Anécdotas
‘Chato’ y el oro verde de lago Gatún
- Stanley Heckadon-Moreno (Antropólogo)
En 1981, estudiaba los campesinos de la Cuenca del Canal de Panamá, los del río Chagres, cuando conocí en Cuipo, caserío del lago Gatún, a Sabino “Chato”
En 1981, estudiaba los campesinos de la Cuenca del Canal de Panamá, los del río Chagres, cuando conocí en Cuipo, caserío del lago Gatún, a Sabino “Chato” García. “Chato” me habló del tiempo que el banano fue el rey por segunda vez en el lago.
PERO A PARTIR DE 1877, SERÍA DEL BANANO. DECÍA EN 1882 EL PREFECTO DE COLÓN, MODESTO RANGEL, ‘LOS HABITANTES DEL DEPARTAMENTO, CONVENCIDOS DE QUE NO SOLO DE LOS PRODUCTOS NATURALES SE VIVE, SE DEDICARON A LA PLANTACIÓN DEL [BANANO] PATRIOTA…
Durante el siglo XIX, vivió el campesinado de Colón, de la costa y ríos, de la extracción de la tagua, el caucho, la zarzaparrilla, el coco y la concha de carey. Pero a partir de 1877, sería del banano. Decía en 1882 el prefecto de Colón, Modesto Rangel, ‘los habitantes del Departamento, convencidos de que no solo de los productos naturales se vive, se dedicaron a la plantación del [banano] patriota… En toda la línea del Ferrocarril, Chagres i Portobelo se exportan grandes cantidades”. Inició este negocio C.A. Frank, quien tras enviar unos racimos en vapores a Nueva York, pronto se vendieron. Pasó a embarques regulares y formó la Frank Brothers Co. Le seguiría la Aspinwall Fruit Co. Para 1895, Colón exportaba 425,000 racimos, cifra que decae tras la quiebra del canal francés y la Guerra de los Mil Días. Tomaría auge al formarse lago Gatún. Primero de 1920 a 1932. Luego, de 1942-53”. Así me narró “Chato”, el segundo auge del banano en Gatún.
“En 1942 recibí carta de Frank Wood, inglés que vivía en Gatún. Me buscó pa' que fuera agente de compras de la United Fruit. Él tenía lancha y camión. Aquí ha habido compra de guineo to'a la vida. Yo entré con el auge que comenzó con la segunda guerra. Este auge duró como 12 años, del 42 al 53. Aquí solo compraba la United Fruit. El guineo se embarcaba de Cristóbal, en el barco Ancón y el Cristóbal. El guineo pa’ Nueva York se cortaba más grueso, el que iba pa’ California más delga'o, de ¾, pa’ que demorara más su maduración. El trayecto a California era más largo, a Nueva York na más se gastaban 7 días.”
“Las compras eran semanales. Yo compraba banano a los agricultores. Yo reunía en este muelle semanalmente de 1000 racimos pa’ lante. De aquí a Gatún, en una bacha o laita jalada por lanchas. En Gatún se pasaba a camiones y de ahí al muelle. Se cultivaba en El Guabo, Plátano, Ciricito, Cirí Grande, Escobal, Arenosa, Lagarterita, Dos Cedros y Cauchera. Yo iba semanalmente a comprá a esos pueblos. Les avisaba con mensajero que iba tirando remo en cayuco. Los que más producían era Cirí Grande y Ciricito. Yo aprendí a trabajá el guineo en los 30, con Manuel Chamorro, estando yo chico. El me pedía que le chequeara el guineo pa’ las vacaciones. En el pueblito de Limón hubo 7 cantinas y to'as abarrotadas. Cómo corría la plata en el juego de bolos, cómo tiraban los billetes de a dola, apostando, pura plata del guineo. La gente chupaba ron blanco, seco chiricano. Aquí corría la plata. Por to’s estos la'os venían mujeres de malvivir a rebuscarse con los soldados. Venían de Colón, se quedaban uno o dos días, venían con el petate bajo el brazo. La gente se malgastó la plata. Sabe cómo es el panameño. Si gana un dola, quiere gastase dos. En fiesta, y más en fiesta y la chinguia. Porque en todo lo que es juego, ahí están. Mucha lotería, pelea de gallo, bolos, to’ eso. Aquí quedó poca plata del banano. Pocos quedaron acomodados. El panameño, la mayoría, no piensa en el futuro, na’ más el presente. Dicen ¿pa’ qué si yo gano voy a guardá. Pa’ que venga otro zoquete y se lo gaste después que yo me muera? ¡Mejor me lo tiro yo! Así dicen. Y, ¿qué pasó con los hijos? “¡Ellos que se rebusquen como puedan ¡Así dicen!”.
CÓMO CORRÍA LA PLATA EN EL JUEGO DE BOLOS, CÓMO TIRABAN LOS BILLETES DE A DOLA, APOSTANDO, PURA PLATA DEL GUINEO. LA GENTE CHUPABA RON BLANCO, SECO CHIRICANO. AQUÍ CORRÍA LA PLATA.
El guineo tuvo varios precios. El bonche de 9 manos en adelante a 55 centavos. El de 8 a 40 centavos y menos de 7 manos a 25 centavos. No se cogía menos de 7 manos. Había una especialidad de guineo morado que en vez de bajar subía de precio, era de calidad, pero salía poco. Cada quien sembraba según su capacidad, algunos hasta 5,000 tallos. Lo sembraban largo, a 4 o 5 metros de distancia y según la tierra. “Aquí había gente que sacaba de 200 a 300 racimos semanales. Algunos tenían hasta 10 y 15 hectáreas, pero era el tope. El productor promedio vendía 30 a 40 cabezas de guineo semanal, eran 20 dola, bastante. A mí me pagaban 16 dola diario, fuera de gastos, era bastante. Yo ahorré, tenía mi cuenta en el banco y hoy mis hijos todos son profesionales.”
En otra entrega compartiré los recuerdos de “Chato” García sobre el postrer auge del banano en lago Gatún.
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