Análisis
Cuando un periodista siente vergüenza
- Miguel Ángel Sánchez Ávila
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- opinion@epasa.com
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Lo más delicado de todo es que usan las redes sociales para difamar y confundir a la sociedad...en las universidades se les enseña a los estudiantes los códigos de ética y los principios básicos del periodismo que suministran la base para toda aquella persona que desea incursionar en el mundo de la información pública

Periodismo responsable es la capacidad de asumir nuestra responsabilidad.
En los últimos tiempos no es difícil encontrar alguna persona o profesional que en algún momento de su vida no haya sentido vergüenza a causa de una humillación o insulto recibido por alguien que se hace pasar por lo que no es.
Es decir, alguien que ostenta tener un título cuando no lo tiene y hace mal uso de la profesión que ostenta tener.
Pero lo más lamentable de todo es cuando esa persona, invasora de tal profesión, desarrolla la actividad de manera fraudulenta y sin ningún tipo de principio moral o valor ético que la dignifique.
Esto lo vemos en muchas profesiones, incluso en el periodismo.
Hace poco tiempo, en un evento donde se debatían temas referentes a la propaganda política, la veda electoral y la regulación del financiamiento público y privado que reciben los partidos políticos; un militante político preguntó: "Yo como periodista, recién graduado de esta universidad, necesito que me digan cómo se va a gastar el dinero de la propaganda política".
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Los periodistas presentes en la reunión quedamos confundidos, no tanto por la interrogante del gasto del dinero, sino por su autopresentación como periodista.
Confieso que fue una escena no muy agradable y concluimos que muchas personas necesitan tener licencia de locutor para fines políticos.
Preguntamos a un gran amigo nuestro, locutor profesional y periodista, que dicta cursos de locución en las universidades y nos manifestó que, en las capacitaciones se les aclara a los participantes sus responsabilidades, lo que puede y no puede hacer al utilizar los micrófonos en los medios de comunicación radial o televisivo.
"Muchas veces, lo que pretende esta persona, a sabiendas de que esta licencia no le permite llegar más allá, es utilizarla para desarrollar programas de radio con matices políticos y lucrar en tiempos de propaganda electoral, dejando la profesión del periodismo cuestionada por la opinión pública", me indicó el colega.
Es aquí donde vemos la diferencia de la libertad de expresión y el libertinaje que existe en los medios de comunicación.
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La sociedad no define si esa persona que está haciendo uso de los micrófonos en una estación de radio es un profesional del periodismo o no.
Lo más delicado de todo es que usan las redes sociales para difamar y confundir a la sociedad.
Durante los cuatro años de estudio de la carrera de periodismo, en las universidades se les enseña a los estudiantes los códigos de ética y los principios básicos del periodismo que suministran la base para toda aquella persona que desea incursionar en el mundo de la información pública.
Este aspirante debe demostrar responsabilidad en la forma de informar.
La Sociedad Interamericana de Prensa y los organismos periodísticos locales en Panamá trabajan cada año en establecer y promover códigos de conducta que contienen los principios, valores y obligaciones del oficio del periodista.
Sin embargo, lamentablemente estos códigos son ignorados por los locutores invasores de la profesión y por algunos periodistas (licenciados en periodismo) que laboran en los medios radiales y televisivos.
No existe sanción alguna para las faltas a la ética.
Es aquí donde se ve la importancia de la formación académica y la responsabilidad social que el profesional de periodismo asume, una vez se forma.
Es por ello por lo que cuando la opinión pública cuestiona el proceder incorrecto de una persona que se hace pasar por periodista o simplemente desaprueba la forma de trabajar de un periodista reconocido en un medio de comunicación, debemos sentir vergüenza y reprimir de alguna manera estos malos hábitos.
Confieso que tuve que reestructurar este artículo y obviar algunos casos que conozco y que deshonran la profesión.
El profesional del periodismo o el locutor profesional que no se sienta aludido por lo expresado, tendrá sus razones.
No obstante, el que sienta algún tipo de remordimiento, sabrá por qué.
Uno de los cinco principios éticos que señala Hernán Restrepo en la revista digital "Ética Segura" dice que: "Una señal segura de profesionalismo y periodismo responsable es la capacidad de asumir nuestra responsabilidad. Cuando cometemos errores, debemos corregirlos y nuestras disculpas deben ser sinceras, no cínicas".
En consecuencia, necesitamos como periodistas depurar nuestra profesión y reevaluar nuestros objetivos para enaltecer esta digna e importante actividad que es fundamental para el desarrollo de nuestra democracia.
Periodista.
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