Urgente
Educación ambiental… ¿Será muy tarde cuando la implementemos?
- Mirna Ruth Martínez
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Vamos rumbo a un cataclismo climático y lo más triste es que lo viviremos todos, ya no se habla que la Tierra morirá dentro de un millón o quinientos años, se habla de tan solo 30 años y eso fue antes de suceder la desgracia ambiental que viven en las Amazonas en estos momentos.
![Una familia afectada por el humo producido por los incendios en la selva amazónica. Foto: EFE](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/fuego_amazonas_afectados_0.jpg)
Una familia afectada por el humo producido por los incendios en la selva amazónica. Foto: EFE
El otro día leí un artículo que decía que al paso que vamos le quedan solo 30 años de vida al planeta, para ese entonces yo rondaré los 70 años, así que quizás viva aún para presenciarlo, cual apocalipsis durante mi vejez.
Es irónico o quizás un mensaje divino que en los últimos meses se habla tanto de la destrucción del planeta y hoy estoy escribiendo este artículo mientras veo en las noticias cómo arde el Amazonas, desde hace dos semanas, ante la mirada poco importa de los Gobiernos y de la humanidad; lastimosamente, solo al salirse de control la situación y al hacer (las pocas personas interesadas) presión en las redes sociales, se dignaron a ver cómo controlan los incendios luego de haber cobrado ya tantas hectáreas y vida de la fauna y flora.
Ahora bien, eso es lo que sucede allá afuera, como diría un tío, pero y ¿qué hacemos con lo que sucede aquí adentro?
En Panamá, vemos cómo todos los veranos se forman los incendios forestales a nivel nacional y nunca nadie ha ido preso.
Fuimos testigos mudos de cómo deforestaron y talaron Azuero y de cómo no conforme se trasladaron al Darién a seguir talando a diestra y siniestra allá sin que nadie diga nada; el descaro es tan grande que ya los camiones llenos de madera pasan de día por la carretera y ya no a escondidas de noche como se hacía antes.
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Darién es hoy en día un potrero con ganadería y agricultura abierta que de tapón solo le queda el famoso nombre.
Lastimosamente lo que suceda aquí, en Brasil o cualquier otra parte del mundo, nos perjudica a todos ya que el planeta no tiene fronteras, mucho menos lo tiene la capa de ozono, la atmósfera, los mares y la tierra.
Vamos rumbo a un cataclismo climático y lo más triste es que lo viviremos todos, ya no se habla que la Tierra morirá dentro de un millón o quinientos años, se habla de tan solo 30 años y eso fue antes de suceder la desgracia ambiental que viven en las Amazonas en estos momentos.
¿Estamos a tiempo de hacer algo?
Sí y en eso entra la Educación Ambiental, la cual debería ser obligatoria como materia y práctica desde la primaria en todos los colegios.
Ya no se trata de dar agricultura y de sembrar una matita o ver germinar un poroto, se trata de enseñarles a las futuras generaciones a cuidar su hogar para que cuando nosotros como padres, educadores o gobernantes ya no estemos, nos vayamos sin esa preocupación de que la humanidad desapareció de una forma no tan bonita como quisiéramos.
A las autoridades los exhorto a ser más fuertes con las leyes que ya existen de protección, urgen que las implementen, de nada sirve aprobar más y más leyes si no implementan y le meten mano dura a las ya existentes.
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Urge también implementar la Educación Ambiental en los colegios y las universidades, no es posible que sigamos graduando profesionales de la construcción, agropecuaria y administración de negocios con nulo amor ambiental que salgan al mercado a hacer planos y proyectos donde no involucran dentro del entorno urbano árboles y parques (salvo los espacios obligados por ley que terminan siendo canchas llenas de gravilla).
Y para finalizar, a los padres, eduquen a sus hijos sobre la importancia que tienen hasta las plantas que tenemos en casa y que estilan para echarles agua, es muy triste tener que contarles historias de su infancia cuando jugaban trepándose a los árboles y que sus hijos vayan rumbo a un destino incierto sobre su entorno y que de árboles solo conozcan los pocos que ya quedan en el Parque Omar, porque si vives en Panamá Oeste da dolor ver cómo están deforestando y matando animales en Loma Cová, y si vives hacia el Este ya hasta Cerro Azul es historia de aquel pasado de un lugar que era fresco, boscoso y bonito.
En Panamá el canibalismo ambiental ha llegado a extremos de deforestar nuestra cuenca del Canal y áreas protegidas, con todo lo que sucede entonces sí estoy empezando a creer la teoría de que al planeta solo le quedan 30 años.
¿Si eso sucede a dónde iremos?
Marte, Júpiter, la Luna?
¿Habrá metro o chivas hacia allá?
Docente.
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