; que alguien me explique cómo es que esas universidades se vuelven fábricas imparables de "médicos". También que alguien me explique eso y muchas otras cosas, incluyendo cómo es posible que se le dé educación mediocre a "profesionales" de la salud que tratarán con vidas humanas.
Y eso es sólo un ejemplo de lo podrido que está esté sistema de compra y venta de títulos. Los mercaderes ofrecen un sinnúmero de carreras, que van desde licenciaturas inservibles en el mercado hasta ingenierías mediocres. Rara vez alguien denuncia este hecho y creo que es hora de romper el silencio, porque quizás ahora parezca hasta gracioso, pero un día, quizás, lloremos y sea demasiado tarde. Si vamos a formar individuos, hagámoslo de acuerdo a sus capacidades y sus ganas. Dejemos lugar para los que se sacrifican, los que dan cada gota de sí por su carrera y no los igualemos al perezoso y al mediocre. Es ahora, o será tarde.
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