Turismo
Degustando, Descorchando Trastevere
Hemos visitado la ciudad de Rómulo y Remo en varias ocasiones, pero como turistas, es decir con un grupo de personas, en su mayoría gringos obesos, y un guía en un refrigerado autobús con pausas en sitios como el Coliseo, la Basílica de San Pedro en el Vaticano y el Foro Romano.
- Jaime Figueroa Navarro
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- - Publicado: 20/11/2021 - 12:00 am
Jaime Figueroa Navarro y su esposa, Mayin Lugo de Figueroa, visitan la Piazza San Carlo, Turín, Foto: Cortesía del autor.
Jaime Figueroa Navarro y su esposa, Mayin Lugo de Figueroa, en el restaurante Trattoria Pane e Vino, Roreto. Foto: Cortesía del autor.
Jaime Figueroa Navarro y su esposa, Mayin Lugo de Figueroa, en el restaurante Trattoria Pane e Vino, Roreto. Foto: Cortesía del autor.
Los amigos Marco y Luciana, que viven en las inmediaciones de Turín, a unos 640 kilómetros de Roma. Foto: Cortesía del autor.
Los amigos Marco y Luciana, que viven en las inmediaciones de Turín, a unos 640 kilómetros de Roma. Foto: Cortesía del autor.
A pesar que vive en Cherasco, en las inmediaciones de Turín, a unos 640 kilómetros de Roma, consulté a mi amiga Luciana sobre las cualidades de la gastronomía de la capital italiana.
Hemos visitado la ciudad de Rómulo y Remo en varias ocasiones, pero como turistas, es decir con un grupo de personas, en su mayoría gringos obesos, y un guía en un refrigerado autobús con pausas en sitios como el Coliseo, la Basílica de San Pedro en el Vaticano y el Foro Romano.
Durante nuestra última visita, inclusive le compramos a un inmigrante del Medio Oriente unos rosarios en sus estuchitos plásticos, dizque bendecidos por el Papa Francisco a diez Euros la docena, que nos sirvieron como obsequios a feligreses istmeños, teniendo, eso sí, el detalle de remover las etiquetas "made in China".
Resulta que, a inicios de diciembre, mi esposa y yo decidimos que ya era suficiente el encierro haciendo necesaria una gira a sitios diferentes que nos harán extrañar las roscas navideñas, los tamales y el ron ponche.
Fue así como, gracias a la internet y al tiempo de ocio que nos colaboró con nuestras pesquisas, logramos encontrar un crucero de 17 noches que zarpa de Civitavecchia, puerto a 80 kilómetros de Roma, con destino Miami. Siendo inicios de diciembre temporada baja en el viejo continente, resulta ideal por la economía de escalas, con tarifas aéreas asequibles, vía Ámsterdam a bordo de KLM, logrando reservar una suite a precio de recámara regular en un hotel muy elegante durante nuestra escala de dos noches.
Luciana nos recomendó el barrio bohemio de Roma, Trastevere, que goza de la mejor opción gastronómica en Italia. Ubicado en las inmediaciones del rio Tíber, del italiano "tras", detrás y "Tevere", Tíber, este contorno concentra las mejores ofertas, dentro de las 14,000 hosterías romanas.
Afilando el lápiz, Marco, el esposo de Luciana nos recomendó el restaurante La Parolaccia, donde sus muy rudos mozos insultan a los comensales. Aunque nos pareció una oferta muy entretenida y totalmente diferente, le descartamos porque solo intuimos unas palabritas en italiano, no lograríamos descifrar la esencia de las afrentas y su menú resulta relativamente estéril.
Escudriñando la abundante oferta, escogimos el restaurante Nannarella en Piazza di San Calisto, inaugurado en 1930, como nuestra selección "benvenuti a Italia" nuestra primera noche.
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Nuestra segunda y última jornada optamos por una gira gastronómica en castellano, a partir de las 11 am, ofertada por Civitatis, la mayor agencia española de excursiones guiadas a nivel mundial.
Comenzaremos nuestra ruta gastronómica en la Plaza de Santa María, lugar de reunión por excelencia en el Trastevere. Rasgaremos nuestro apetito degustando una suculenta pizza artesanal. Existen tantas variedades en Roma que lo difícil será decantarse por una de ellas. Este icónico producto nos dará pie a hablar de la reina Margarita de Saboya, que en el siglo XIX popularizó el consumo de la pizza que lleva su nombre.
Nuestra siguiente pausa tendrá lugar en un puesto de supplí, donde degustaremos una muestra. Se trata de una receta típica del país transalpino similar a las croquetas. Los ingredientes son tan variados como suculentos: arroz, mozzarella, verduras. Tampoco podemos resistirnos a los dulces sabores de los helados del Trastevere. Probaremos un copioso "gelato" en uno de los puestos más afamados del barrio.
Después, marcharemos hacia las proximidades de la Plaza de Santa María. En un local típico de la zona culminaremos la ruta con una copa de vino italiano. Maridaremos este caldo con una tabla de quesos y prosciutto (un tipo de jamón cocido), el broche perfecto para este tour gastronómico. ¡Arrivederci Roma!
Líder empresarial.
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