Una realidad
'The Book'
- Jaime Figueroa Navarro
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.... Panamá necesita un detonante que complemente la inversión en publicidad en la cual nos estamos adentrando para la venta de nuestro destino a través de una crónica que excite los sentidos y levante los ánimos del curioso en visitar el istmo.
"Fantastic Panama" exalta nuestra originalidad y particularidades para que los cientos de miles de turistas que curioseaban la posibilidad de visitar, finalmente se decidan por nuestro destino. Foto: EFE.
Al timbrar mi celular, volteé la mirada identificando la llamada entrante del código de área 415, San Francisco, California.
En inglés se identificó como Joshua Stone y me habló como si fuésemos amigos de toda la vida.
Resultaría interesante para aquellos que mantienen cifras, identificar a California como el sitio donde nace una plural cantidad de turistas que visitan Panamá desde Estados Unidos. En adición a los estados de Nueva York, Florida y Texas, de allí brota una fecunda curiosidad por tantear lo nuestro.
Posterior a responder un cuestionario de bien preparadas preguntas que obviamente resaltaban su interés por visitar Panamá, Joshua me formuló la inquietud sobre la cual se titula este artículo.
"He tratado de buscar un libro sobre turismo en Panamá.
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Ya releí la interesante obra de David McCullough "El Sendero entre los mares" y he revisado libros de texto sobre su país, pero no encuentro nada actualizado que me haga saltar de alegría y tomar la decisión por visitar el destino en lugar de Costa Rica, México o París."
Durante años me he inquirido lo mismo llegando a la conclusión de que Panamá necesita un detonante que complemente la inversión en publicidad en la cual nos estamos adentrando para la venta de nuestro destino a través de una crónica que excite los sentidos y levante los ánimos del curioso en visitar el istmo.
Es allí donde nace la visión de escribir un relato en inglés, resaltado por coloridas gráficas que escenifiquen las particularidades de nuestro quehacer, el florecer de los guayacanes de nuestra historia, del brillante cuento que ya no puede esperar más para ser relatado.
La génesis de "Fantastic Panama" nos traslada, en el reloj del tiempo, a millones de años atrás cuando brota de las aguas el istmo engarzando dos continentes durante la separación de Pangea, en efecto, creando los dos mayores océanos del planeta cuyas divergentes salinidades incitan la formación de un eje tropical de donde genera el homo Sapiens.
Comienza bien el relato, es muy sencillo, si no fuese por Panamá no hubiese una biblia, ni Napoleón ni Nueva York.
Tal como lo define el BioMuseo, todos somos panameños.
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Potente fruta que roer en la venta destino.
De allí nos trasladamos a la colonia.
No fue el descubrimiento de Colón el que cambió la historia, sino el avistamiento de Balboa el que genera la circunnavegación del planeta y la evidente explotación del sueño de Carlos V, quien en 1526 ya tenía bien clarito nuestro destino como un canal entre dos mares.
De esa fecunda historia cuya colonia emerge un siglo antes de la fundación de Jamestown, primer poblado estadounidense, nos trasladamos a la inmensidad de nuestro verdor, las 992 especies de aves, más que Europa y Norteamérica juntos, a nuestro Pacífico donde gozamos del mayor número de preseas en pesca deportiva mundial porque dentro de las cárceles de concreto en que se han convertido las ciudades del siglo XXI, la curiosidad brota salvajemente por disfrutar el mundo que estamos destruyendo y su inmensa ecología.
El amor entra por la boca y nuestra gastronomía invita a saborear, a palpar, por vez primera en la mayoría de los casos, la intensa bondad de una chicha de guanábana.
¡Qué Coca Cola ni que ocho cuartos!
A degustar un ceviche de corvina en el kiosco de Melba en el Mercado del Marisco, donde esta simpática morenita con su diente de oro y la más linda sonrisa universal nos invita a esa experiencia única donde no me canso de gozar las reacciones de ávidos turistas al mascar el alimento de los dioses en reemplazo de las hamburguesas de McDonald's.
Y por ahí nos vamos, a provincias, a tierras altas y el mejor café del mundo, al folclor y nuestros aborígenes y sus molas, taguas y tembleques.
Un libro que exalte nuestra originalidad y particularidades para que los cientos de miles de turistas que curioseaban la posibilidad de visitar, finalmente se decidan por nuestro destino.
¡Tanta falta nos hacia ese último eslabón, ahora le convertiremos en realidad!
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