Anécdotas
Anacleto y el guineo en el lago Gatún
- Stanley Heckadon-Moreno (Antropólogo)
Conocí a Anacleto Valdez en 1981, en Cerro Cama. Nació en Penonomé, tras la Guerra de los Mil Días (1899-1902). Como otros coclesanos, migró joven al lago
Conocí a Anacleto Valdez en 1981, en Cerro Cama. Nació en Penonomé, tras la Guerra de los Mil Días (1899-1902). Como otros coclesanos, migró joven al lago Gatún, recién formado al represar el Chagres durante las obras del Canal. Hablamos de la agricultura de roza, del guineo y la lechuga de agua.
Recordaba las lanchas que en los caseríos lacustres recogían carga y pasajeros rumbo al muelle público en las esclusas de Gatún. Aquí esperaban compradores, chivas y camiones para ir a Colón, el mercado para productos del lago. Las lanchas usaban los caminos de agua, hechos por personal del Canal dinamitando la selva sumergida. Para ir entre caseríos, la gente andaba en cayucos.
“EN CERRO CAMA HUBO MUCHO GUINEO. AQUÍ VIVÍAN UNOS QUE COMPRABAN. JULIO HERNÁNDEZ, JUAN ANDRADE. EL GUINEO ERA CONTRAPUNTO, UNO DE LOS COMPRADORES QUERÍA COGÉ MÁS CABEZAS QUE OTRO. PAGABAN ADELANTAO, PA ACAPARAR. AHORA VALE MÁS EL GUINEO, LA CABEZA VALE 1 DOLA, HASTA $1.50”.
Al nacer Gatún surgió la maleza acuática. Se propagó al crecer la población y los nutrientes en el agua, fósforo y potasio, de los detergentes. El Canal Record narra el incesante trajín por controlar estas malezas. En invierno los ríos crecidos la arrastran al cauce del Canal y los caminos de agua. En diciembre del 64, aislados quedaron Pueblo Nuevo, Mendoza, Alto Jobo, Calabacito, La Laguna y La Represa. La División de Dragados, con dragas, barcazas y químicos despejó la maleza. Volvamos a Anacleto.
“Yo andaba por Cirí Grande, trabajando. Un peso por día, bien jodido. El día que cargaba guineo, ganaba 15 reales, con la comida del patrón. Los patrones onde uno estaba le daban dormida en un rancho grande. Yo venía a trabajá a Cirí Grande, depué me iba pa la casa, a hacer mi montecito con mi papa”.
“En Cirí Grande había movimiento. Había gente de fuera trabajando, chinos, españoles, y muchos colombianos. Aquí la semilla se conseguía del vecino, regalá. En Cirí Grande la compraban, porque la gente quería sembrá en cantidad y no había semilla. Acá tuve varios patrones, Juan Navarro, Tiberio Galástica, Simón Suárez. Uno trabajaba el tiempo que quería, 2 meses, 2 semanas. Uno estaba esclavizao de temprano, volando hacha o machete, chapia de guineo, deserbando, decepando. Yo ya me cansaba y tenía que ime pa la casa. Atendé uno su casa, su montecito, ayudá a mi papá que estaba viejo y los hijos se fueron apartando y yo estaba con mi papá. Yo venía a rebuscame mis reales pa llevá”.
“Me vino pa Cerro Cama del todo, porque vi que uno podía pasar mejor la vida que allá. Era muy lejos. No había carretera. Había que pasá un día caminando y, ¿qué podía usté llevá si no tenía caballo, pa llevá una que otra cosa pa vendé en Coclé? Aquí era más cerca, na más era tené su cayuco pa irse en viaje a Colón arriesgando la vida. Una vez me voltié”.
“En Cerro Cama hubo mucho guineo. Aquí vivían unos que compraban. Julio Hernández, Juan Andrade. El guineo era contrapunto, uno de los compradores quería cogé más cabezas que otro. Pagaban adelantao, pa acaparar. Ahora vale más el guineo, la cabeza vale 1 dola, hasta 1.50”.
“Yo trabajé con un español de Colón que tenía inmensidá de terreno, de aquí a Ciricito lo unió en guineo. Tenía lancha, laita y to. Yo trabajé con ellos de pión. Tiberio Galástica, colombiano, era el encargao. Trabajaban como 20 personas. De a 15 días venía a vernos, a ver los piones y a pagá. El guineo de 9 manos valía 75 centavos la cabeza. Cogían de 8 y 7 manos, pa abajo no lo cogían”.
“A principios estaban los guineales al pie del lago y los ríos, se pasaba menos trabajo, de último se pasaba mucho trabajo. Pa llevá 30 a 40 cabezas de guineo había que jodese. Tenía que echá piones cargando a espalda, un día, dos o tres hombres, cargando guineo. Hubo gente se engrió na más que a trabajá guineo. En Cirí Grande, esa gente del guineo, cuando la compañía dejaba de comprá, no había comida. Aquí no se olvidó la comida, arroj, maíz, yuca, plátano, toa esas vainas. Toa esa gente tenía crédito onde un chinito y desde que la compañía dejó de comprá no les fiaban”.
“Cuando se acabó el guineo comenzó la compra del arroj el gobierno. La gente comenzó a sembrá arroj. El que menos llevaba 30 a 50 quintales, que valía 2 dola el saco en Panamá, Primero jalando cayuco a Gamboa, después en lancha. El primero con lancha fue Clifford, jamaiquino, hombre rico de La Represa”.
“Pocos quedaron acomodaos de cuando el guineo. Yo gasté la plata del guineo en la sustentación de la casa. No logré mucho del guineo. No sé qué pasa. La gente es muy botarata o éramos, porque yo también no me saco. El que pensó con la cabeza puso algo por ahí y el que no, qué carajo, se acabó el guineo, se acabó to, ¡sí señor!”.
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