De bardas y barbas
Publicado 2002/07/26 23:00:00
- Jaime A. Chávez rivera
El lenguaje humano es dinámico, tiene vida propia. Crece y se nutre constantemente de las costumbres del país donde se utiliza. El castellano es el mejor ejemplo. Tenemos una Academia de la Lengua excelente. Ser miembro de ella es un honor. Cada letra del alfabeto tiene un responsable y el estudio que se hace es profundo sin perder de vista que si la nueva acepción otorgada a una palabra en algún país, tiene justificación lógica, se propone su admisión acompañada del texto del estudio pertinente. Cuando se trata de refranes, empero, no ocurre lo mismo. Si alguien, por error o por ignorancia cita un refrán incorrectamente, alguien lo escucha y se lo aprende. Esa persona, a su vez, lo vuelve a citar y así la cadena sigue. El impacto es mayor cuando alguien lo utiliza en algún artículo que sale publicado, el error ya no es error porque salió en letras de molde en un periódico o revista.
Un ejemplo de esta situación ocurre cuando alguien cita: "Cuando las bardas de tu vecino veas arder, pon las tuyas en remojo" ; el que lo oye generalmente no está seguro de lo que se trata. Si se molesta en averiguar un poco más, se enterará que una BARDA, según el diccionario de uso del idioma español María Moliner: Barda f. Cubierta de sarmientos, ramaje, paja o broza, asegurada con piedras o tierra sobre las tapias de los corrales para protegerlas contra la lluvia.
El refrán original dice: "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar". Como existen algunas personas en Panamá, Cuba, Colombia y Venezuela, que se pegaron a la versión errada, entre ellas más de un periódico panameño, consulté el caso con el Centro Virtual Cervantes de Madrid, quienes tuvieron la gentileza de contestarme así: En efecto, la forma usual de este refrán en España es "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar". Según explica Covarrubias, en su "Tesoro de la lengua castellana o española" (1611) : "pelar a un hombre las barbas es grande afrenta" y explica el refrán de la siguiente manera: ""Quando vieres la barba de tu vezino pelar, echa la tuya en remojo; si vemos seguirse algún daño a los que son de nuestra condición y trato, devemos temer que otro día avrá de acontecer por nosotros, y prevenirnos para que el golpe no sea tan recio". En España se encuentran variaciones de este refrán como "Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar", "Cuando las barbas de tu vecino veas rapar...", o "Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, echa las tuyas a remojar", etc. Sin embargo, hemos encontrado en el periódico venezolano El Universal (http://www.eluniversal.com/2002/05/29/29291EE.shtml) la siguiente versión: "cuando las barbas de tu vecino se están quemando, pon las tuyas al remojo". Y también está documentada la versión: "Cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo", dentro de las páginas de la Unión de periodistas de Cuba, entre otras.
Habida cuenta de cualquiera de las versiones significa lo mismo, y que cualquiera de ellas queda explicada con la paráfrasis de Covarrubias... no debemos hablar de corrección o incorrección, sino de la unidad y la diversidad de la lengua española, tema de gran interés que se trata con detalle en nuestras páginas dedicadas al II Congreso Internacional de la Lengua española (http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/valladolid/ponencias/ unidad_diversidad_del_espanol), a las que le remitimos.
La versión "venezolana" que se refiere a la barba que se está quemando o ardiendo, es cómica, a no ser que se trate de una afección dermatológica en cuyo caso la del vecino no tiene por qué prepararse poniéndola en remojo.
Hay varios ejemplos de esta distorsión, pero ninguna de ellas es lo suficientemente lógica como para constituir una nueva versión de lo mismo. En un artículo encontrado en Internet, que me ha sido referido con la intención de demostrar que el refrán de las BARDAS es correcto, Adolfo P. Salgueiro escribe: "....Esa es precisamente la situación con respecto a Colombia por aquello de que "cuando las bardas de tu vecino veas arder pon las tuyas en remojo"..." Y más adelante dice: "Esta sempiterna advertencia de origen castizo y que alerta a cualquier desprevenido acerca de los inminentes peligros que pueden llegar a acecharle tarde o temprano, varió su ordenamiento sintáctico en estas trasatlánticas tierras, donde cambió de forma pero no de fondo, es decir, alteró su estilística mas no así su valor semiológico. En ambos contextos idiomáticos significan lo mismo. A pesar de variar las "bardas" ibéricas por las "barbas" hispanoamericanas, este amenazante refrán aún causa alarma entre aquellos a los que les es proferido coloquialmente"
Este insigne caballero piensa que alguien sustituyó BARBAS por BARDAS como si se tratara de lo mismo. No se trata, pues, de lo mismo ni tampoco de un desarrollo lingüístico ni de la evolución natural del idioma. Se trata de una corrupción sin sentido ni lógica alguna. El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, en su más reciente edición, dice: barda (Del it. barda. y este del ar. clás. barda¹ah). f. Arnés o armadura de vaqueta a hierro con que se guarnecía el cuerpo de los caballos para su protección en la guerra y en los torneos. 112. ant Borrén de la silla. barda (De or. inc.). C Sets, vallado o tapia que circunda una propiedad. 112. Cubierta de sarmientos. paja, espinos o broza, que se pone, asegurada con tierra o piedras, sobre las tapias de los corrales, huertas y heredades. para su resguardo. II 3. Maleza o matojos silvestres. II 4. Mar Nubarrón oscuro, alargado y de mal aspecto, que sobresale pegado al horizonte. II 5. Esp. occid Monte bajo de roble o quejigo. II 6. Esp. occid. Mata de roble o quejigo. II 7. Arg. En las montañas de la región patagónica. Ladera acantilada o barrancosa. II brincarse o saltarse, o volarse, alguien la -. frs. coloqs. Mex. Tener un éxito inesperado, conseguir un buen resultado. bardado¹, da. (De barda1). adj. Armado o defendido con la barda (II armadura). ¿Será posible que alguien por ahí todavía insista en que el refrán correcto es el de las bardas y no el de las barbas? Si así fuera, habría que recomendarlo para miembro de la Real Academia.
(jmhandal@cableonda.net)
Un ejemplo de esta situación ocurre cuando alguien cita: "Cuando las bardas de tu vecino veas arder, pon las tuyas en remojo" ; el que lo oye generalmente no está seguro de lo que se trata. Si se molesta en averiguar un poco más, se enterará que una BARDA, según el diccionario de uso del idioma español María Moliner: Barda f. Cubierta de sarmientos, ramaje, paja o broza, asegurada con piedras o tierra sobre las tapias de los corrales para protegerlas contra la lluvia.
El refrán original dice: "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar". Como existen algunas personas en Panamá, Cuba, Colombia y Venezuela, que se pegaron a la versión errada, entre ellas más de un periódico panameño, consulté el caso con el Centro Virtual Cervantes de Madrid, quienes tuvieron la gentileza de contestarme así: En efecto, la forma usual de este refrán en España es "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar". Según explica Covarrubias, en su "Tesoro de la lengua castellana o española" (1611) : "pelar a un hombre las barbas es grande afrenta" y explica el refrán de la siguiente manera: ""Quando vieres la barba de tu vezino pelar, echa la tuya en remojo; si vemos seguirse algún daño a los que son de nuestra condición y trato, devemos temer que otro día avrá de acontecer por nosotros, y prevenirnos para que el golpe no sea tan recio". En España se encuentran variaciones de este refrán como "Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar", "Cuando las barbas de tu vecino veas rapar...", o "Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, echa las tuyas a remojar", etc. Sin embargo, hemos encontrado en el periódico venezolano El Universal (http://www.eluniversal.com/2002/05/29/29291EE.shtml) la siguiente versión: "cuando las barbas de tu vecino se están quemando, pon las tuyas al remojo". Y también está documentada la versión: "Cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo", dentro de las páginas de la Unión de periodistas de Cuba, entre otras.
Habida cuenta de cualquiera de las versiones significa lo mismo, y que cualquiera de ellas queda explicada con la paráfrasis de Covarrubias... no debemos hablar de corrección o incorrección, sino de la unidad y la diversidad de la lengua española, tema de gran interés que se trata con detalle en nuestras páginas dedicadas al II Congreso Internacional de la Lengua española (http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/valladolid/ponencias/ unidad_diversidad_del_espanol), a las que le remitimos.
La versión "venezolana" que se refiere a la barba que se está quemando o ardiendo, es cómica, a no ser que se trate de una afección dermatológica en cuyo caso la del vecino no tiene por qué prepararse poniéndola en remojo.
Hay varios ejemplos de esta distorsión, pero ninguna de ellas es lo suficientemente lógica como para constituir una nueva versión de lo mismo. En un artículo encontrado en Internet, que me ha sido referido con la intención de demostrar que el refrán de las BARDAS es correcto, Adolfo P. Salgueiro escribe: "....Esa es precisamente la situación con respecto a Colombia por aquello de que "cuando las bardas de tu vecino veas arder pon las tuyas en remojo"..." Y más adelante dice: "Esta sempiterna advertencia de origen castizo y que alerta a cualquier desprevenido acerca de los inminentes peligros que pueden llegar a acecharle tarde o temprano, varió su ordenamiento sintáctico en estas trasatlánticas tierras, donde cambió de forma pero no de fondo, es decir, alteró su estilística mas no así su valor semiológico. En ambos contextos idiomáticos significan lo mismo. A pesar de variar las "bardas" ibéricas por las "barbas" hispanoamericanas, este amenazante refrán aún causa alarma entre aquellos a los que les es proferido coloquialmente"
Este insigne caballero piensa que alguien sustituyó BARBAS por BARDAS como si se tratara de lo mismo. No se trata, pues, de lo mismo ni tampoco de un desarrollo lingüístico ni de la evolución natural del idioma. Se trata de una corrupción sin sentido ni lógica alguna. El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, en su más reciente edición, dice: barda (Del it. barda. y este del ar. clás. barda¹ah). f. Arnés o armadura de vaqueta a hierro con que se guarnecía el cuerpo de los caballos para su protección en la guerra y en los torneos. 112. ant Borrén de la silla. barda (De or. inc.). C Sets, vallado o tapia que circunda una propiedad. 112. Cubierta de sarmientos. paja, espinos o broza, que se pone, asegurada con tierra o piedras, sobre las tapias de los corrales, huertas y heredades. para su resguardo. II 3. Maleza o matojos silvestres. II 4. Mar Nubarrón oscuro, alargado y de mal aspecto, que sobresale pegado al horizonte. II 5. Esp. occid Monte bajo de roble o quejigo. II 6. Esp. occid. Mata de roble o quejigo. II 7. Arg. En las montañas de la región patagónica. Ladera acantilada o barrancosa. II brincarse o saltarse, o volarse, alguien la -. frs. coloqs. Mex. Tener un éxito inesperado, conseguir un buen resultado. bardado¹, da. (De barda1). adj. Armado o defendido con la barda (II armadura). ¿Será posible que alguien por ahí todavía insista en que el refrán correcto es el de las bardas y no el de las barbas? Si así fuera, habría que recomendarlo para miembro de la Real Academia.
(jmhandal@cableonda.net)
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