Editorial
Décima provincia
El constante incremento poblacional y habitacional de La Chorrera y Arraiján y la proliferación de centros comerciales, sucursales universitarias, escuelas, bancos, servicios públicos y privados confluyen
El constante incremento poblacional y habitacional de La Chorrera y Arraiján y la proliferación de centros comerciales, sucursales universitarias, escuelas, bancos, servicios públicos y privados confluyen en la creación de la décima provincia con la adición de los distritos de Capira, Chame y San Carlos, por la aprobación de un proyecto de ley. Se cumple así el anhelo de lograr la autonomía administrativa, económica y cultural de un conglomerado de distritos atados a la desmedida centralización de la capital. La nueva división política permitirá que los habitantes de la décima provincia no se vean obligados a viajar a la capital para atender trámites y cumplir obligaciones de diversa índole, en medio de las consabidas congestiones del tránsito. Los diputados promotores de la décima provincia deberán bregar para la pronta instalación de sucursales de instituciones y dependencias públicas, y también para estimular inversiones privadas satisfactorias de las necesidades de empleo.
Los pobladores de Capira, Chame, Coronado, Punta Blanca, San Carlos y los hoteles y resorts aledaños atendían antes asuntos municipales, por ejemplo, licencias de construcción etc. en Chame. Pero ahora ignoran los moradores de estos lugares si tendrán que trasladarse hasta La Chorrera, más lejana que Chame. Hay que evitar que La Chorrera cree otra dependencia administrativa tan inconveniente como la que padecieron con la capital. Ojalá que los chorreranos orgullosos por ser el centro administrativo de la décima provincia tomen en cuenta debidamente que los cambios comprendan, también, a los distritos que han incorporado de un plumazo. La Gobernación ampliada tiene que analizar objetivamente las fortalezas y debilidades generadas por la creación de la décima provincia, que ha ganado el desarrollo agropecuario de Capira y Chame y, particularmente, el desarrollo turístico de Coronado, Punta Blanca, Playa Blanca, San Carlos. Resultaría decepcionante que se frene el impulso de una de las zonas turísticas más avanzadas que está recibiendo casi como un regalo de Dios la décima provincia. De ciudades dormitorio, Arraiján y La Chorrera pueden pasar a constituirse en una región sumamente próspera si atacan a tiempo el virus de la centralización burocrática.
El aeropuerto de Río Hato les otorga posibilidades turísticas extraordinarias a Farallón, Penonomé, Natá y Aguadulce; asimismo el impulso del desarrollo turístico abarcará a los distritos de la décima provincia más cercanos al aeropuerto. Hay que trabajar para que dichos estímulos abarquen La Chorrera y Arraiján. La Autoridad Panameña de Turismo está en condiciones de asesorar a funcionarios y legisladores. La meta primordial de la décima provincia puede consistir en que Arraiján y La Chorrera dejen de ser ciudades-dormitorios donde el descanso del sueño de sus pobladores desaparece en la mañana cuando viajan a trabajar a la capital.
La creación de la décima provincia constituye un paso importante en los campos de la reforma administrativa gubernamental y el ordenamiento territorial que conlleva cambios de jurisdicciones y competencias. Estos avances de la descentralización administrativa representan nuevas responsabilidades, que deberán afrontarse a su debido tiempo.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.