Cuidado le va a salir el tiro por la culata
- Zhou Quan
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- opinion@epasa.com
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Una orden ejecutiva firmada en agosto pasado por el presidente estadounidense estipula mecanismos de restricción a inversiones estadounidenses en los sectores de semiconductores y microelectrónica, tecnología de información cuántica e inteligencia artificial en China. Se trata de otro acto de manipulación del concepto de "seguridad nacional" a fin de contener y socavar el desarrollo chino.
Por años y cada vez más inescrupulosos, políticos estadounidenses han venido convirtiendo la noción de "seguridad nacional" en una especie de cesto donde tiran lo que les dé la gana, un pretexto-paraguas a cuyo cobijo han tomado medidas antichinas tales como imposición de aranceles al acero y aluminio chinos, investigación a autopartes chinas, intento de adquisición forzosa de TiK ToK, etc., medidas todas ellas derivadas de la obsesión de quienes las promueven por preservar a toda costa, aún a costa de las reglas de juego de libre mercado, la posición hegemónica estadounidense en general y en particular en alta tecnología, obsesión alimentada, además, por prejuicios ideológicos y mentalidad de guerra fría y de suma cero, bajo cuyo prisma el ascenso de China es distorsionado como amenaza al poderío hegemónico estadounidense y en consecuencia algo que se tiene que liquidar sea como sea.
Consignas tales como "desacoplamiento", "reorganización de las cadenas industriales y de suministro" o, la más fresca, "minimizar riesgo" no son más que eufemismos focalizados en un mismo y solo objetivo: privar a China de su derecho a desarrollarse con calidad.
Ahora bien. Si de la perversidad de semejante objetivo geopolítico no cabe mucha duda, no debe de extrañar a nadie que su efectividad sea constantemente puesta en tela de juicio.
Antes que nada por su contrariedad intrínseca contra las propias fuerzas y leyes económicas y de mercado. Las relaciones de cooperación económica y comercial internacional tienen su fundamento natural en las dotes económicas respectivas de las partes involucradas y en la demanda del mercado; y su clave de éxito está en resultados ganar-ganar. Según el Informe sobre Exportaciones de los Estados Unidos hacia China 2023, publicado por el Consejo de Negocios EE.UU-China (USCBC, por sus siglas en inglés), las exportaciones hacia China han significado la creación de más de un millón de empleos estadounidenses, más de 70 mil empresas estadounidenses tienen inversiones o negocios en China y casi 90% de sus operaciones en China son rentables. Las restricciones impuestas por el gobierno estadounidense implican obligar a empresas estadounidenses a abandonar gigantescas oportunidades de negocios que da el mercado abierto de China.
Lo que es más, las inversiones en China constituyen de hecho el grueso de las ganancias de las empresas tecnológicas estadounidenses. De allí que Intel, Nvidia y Qualcomm se hayan pronunciado en contra de las restricciones, expresando su preocupación por los efectos degradantes que las mismas puedan acarrear al liderazgo mundial de la industria estadounidense e instando eliminarlas. Elon Musk recurre a la metáfora de gemelos siameses para describir los intereses de EE. UU. y China como "entrelazados e inseparables los unos de los otros y deja bien en claro que Tesla está en contra de desacoplar y romper la cadena.
Hace dos años, bajo la presión de Estados Unidos, el Reino Unido sacó a Huawei de sus redes 5G, lo cual resultó en dos años de retraso en el despliegue de esta tecnología en el Reino Unido y con costos adicionales de hasta 18 mil millones de libras esterlinas. A raíz de la entrada en vigor, a principios del presente año, de la Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU., una ley diseñada a hacerle daño a China pero que también perjudica los intereses económicos de los países europeos, el presidente de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo manifestó que el hecho de abusar del concepto de seguridad nacional podría abrir las compuertas del proteccionismo y que la Unión Europea debería perseguir la independencia estratégica y mantenerse consistente con el marco de la OMC. Un artículo recien publicado por The Economist indica que la estrategía de desacoplamiento de EE.UU. contra China no ha funcionado excepto en diseminar el riesgo del llamado "de-risking" por todo el mundo.
Mientras tanto, China se mantiene firme y categórica en su política de apertura al exterior y en su compromiso con el multilateralismo, optimizando activa y constantemente su entorno empresarial y enfilando a pasos sólidos su desarrollo por la senda de crecer con calidad, a la luz de la hoja de ruta de la modernización al estilo chino, diseñada en el XX Congreso del PCCh.
Dicha ruta, transitada por una economía de la escala china y por un Estado y un pueblo resueltos a no repetir las viejas pautas de modernización occidentales, caraterizadas por guerras de conquista, colonización, pillaje, esclavización y explotación, sino manteniéndose inamovibles del compromiso con el desarrollo pacífico y compartido, sólo puede brindar abundantes nuevas oportunidades de desarrollo al resto del mundo, para el cual el atractivo de China como mercado de inversión permanece fuerte y prometedor.
Según un informe de UNCTAD publicado en 2022, el flujo de inversión directa del exterior en China llegó a un récord de $189 mil 100 millones. En el primer semestre de 2023, se establecieron 24 mil nuevas emrpesas de inversión externa, un aumento del 35.7% en comparación con el mismo período del año pasado.
El día 13 de agosto, el Consejo de Estado de China dio a conocer 24 nuevas medidas de optimización del entorno para inversiones del exterior, un testimonio más de la determinación de China de continuar fomentando un clima de negocios orientado al mercado, regido por la ley y a la altura del estándar internacional.
En vez de construir patios" y "muros, obstruyendo el comercio y las inversiones, provocando divisiones y confrontaciones, nuestro mundo y nuestros tiempos reclaman más cooperación entre los diferentes países en solucionar los problemas y desafíos comunes, por la gran vía de liberalización comercial y facilitación de las inversiones, en búsqueda incansable de un futuro mejor para toda la humanidad. No hay fuerza capaz de apartar a China de esa vía. La autora es Consejera para Asuntos Económicos y Comerciales de la Embajada de China en Panamá.
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