Irresponsabilidad
Comer en la calle, alto riesgo
- Bernardina Moore opinion@epasa.com
Ministerio de Salud debe darle seguimiento a todo establecimiento de venta de comida al que le ha otorgado permiso, y, si han tenido constantes quejas de mala manipulación de los alimentos, hacer inspecciones sorpresivas...

Autoridades deben darle seguimiento a la calidad de los alimentos que utilizan para preparar las comidas.

Autoridades deben darle seguimiento a la calidad de los alimentos que utilizan para preparar las comidas
Queridos lectores si vieron el último reporte televisivo sobre las cochinadas que nos venden para paliar el hambre seguramente que muchos vomitaron como casi me sucede a mí, que dejé de desayunar y me puse a escribir esto que les comparto.
Lo sorprendente de todo es la mala fe de los dueños de estos establecimientos de expendio de alimentos cocidos que el Gobierno les otorga una licencia o un permiso de operación para que “legalmente” abran o pongan su negocio, pero después que la caja registradora indique el aumento de las ganancias, a ellos no les importa un pepino la salud de sus clientes y si una empanada, una tortilla o una carne dañada representa unos dólares se lo ponen en el plato al cliente.
¡Da coraje al escribir esto! porque la culpa en parte la tiene el Ministerio de Salud ya que debe darle seguimiento a todo establecimiento de venta de comida al que le ha otorgado permiso, no importa que tan en orden tengan los papeles y habiendo tenido constantes quejas de mala manipulación de los alimentos deben ser maliciosos y hacer inspecciones sorpresivas a ciertos lugares de estos y no esperar a que las cosas lleguen al extremo que vemos donde los dueños no tienen escrúpulos y nos venden las porquerías que ni ellos se comen
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¿Qué les pasa?
Están poniendo en riesgo la salud de un pueblo que confía en su honestidad y lo que hacen es mandar a muchos al cementerio por alguna bacteria que contrajo al comer comida contaminada o putrefacta.
No voy a criticar al que come en estos patéticos lugares porque muchos tal vez no tengan otra opción y confían en que le están brindando un servicio óptimo, pero el otro lado de la moneda es que hagan un esfuerzo y traigan lo mínimo que puedan de su casa como un pan con queso y un jugo tetrapak chico para engañar el estómago hasta volver a casa y comerse su rica comidita (esto le conviene a los gordito(as).
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Hagamos el propósito de no enriquecer más a estos empresarios cochinos e irresponsables que tienen a medio país enfermo de cuanto mal produce comer comida en mal estado.
Reconozco que nosotros de por sí somos muy dados a comer donde sea y lo que sea, es cierto que no todos pero Juan Pueblo sí, y eso ha sido caldo de cultivo para que los vendedores de alimentos cocidos se aprovechen dándonos a comer cuanta porquería tengan en su cochina cocina.
Esperamos y confiamos que las autoridades sean consecuentes y le den seguimiento a estos lugares, y, si es necesario, por el bien común, le retiren la licencia para siempre y que vayan a comer a sus casas lo que nos venden. Así de sencillo.
Escritora.
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