Quédate en casa
A buen entendedor, pocas palabras
... tengo varias semanas que no asomo la mirada al mundo, no salgo. Es tan sencillo eso porque la vida pende de la frágil cuerda del azar y no quiero jugar a la ruleta rusa. El encierro nos obliga a una introspección de quiénes somos y hacia dónde vamos.
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