Economía
¿Dolarizar la economía Argentina ya?
- Virgilio Correa opinion@epasa.com
Todo está en un estado disfuncional. Es una acumulación de desaciertos e incoherencias por muchos años. Una solución podría ser que dolaricen la economía argentina.

Casa de cambio en el centro de Buenos Aires, Argentina.
El presidente Mauricio Macri se expresó hace muy poco días, sobre los doce años particulares de gobierno del matrimonio Kirchner-Fernández (2003-2015), admitiendo que “se habían perdido cerca de US$200,000 millones” -(US$1,389 millones por mes)- de las arcas de todos los argentinos.
Al mismo tiempo el juez Bonadío, que lleva la causa de los cuadernos de la corrupción de Centeno, afirmaba a la prensa: “Tenemos las evidencias ya recabadas desde los cuadernos, que Nestor y Cristina Kirchner eran los jefes de una banda para delinquir en Argentina por doce largos años”.
Esto podría conducir a pensar que a pesar de todos los esfuerzos y apoyos internacionales, Argentina se podrá apenas recuperar a partir de que transcurran al menos unos seis años (2024,) o sea la mitad de los años, en que el matrimonio populista estuvo en el poder expoliando las arcas del Estado, desde la Rosada, Olivos, Juncal, Río Gallego o aún el Calafate, sin contar los negocios en el extranjero (Unasur y allegados).
Lo lamentable es el patrón de conducta reincidente del Peronismo y del neo Peronismo y tal vez mañana del Populismo digital, pues ese fenómeno es como una enfermedad endémica, que se hereda genéticamente de padres a hijos, es por eso que antes había guerra civil y/o revoluciones armadas, para cambiar el rumbo de esos patrones disfuncionales, psiquiátricamente hablando en estos países endémicos.
En las circunstancias actuales, pareciera que las cosas están mejorando, pues una gran porción del pueblo ha tomado conciencia que un cambio es necesario, toda vez que una gran mayoría de argentinos quiere que no roben más y que sean más decentes en general.
Tarea difícil de alcanzar hoy en día en los países de la periferia indoamericana.
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No obstante en el ámbito económico, las cosas no van muy bien.
La economía argentina es tan compleja, como compleja es su historia, su sociedad y sus acontecimientos.
Han pasado por muchas adversidades económicas y las de hoy no son menores, son más bien mayores y muy difícil de resolver en el corto plazo.
Lo incierto prevalece sobre lo cierto; sin embargo, en muchos sectores las cosas van muy bien pero en otros sectores van muy mal.
Tal vez, es el producto de tantas contradicciones juntas y seguidas a través de su larga historia, hacen que el tema económico sea muy difícil de resolver.
Es como nadar contra la corriente. Todo está en un estado disfuncional.
Es una acumulación de desaciertos e incoherencias por muchos años.
Una solución podría ser que dolaricen la economía argentina.
De seguro que será muy difícil poner a funcionar un plan en ese sentido, pues vemos muy mal que los argentinos acepten el US$ como moneda de curso legal (incluso con la esfigie de Evita, Perón o Illia), aunque todos usan el US$ y lo buscan por doquier desde que llegan a la mayoría de edad (otra contradicción más).
¡Difícil de entender!
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Suprimirían los riesgos de cambio, como era en la Europa del siglo pasado y la actual con la creación del Euro para todo el mundo.
Aquí en el caso argentino, los Estados Unidos tendrían que cambiar su moneda y crear una nueva, para que los argentinos la acepten como que fue idea de ellos, de lo contrario podrían no aceptarla (otra contradicción más).
Aunque no es evidente que los Estados Unidos se interese a un plan de dolarización de la Argentina.
El riesgo sería muy alto para ellos.
Argentina no es el Ecuador y está muy lejos, difícil de administrar desde Washington, D.C.
Hace muchos años un amigo argentino nos dijo que las medias lunas (“croissant”) lo habían inventado ellos y eran las mejores del mundo.
Me confundió porque el “croissant”, que es el símbolo del Islam, fue un invento de las vienesas y vieneses cuando Soliman, El Magnífico, sitió Viena en Austria (1529), y estos le crearon el “croissant” la primera mañana del sitio.
Soliman no lo aceptó temiendo a ser envenenado por los cristianos austro-húngaros y se marchó a Otomania.
No creemos que durante el primer sitio de Viena en Argentina ya desayunaban con medias lunas antes de 1529(¿?).
Estas son las fábulas que nos ponen a reflexionar sobre las actitudes de las sociedad argentina y sus disfunciones.
Peor aún, Argentina es hoy por hoy en materia de competitividad mundial el país #92/138 (por debajo de Chile #33/138 y Panamá #50/138).
Solo destaca en la educación universitaria #38/138 y en el tamaño del país #32/138, según parámetros de medición del WEF-2018, aunque por los demás parámetros es casi como un país africano, según los suizos.
Ya en Davos, Macri prometió sanar todas esas disfunciones argentinas.
Ojalá que no termine como un Don Quijote del Calafate.
Roguemos por él.
Esto nos lleva a concluir qué tal vez aceptando el US$ como moneda de curso legal forzoso en Argentina, -(una especie de macro cepo)- se vean obligados a acelerar el paso, siendo así más competitivos de lo que son ahora, teniendo de esta manera más oportunidades que con ese peso$ obsoleto, pronto a 36 por dólar, para igualar la tasa de inflación a 36% anual, en lugar de lograr ser el país #32 del mundo para superar a su vecino Chile, que es ahora la primera economía en el continente latinoamericano, desde hace unos pocos meses.
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