Mercado
Cautivando turistas
Panamá exige más que publicidad, amén que ella no conduce a una jugosa y estimulante biblioteca plurilingüe de diversas actividades y destinos que deje a propios y extraños babeando por conocerlos.... aclarar que a estas alturas no se ha definido claramente el concepto de marca país.
- Jaime Figueroa Navarro
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- - Publicado: 07/9/2019 - 12:00 am
Un grupo de estudiantes de la Universidad de Nebraska, en su visita al Canal de Panamá y al Fuerte San Lorenzo en Colón, en enero de 2019.. Foto: Cortesía del autor.
En época de vacas flacas en el turismo istmeño, tanto las autoridades como los gremios y operadores esgrimen un paquete de soluciones que ciertamente son bien intencionadas, pero debiesen aportar, como mínimo, resultados palpables a corto y mediano plazo.
Uno de los temas de mayor enfoque es la publicidad o falta de ella en los mercados emisores de turistas.
Sobre este tema existe mucha tela que cortar.
Tradicionalmente, la publicidad turística era empuñada por una agencia afín del gobierno de turno.
Posteriormente, la indiferencia estatal hacia las actividades de la industria era tal que se nos olvidó siquiera sacar a licitación los pliegos de las actividades de mercadeo país, tal cual fue evidente durante el gobierno pasado.
Ello encaminó a la creación del Fondo de Promoción Turística, el cual obliga a una continuidad en nuestra venta país, pero solamente en lo que se refiere a publicidad.
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Aquí vale hacer un paréntesis sobre el enfoque de la publicidad y aclarar que a estas alturas no se ha definido claramente el concepto de marca país.
Para algunos somos el Canal de Panamá, para otros somos un centro de compras, unos esgrimen el valor ecológico del istmo en momentos en que arde la Amazonía y talamos incivilmente la majestuosidad del Darién, a cambio de unas prebendas para contados forajidos.
Una vez finalmente definida la marca país, si bien es cierto se pueden definir variadas funciones para los tentáculos del pulpo, por lo menos todos tendremos un patente enfoque de lo que se busca pregonar.
Mucho tiempo, sudor y esfuerzo se han dedicado a campañas efímeras que no han producido los anhelados resultados.
En un momento a alguien se le ocurrió la brillante idea de incentivar el turismo de compras con visitantes de Brasil.
Todo se esfumó cuando su moneda, el real, se desplomó, sin tener en cuenta que indistintamente el mercado de compras más atractivo para América Latina resulta y continúa siendo el de Miami por su precio, variedad y el costo del transporte aéreo.
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Siempre he sido de la opinión, a los oídos sordos de los gobernantes, que Panamá exige más que publicidad, amén que ella no conduce a una jugosa y estimulante biblioteca plurilingüe de diversas actividades y destinos que deje a propios y extraños babeando por conocerlos.
Esta arista es muy importante porque los kioscos de atención al turista pecan por la ausencia de vibrante folletería.
También he sido del criterio que el mercado más importante para nuestro turismo es el de Estados Unidos empalmado al canadiense.
Este es un tema que despierta pasiones y grescas.
Por el tema de su proximidad, sus profundos bolsillos y el histórico acercamiento entre las dos geografías resulta vacuo esgrimir argumentos que ubiquen otros mercados por encima del norteamericano.
Ahora bien, atiborrar sus diarios, televisoras y redes sociales con publicidad istmeña no basta.
Algunos de nuestros competidores, la gran mayoría, dedican sumas muy, pero muy por encima del puñado que esgrimimos como resultado del novel fondo.
Habría que desarrollar un cuadro de expositores especializados en las bondades de nuestro turismo, con presencia permanente allá, con responsabilidades claras y cuotas anuales por mercados específicos, citando como un ejemplo que bien domino, las universidades.
Con más de 5,000 centros de estudios post secundarios en Estados Unidos si logramos atraer visitas, pesquisas y estudios de grupos de 50 estudiantes y profesores durante un periodo de 2 semanas, dos veces al año de tan solo un 10% de este colectivo, sumariamos 700,000 noches de estancia en hoteles anuales.
Mayor aun es el mercado de jubilados en Estados Unidos, unos 75 millones de 'baby boomers', nacidos entre 1946 y 1964, la generación más pudiente de la historia.
Si dentro de ese universo logramos atraer tan solo un 5% a visitar Panamá, incrementaría nuestras escuálidas cifras, que a duras penas aspiran a llegar a 2 millones, a sobrepasar sobradamente la barrera de los 5 millones de visitantes anuales.
Enfocándonos en los mercados con mayor potencialidad podemos entonces trabajar en el otro lado de la moneda, el servicio y los imanes, la savia que genera los tan esperados resultados.
¡Manos a la obra!
Líder empresarial.
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