Conexión mental interrumpida
... la presencia de la autoridad en la muerte del señor Mame Mbaye fue confirmación suficiente para que se convocaran manifestaciones multitudinarias en la ciudad para protestar contra el "asesinato" del mercader y el racismo en la península ibérica.
- Alonso Correa
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- - Publicado: 25/8/2020 - 12:00 am
Concentración en la Plaza Nelson Mandela, en el barrio Lavapiés, en Madrid, España, para protestar por la muerte del senegalés Mame Mbaye, un vendedor callejero. Foto: EFE.
Nuestra mente es una máquina poderosa capaz de entender más allá de la vida misma. Nuestro cerebro es experto en crear universos ficticios, resolver ecuaciones o solucionar problemas lógicos. Es la herramienta que nos permite cuestionarnos el porqué de nuestra existencia, el cómo de las cosas que nos rodean, el cuándo apareció todo y el dónde empezó esto que llamamos vida.
Esa serie de pensamientos es posible, en gran parte, a la habilidad de nuestra materia gris de crear atajos mentales. Conexiones casi instantáneas entre dos pensamientos o recuerdos parecidos a la situación que padecemos en ese momento. Lo que sucede es que, así como todo, estos atajos o sesgos pueden alejarnos del camino de la lógica y llevarnos a conclusiones erróneas que a nuestro parecer son correctas.
Uno de los atajos mentales más reconocibles hoy en día es el sesgo de confirmación. ¿De qué trata este acortamiento psíquico? Esta es la tendencia a investigar, aprender y compartir información que confirme y verifique nuestras ideas. De esa misma manera se censura o se evita información que contradiga nuestros argumentos.
Es por este tipo de atajos que podemos ver que ciertos colectivos utilizan muertes específicas, como la de George Floyd a manos de la policía, para confirmar sus preconcepciones de un racismo institucionalizado, una maquinaria opresiva y un Estado aplanador frente a los derechos de una minoría. Y es que la línea de pensamiento de una turba es inamovible, sus conexiones lógicas son únicas y duraderas.
Otro ejemplo de este sesgo, y saliendo de América, fue la defunción del senegalés Mame Mbaye, un vendedor callejero que falleció por un paro cardiorespiratorio en el barrio de Lavapiés en Madrid. El comerciante murió siendo socorrido por una pareja de oficiales de la policía y los peatones que se encontraban por la zona. Pero la presencia de la autoridad en la muerte del señor Mbaye fue confirmación suficiente para que se convocaran manifestaciones multitudinarias en la ciudad para protestar contra el "asesinato" del mercader y el racismo en la península ibérica.
Con estos ejemplos podemos apreciar el daño que logra un pensamiento inexacto en la mente de una sociedad frágil. Porque está siendo dirigida por cabecillas anarquistas que tratan de acabar con el statu quo, como las protestas de Portland. Es como dijo el gran autor Mark Twain, "es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados". Y es que a nadie le gusta ser el que fue engañado, al que le mintieron y lo creyó, por eso evitan aceptarlo, censuran las opiniones opuestas y ensordecen las voces contrarias con sus gritos.
Estas abreviaciones intelectuales continuarán buscando nuevas confirmaciones para seguir viviendo en el inconsciente colectivo. A pesar de que lo que suceda no sea más que un terrible accidente, como el de Mame Mbaye, solo hará falta una chispa para encender el fuego de la certificación irracional. Esa chispa, como se puede apreciar en los distintos casos, puede ser cualquier rastro que certifique como correcta la línea mental escogida. Y al tener un argumentario tan establecido y con tantas "pruebas" de veracidad logra crecer a un ritmo alarmante.
Claro está que nadie puede evitar el uso de estos sesgos, no se puede estar exento de conclusiones rápidas alejadas de la lógica pero mientras nuestros sesgos no sean semillas del caos y la anarquía. Mientras no seamos caudillos del miedo y la paranoia. Mientras nuestros atajos mentales no sean causantes de desorden ni de desestabilidad podremos estar seguros de que no estamos siendo orquestados por nadie y nuestras deducciones irracionales no son más que errores cognitivos de nuestro cerebro.
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Estudiante panameño en España.
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