Análisis
Donantes vs. votantes
- Pedro Moreno- Patiño
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Las reformas electorales de alguna forma trataron en vano de limitar las donaciones de campaña, pero de nada sirvieron porque tasar una candidatura a cualquier cargo de elección popular es promover su venta, alquiler o empeño, por tanto no existe limitación para estos escurridizos, evasivos elementos antisociales que logran su cometido cada quinquenio.
Cada candidato de cada partido es un incondicional de su donante, las autoridades allanan las vías para que así suceda, convocando a una "fiesta democrática electoral" .
Luego de casi 25 años de supuesta vida democrática, hemos experimentado la reincidencia de la alternabilidad en el poder, luego de que en el 2009 se rompiera la misma y se evidenciara la pugna de los grupos emergentes del poder económico con los tradicionales, quienes son los flamantes donantes de campañas, plenamente identificados, al igual que sus articulaciones políticas vistas a diario en medios televisivos.
No parecemos reaccionar efectivamente contra esta vieja praxis politiquera de vieja data, que no solo atañe a nuestro país, sino al resto del hemisferio sin darle su fama internacional ya conocida.
Su fiel ejemplo es la malograda constructora Odebretch, quien vino para destruir nuestra incipiente democracia poniendo a sus pies a gobernantes y empresarios ya bien conocidas son sus andanzas por todo el continente haciendo súbditos a Gobiernos del área de cualquier ideología.
Los donantes tienen la particularidad de contar con todo un andamiaje, estructuras elaboradas para aparecer como grandes filántropos y hacedores de paz y progreso; sin embargo, su alcance y proyección incide en las instituciones como el Tribunal Electoral, así como en los demás órganos del Estado convirtiendo al sistema político nacional en una "mafiocracia" que deambula escoltada por los gobernantes de turno.
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Aun con el surgimiento de la novedosa figura de la libre postulación o candidatura independiente a la presidencia de la República, no dudaron también en hacerse y asirse de ella, prueba de ello es cómo la han desnaturalizado.
Las reformas electorales de alguna forma trataron en vano de limitar las donaciones de campaña, pero de nada sirvieron porque tasar una candidatura a cualquier cargo de elección popular es promover su venta, alquiler o empeño, por tanto no existe limitación para estos escurridizos, evasivos elementos antisociales que logran su cometido cada quinquenio.
¿Estamos conscientes de la magnitud de la influencia y poder desmedido que tienen los donantes sobre el resto de nosotros mortales llamados votantes?
Es la clásica humillante dependencia, como lo sentenció Juan Pablo II; sin embargo, para desgracia de ellos y fortuna de los muchos, poseemos el gran valor de la moralidad, visto en innumerables ejemplos como en la década de los años 50, cuando en Parita se ofrecía un machete "Collins" y una botella de seco, nuestro abuelo "Peyuyo" Moreno dignamente rechazó esa perversa forma de clientelismo como una de las maneras de optar por una diputación o cualquier cargo de elección.
Hasta la fecha, esas estructuras "corruptocráticas" han prevalecido de generación en generación, más aún han elevado las dádivas, convirtiendo a las elecciones generales en negocios familiares.
Definitivamente que el sistema nos mantiene secuestrados, inmóviles para elegir libremente, ya que los escogidos por los partidos políticos a través de sus primarias vienen con su ferrete de sus inescrupulosos donantes, quedando el elector sin opción alguna de emitir su voto efectivo, ya que cada candidato de cada partido es un incondicional de su donante, las autoridades allanan las vías para que así suceda, convocando a una "fiesta democrática electoral" cuando todos sabemos que se convierte en una pesadilla en la cual quedamos sometidos por cinco años.
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Queda claro que la campaña #NoalaReelección falló, los nuevos elegidos también provendrán de los enormes bolsillos de los donantes y nuevamente tendremos los mismos escenarios que confrontar.
¿Solución?
Por supuesto que sí, tenemos que organizarnos, desprendernos de los egos inútiles que dividen, solicitar una nueva Constitución y refundar un nuevo Estado, con la participación equitativa de todos.
Si no somos capaces de quitarles el poder a los corruptos donantes estaremos irremediablemente a merced de sus oscuros intereses. Acción !!!
Ciudadano Independiente.
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