Abusos
Economía del desastre, consumerismo y coronavirus
Como la crisis ha enviado a miles de trabajadores a su casa, producto del cierre de las empresas, habrá que aplicar un paquete de medidas que aumente la producción para estimular la maltrecha economía de los países azotados por el coronavirus.
- Carlos Pérez Morales
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- - Publicado: 04/4/2020 - 12:00 am
La mayoría de las bolsas de valores ha registrado caídas en los precios de los servicios y bienes de financiamiento. Foto: EFE.
La periodista canadiense Naómi Klein, analizó el neoliberalismo en su famoso libro La doctrina del shock.
En este libro analiza lo que ya conocemos como la economía del desastre.
Nos muestra cómo las empresas han aprendido a sacar provecho de tales desastres.
Señala cómo y el personal pasa fácilmente de puestos relacionados con la seguridad y defensa de los organismos públicos de los Estados Unidos, a puestos en empresas lucrativas.
Este libro ha tenido mucho éxito, pero también algunos detractores.
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El diario The Independent calificó al libro de "un relato convincente de la forma en que las grandes empresas y la política se sirvieron de desastres globales para sus propios fines", mientras que Stephen Amidon del New York Observer lo llama un "estudio de peso del corazón oscuro del capitalismo contemporáneo".
En todo el mundo ocurren muchos desastres.
Durante este lustro, Puerto Rico padeció de un catastrófico huracán (María), de un fuerte terremoto y ahora de una generalizada pandemia producida por el coronavirus Covid-19, que han traído a nuestro pueblo enormes desastres.
En el caso del huracán María de 2017, muchas empresas de electricidad de Estados Unidos fueron contratadas por el Gobierno de Puerto Rico durante el periodo de emergencia y bajo las reglas de ese Estado.
A todas ellas se les pagaban gigantescas sumas multimillonarias, mientras a los empleados de Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico se les pagaron los mismos salarios bajos que tenían antes de la emergencia.
Resultado, estas empresas obtuvieron enormes ganancias del desastre provocado durante el huracán aprovechándose del desastre ocurrido en Puerto Rico.
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Desde hace poco tiempo surgió en Wuhan China, un peligroso coronavirus nuevo.
Este coronavirus es muy peligroso y puede causar la muerte.
El mismo se ha extendido a nivel global rápidamente.
Ya se encuentra presente en todos los continentes menos en la Antártida.
Se contagia de persona a persona a través de las pequeñas gotas que salen de una persona infectada al estornudar.
Como el virus es nuevo, aún no hay una vacuna para prevenirlo ni medicamentos para curar las personas infectadas.
Sus síntomas son muy parecidos a la de una gripe fuerte y a los de la influencia: tos, fiebre, mucosidad y dificultad para respirar.
Puede causar neumonía.
El coronavirus ha causado una gran reducción en los distintos asuntos económicos a nivel global.
Como ejemplo de esta situación está la reducción en los vuelos de muchas aerolíneas, con sus grandes pérdidas económicas.
También el cierre de las fronteras en muchos países ha traído una reducción del comercio internacional.
Muchos países del Caribe y otros lugares en que los cruceros de turismo hacen paradas, le han cerrado sus puertos impidiéndoles atracar.
En las sociedades capitalistas que miden su economía de financiamiento a través de la bolsa de valores, el coronavirus (Covid-19) las ha afectado negativamente.
La mayoría de estas bolsas ha registrado caídas en los precios de los servicios y bienes de financiamiento.
En países como China (área cercana a Wuhan) e Italia, la producción se ha detenido.
No podemos responsabilizar al coronavirus por la crisis económica que sufrimos hoy, porque ya la crisis estaba y venía acelerándose.
Como la crisis ha enviado a miles de trabajadores a su casa producto del cierre de las empresas, habrá que aplicar un paquete de medidas que aumente la producción para estimular la maltrecha economía de los países azotados por el coronavirus.
Un asunto que llama nuestra atención es la enorme publicidad que ha recibido la peligrosidad del contagio y trasmisión del Covid-19, para toda la población.
En muchos casos no se trata de una campaña educativa, sino todo lo contrario, se trata de una publicidad alarmante, transmitiendo información falsa, que estimula el consumo exagerado de artículos que no son necesarios.
Los supermercados se encuentran abarrotados y las mercancías desaparecen con rapidez de los estantes.
La gente se encuentra nerviosa y desesperada sin razón alguna, aunque es importante tomar medidas de precaución.
¡Una vez más, queda probado que durante los desastres hay muchas empresas e individuos que se benefician enormemente!
Docente jubilado. Universidad de Puerto Rico.
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