Alberto Motta y Kol Shearith en Panamá
Publicado 2006/03/23 00:00:00
- San José
"Los miembros de Kol Shearith Israel se deben sentir orgullosos de lo que han sido y de lo que son, gracias a los dirigentes que han tenido"...
PANAMÁ se está transformando bajo nuestros propios ojos. La ciudad como lugar residencial está extendiéndose hacia las áreas que antes constituían la Zona del Canal y otras áreas juzgadas hasta ahora inutilizables. Y cada día se construyen más rascacielos. Costa del Este es una expresión de esta transformación. Centros Comerciales de la más diversa índole cubren la ciudad. Los más recientes cuentan con un hotel para estimular un turismo de compras. Pudiéramos así llegar a rivalizar con Miami.
Desde el inicio de su historia colonial Panamá ha sido un país abierto a los mares. No debe sorprendernos que Panamá tenga actualmente 10,475 naves bajo su bandera, la marina mercante más numerosa del mundo. Esta apertura al mundo se ha doblado por las rutas del aire. En el año 2005, la Compañía Panameña de Aviación (COPA) transportó 2.8 millones de pasajeros a 30 ciudades en 20 países, con un índice de 92.2 % en puntualidad y con 99.6% en el cumplimiento de vuelos anunciados. Al invertir en 6 aviones más y volar a tres ciudades más, COPA seguirá progresando.
Esta transformación no es obra de ninguna persona en particular, ni tampoco de ningún grupo por sí sólo. Pero si alguien se merece que se le reconozca una contribución decisiva a este crecimiento es, sin duda, Alberto Motta Cardoze, junto con otros miembros de su familia, sus socios y el conjunto de jóvenes ejecutivos que han incorporado en sus obras y en sus proyectos. Como grupo humano han sido capaces de tomar iniciativas, afrontar riesgos y producir riqueza. Han tenido éxito en toda actividad económica en la que han incursionado, redundando en beneficio de Panamá y los panameños
El martes 14 de marzo, Alberto Motta Cardoze, como Presidente Honorario y Vitalicio de la Congregación judía Kol Shearith Israel, y Milton Henríquez Sasso, como Presidente de esta Congregación que significa: "La Voz del Remanente de Israel", presidieron la consagración de la nueva sinagoga, casa de oración, casa de estudio y casa de encuentros, con el ingreso de los rollos del Tora a la arca sagrada. Milton se expresó en estos términos:
"Si ha sido posible construir este hermoso santuario y centro comunitario, ha sido por la gracia de Adonai Nuestro Señor, quien nos ha permitido recibir la generosidad de Roberto y Alberto Motta, sus socios del desarrollo Costa del Este, y la magnificencia de tantos [otros] donantes que aportaron los recursos para construir este centro comunitario y sinagoga."
"Si ha sido posible construir este hermoso santuario y centro comunitario, ha sido porque Adonai Señor Nuestro iluminó al arquitecto Richard Holzer para diseñar un monumento a la belleza que inspira los más sublimes sentimientos a quienes lo visitamos."
Es propicia la oportunidad para reconocer una vez más la contribución de los judíos miembros de Kol Shearith Israel a nuestro país, el suyo y el nuestro, Panamá.
El 3 de Noviembre de 1918, el prócer Ricardo Arias Feraud, respondió a la invitación que le hizo el Vice-Rector del Instituto Nacional, Dr. José Dolores Moscote, a que dictara una conferencia, sobre lo acontecido el 3 de Noviembre de 1903. Aceptó, según dice porque era:
"Deber en que estamos los que hemos actuado en la historia del país, de depositar nuestros recuerdos de los hechos y de explicar sus causas y sus alcances, para justificar de esa manera nuestra actuación antes de ser llamados al juicio de Dios..."
El papel de judíos de la Congregación Kol Shearith Israel fue bien claro en nuestra independencia. Ricardo Arias Feraud, el Prócer, y uno de los ocho miembros de la Junta Revolucionaria a favor de nuestra independencia, Secretario de Gobierno y de Relaciones Exteriores del Presidente Amador Guerrero, se expresó en los siguientes términos:
"Quisieron esa tarde nombrarme triunviro en asocio de Arango y de Boyd; pero decliné a favor de Tomás Arias por considerarlo mejor preparado [que yo, en política]... sin embargo, colaboré con decisión y entusiasmo en la Junta y merecí que mis opiniones fueran muy atendidas en sus consejos: Mis relaciones personales con los triunviros me colocaron en condiciones ventajosas y además mi amistad con los banqueros de Isaac Brandon & Brothers, puso en mis manos los cordones de su bolsa, que fue la única que se abrió con liberalidad en las horas de mayor angustia fiscal para la naciente República y esto aumentó mi prestigio entre mis compañeros. La oportunidad de los servicios constituye a veces su mayor mérito y por eso Panamá tiene contraída deuda de gratitud eterna para con Don Isaac Brandon, Jefe de esa casa."
Philipe Buneau Varilla acepta que estando de paso por Nueva York, habló por teléfono "casualmente" con Joshua Lindo, de la firma Piza, Sobrinos y Compañía, cuando llamó a la oficina de Brandon & Brothers, (Ovidio Díaz, How Wall Street created a Nation p. 65). Supo así que un grupo de panameños preparaban la Revolución, para lograr la Independencia y asegurarse que el Canal se construyera por Panamá. A su vez fue Philipe Buneau Varilla, en la visita que le hizo al Presidente Roosevelt en la Casa Blanca, quien le informó lo que acababa de saber, que en Panamá se preparaba una revolución. A ello Roosevelt reaccionó con las siguientes palabras:
"¡Una Revolución!, ¿Será eso posible? Pero si se hace realidad, ¿Qué sería del plan en el que nosotros habíamos pensado?".
De acuerdo con Buneau Varilla, al dejar la Casa Blanca, él había logrado cambiar, por sí mismo, los planes que tenía Roosevelt de una invasión con fuerzas armadas para apoderarse en Panamá del terreno necesario para hacer el Canal y, en lugar de ello lo había convencido del apoyo a los independentistas. ( ibid, p. 68).
Estos dos hechos prueban que la iniciativa de independencia era de panameños y no de franceses ni de norteamericanos. Además destacan el papel que jugó Joshua Lindo, cuya información a Buneau Varilla lo interesó en lo que estaba tramándose en Panamá y a su vez él le informó a Roosevelt de los planes panameños de Revolución. Como resultado Roosevelt cambió de planes y aceptó ayudar a los independentistas panameños.
La presencia judía en Panamá data desde antes de 1876, cuando se estableció una Sociedad de Beneficencia y Pompas Fúnebres que evolucionó en los siguientes cien años, de acuerdo con el libro del primer centenario, a una Congregación de 140 familias, "algunas con cinco generaciones nacidas en Panamá" (Kol Shearith Israel, cien años de vida judía en Panamá, p. XV). Su primera Sinagoga fue un local alquilado en el Casco Viejo de la Ciudad. La segunda fue la que construyeron en 1935 y la que hoy se inaugura es la tercera. La Congregación ahora cuenta con 200 familias, bajo la presidencia de dos panameños judíos que han contribuido extraordinariamente a su país, Panamá, y a su comunidad religiosa. Ellos son el Presidente de la Congregación, Milton Henríquez, abogado, comunicador social, hombre público, todo dinamismo y renovación. Y el Presidente Honorario, Alberto Motta, hombre visionario y emprendedor a la vez, de un realismo que le viene de su excepcional experiencia y al mismo tiempo de un optimismo que conjuga el entusiasmo con la generosidad. Alberto es un hombre, un panameño y un judío quien practica y comunica una sabiduría que no es de palabra y de teoría, sino de vida y de ejemplo impactante.
Con el aporte de otros miembros de Kol Shearith, muy particularmente de Claudio Valencia, quien fue el Presidente del Comité de Construcción de la Nueva Sinagoga, Julieta Maduro, Sylvia Robles y naturalmente del Rabino Gustavo Kraseknik, la nueva sinagoga fue realmente una obra de la Congregación. Ellos dieron su testimonio de que el judaísmo de Kol Shearith Israel es una fe viva y palpitante en Panamá, que ha demostrado solidaridad entre sus miembros y con toda la comunidad panameña.
Como dijo Milton: "el principal apoyo del Dr. Manuel Amador Guerrero en sus gestiones en Estados Unidos y los primeros recursos de la República fueron proveídos por miembros de esta Congregación". Herbert de Sola viajó con el Dr. Amador Guerrero a Nueva York y actuó como su traductor en el barco y a su arribo a Nueva York. En Nueva York Amador Guerrero usaba la oficina Joshua Lindo como si fuera la suya. El incendio y destrucción de Colón por el Batallón Tiradores fue evitado por cuatro próceres, dos de los cuales eran miembros de esta Congregación, [Isaac Levy Toledano, y M. A. De León]. La "Marcha Panamá", considerada por muchos como el segundo himno de la República, fue compuesta por Eduardo Maduro, un patriota miembro de esta Congregación. David H. Brandon participó en primer plano en la fundación del cuerpo de Bomberos. La Orquesta Sinfónica la organizó Herbert de Castro. La recolección de contribuciones de cemento para la construcción de la Carretera Interamericana la encabezó Felipe Motta. La Universidad Tecnológica la fundó, Víctor Levy. El Tribunal Marítimo correspondió a la iniciativa y a la concepción de Woodrow de Castro. Stanley Fidanque se ocupó de la Escuela de Chapala primero como Presidente del Club de Leones y luego durante muchos años como Presidente de la Directiva de Chapala. La Carrera Administrativa y La Defensoría del Pueblo fueron concebidas y promovidas por Milton Henríquez, como Legislador. La dedicación cívica y civilista de la que muchas panameñas dieron el ejemplo se personificó en la labor de mujeres como Esther Abadi. Max del Valle, Primer Vice-Presidente de la República, estuvo dispuesto a aceptar la Presidencia en las circunstancias traumáticas de la condena legislativa del Presidente Robles por abuso de los fondos del Estado a favor de sus candidatos. La señora Aida de Castro Hurwitz, era conocida como el Angel de Palo Seco, por sus labores a favor de los leprosos panameños. Walter Watson facilitó la trasferencia de las delicadas funciones que ejercía el Federal Aviation Agency a la Aeronáutica Civil, sin que se resintiera una baja en la calidad de servicio prestado para la seguridad de todos los aviones que llegaran a Panamá. Él decía de sí mismo que era un gringo enamorado de Panamá. Y tantas otras obras e instituciones republicanas tienen en común la impronta de miembros de esta Congregación.
Cuando las promesas de fondos de Buneau Varilla no se realizaron por una u otra razón, siete miembros de la Congregación Kol Shearith Israel, ayudaron a la Junta Revolucionaria, algunos que ya habían ayudado de diferentes maneras previamente: Moisés D. Cardoze, Morris Lindo, Isaac M. Toledano, Joshua Lindo, Joshua Piza, M.A. De León, e Isaac Brandon.
Los miembros de Kol Shearith Israel se deben sentir orgullosos de lo que han sido y de lo que son, gracias a los dirigentes que han tenido y que tienen. Los demás panameños, compartimos con ustedes, el aprecio por los hombres y las mujeres que ustedes le han dado a la Patria, hombres como Alberto Motta Cardoze. Antes de escribir estas líneas quise conversar aunque fuera por un corto rato con Alberto. Tan pronto comenzamos a conversar de la Congregación, Alberto me destacó el hecho de que la mayoría de los hombres de las familias que iniciaron Kol Shearith Israel eran de apellidos hispánicos o portugueses. Ralph de Lima en su estudio sobre las "Raíces históricas y culturales de nuestra congregación" [publicado en el libro sobre el centenario de la Congregación, op cit p. 3] escribe:
"Salieron [nuestros antepasados] de España despojados de sus bienes -por lo general caudalosas fortunas-, como refugiados, pero se llevaron un tesoro mayor, su idioma, su folklore, sus romances, costumbres, cantares, aún los vicios y las virtudes de la Madre Patria, hasta las llaves de sus hermosas villas y aljamas".
Los nombres de muchas de las familias originales de Kol Shearith Israel evidentemente tenían apellidos hispánicos y portugueses. Muchas veces buscaron asilo en Amsterdam, Hamburgo, Venecia, Nápoles, Alejandría y en dominios del Imperio Turco. De Holanda, familias judías se trasladaron a Curazao y de allí a las diversas islas del Caribe, como St. Thomas, y a Panamá, a mediados del siglo XIX o aún antes.
Entre las primeras familias que llegaron y que aún tienen descendientes en Panamá están los Brandao, Cardoze, De Castro, De León, De Lima, De Sola, Del Valle, Ehrman, Fidanque, Henríquez, Levy, Lindo, Lyons, Maduro, Méndez, Motta, Osorio, Pereira, Piza, Robles, Sasso, Toledano. Constituyeron una comunidad de judíos sefarditas, que demostraron gran apertura hacia la sociedad panameña. Y se integraron a ella.
Si el Panamá de hoy, con el cúmulo de transformaciones que nos impulsan y nos retan, no ha perdido su identidad y no ha traicionado la solidaridad entre panameños y más ampliamente entre seres humanos, es porque hay instituciones como Kol Shearith Israel que cultivan el alma de componentes de nuestro pueblo esforzándose por enseñar a respetar las tradiciones morales pero abriéndolas cada vez más, para que no se conviertan en hábitos y costumbres que estorben las nuevas iniciativas y nos impidan avanzar sensatamente. Y estas instituciones logran cumplir con este cometido porque personas como Alberto Motta Cardoze, Milton Hneríquez Sasso y Claudio Valencia Storer, les dedican su tiempo, sus recursos y sus ideas y afectos, impregnándolos de una imaginación creativa.
(ariyan@sinfo.net)
Desde el inicio de su historia colonial Panamá ha sido un país abierto a los mares. No debe sorprendernos que Panamá tenga actualmente 10,475 naves bajo su bandera, la marina mercante más numerosa del mundo. Esta apertura al mundo se ha doblado por las rutas del aire. En el año 2005, la Compañía Panameña de Aviación (COPA) transportó 2.8 millones de pasajeros a 30 ciudades en 20 países, con un índice de 92.2 % en puntualidad y con 99.6% en el cumplimiento de vuelos anunciados. Al invertir en 6 aviones más y volar a tres ciudades más, COPA seguirá progresando.
Esta transformación no es obra de ninguna persona en particular, ni tampoco de ningún grupo por sí sólo. Pero si alguien se merece que se le reconozca una contribución decisiva a este crecimiento es, sin duda, Alberto Motta Cardoze, junto con otros miembros de su familia, sus socios y el conjunto de jóvenes ejecutivos que han incorporado en sus obras y en sus proyectos. Como grupo humano han sido capaces de tomar iniciativas, afrontar riesgos y producir riqueza. Han tenido éxito en toda actividad económica en la que han incursionado, redundando en beneficio de Panamá y los panameños
El martes 14 de marzo, Alberto Motta Cardoze, como Presidente Honorario y Vitalicio de la Congregación judía Kol Shearith Israel, y Milton Henríquez Sasso, como Presidente de esta Congregación que significa: "La Voz del Remanente de Israel", presidieron la consagración de la nueva sinagoga, casa de oración, casa de estudio y casa de encuentros, con el ingreso de los rollos del Tora a la arca sagrada. Milton se expresó en estos términos:
"Si ha sido posible construir este hermoso santuario y centro comunitario, ha sido por la gracia de Adonai Nuestro Señor, quien nos ha permitido recibir la generosidad de Roberto y Alberto Motta, sus socios del desarrollo Costa del Este, y la magnificencia de tantos [otros] donantes que aportaron los recursos para construir este centro comunitario y sinagoga."
"Si ha sido posible construir este hermoso santuario y centro comunitario, ha sido porque Adonai Señor Nuestro iluminó al arquitecto Richard Holzer para diseñar un monumento a la belleza que inspira los más sublimes sentimientos a quienes lo visitamos."
Es propicia la oportunidad para reconocer una vez más la contribución de los judíos miembros de Kol Shearith Israel a nuestro país, el suyo y el nuestro, Panamá.
El 3 de Noviembre de 1918, el prócer Ricardo Arias Feraud, respondió a la invitación que le hizo el Vice-Rector del Instituto Nacional, Dr. José Dolores Moscote, a que dictara una conferencia, sobre lo acontecido el 3 de Noviembre de 1903. Aceptó, según dice porque era:
"Deber en que estamos los que hemos actuado en la historia del país, de depositar nuestros recuerdos de los hechos y de explicar sus causas y sus alcances, para justificar de esa manera nuestra actuación antes de ser llamados al juicio de Dios..."
El papel de judíos de la Congregación Kol Shearith Israel fue bien claro en nuestra independencia. Ricardo Arias Feraud, el Prócer, y uno de los ocho miembros de la Junta Revolucionaria a favor de nuestra independencia, Secretario de Gobierno y de Relaciones Exteriores del Presidente Amador Guerrero, se expresó en los siguientes términos:
"Quisieron esa tarde nombrarme triunviro en asocio de Arango y de Boyd; pero decliné a favor de Tomás Arias por considerarlo mejor preparado [que yo, en política]... sin embargo, colaboré con decisión y entusiasmo en la Junta y merecí que mis opiniones fueran muy atendidas en sus consejos: Mis relaciones personales con los triunviros me colocaron en condiciones ventajosas y además mi amistad con los banqueros de Isaac Brandon & Brothers, puso en mis manos los cordones de su bolsa, que fue la única que se abrió con liberalidad en las horas de mayor angustia fiscal para la naciente República y esto aumentó mi prestigio entre mis compañeros. La oportunidad de los servicios constituye a veces su mayor mérito y por eso Panamá tiene contraída deuda de gratitud eterna para con Don Isaac Brandon, Jefe de esa casa."
Philipe Buneau Varilla acepta que estando de paso por Nueva York, habló por teléfono "casualmente" con Joshua Lindo, de la firma Piza, Sobrinos y Compañía, cuando llamó a la oficina de Brandon & Brothers, (Ovidio Díaz, How Wall Street created a Nation p. 65). Supo así que un grupo de panameños preparaban la Revolución, para lograr la Independencia y asegurarse que el Canal se construyera por Panamá. A su vez fue Philipe Buneau Varilla, en la visita que le hizo al Presidente Roosevelt en la Casa Blanca, quien le informó lo que acababa de saber, que en Panamá se preparaba una revolución. A ello Roosevelt reaccionó con las siguientes palabras:
"¡Una Revolución!, ¿Será eso posible? Pero si se hace realidad, ¿Qué sería del plan en el que nosotros habíamos pensado?".
De acuerdo con Buneau Varilla, al dejar la Casa Blanca, él había logrado cambiar, por sí mismo, los planes que tenía Roosevelt de una invasión con fuerzas armadas para apoderarse en Panamá del terreno necesario para hacer el Canal y, en lugar de ello lo había convencido del apoyo a los independentistas. ( ibid, p. 68).
Estos dos hechos prueban que la iniciativa de independencia era de panameños y no de franceses ni de norteamericanos. Además destacan el papel que jugó Joshua Lindo, cuya información a Buneau Varilla lo interesó en lo que estaba tramándose en Panamá y a su vez él le informó a Roosevelt de los planes panameños de Revolución. Como resultado Roosevelt cambió de planes y aceptó ayudar a los independentistas panameños.
La presencia judía en Panamá data desde antes de 1876, cuando se estableció una Sociedad de Beneficencia y Pompas Fúnebres que evolucionó en los siguientes cien años, de acuerdo con el libro del primer centenario, a una Congregación de 140 familias, "algunas con cinco generaciones nacidas en Panamá" (Kol Shearith Israel, cien años de vida judía en Panamá, p. XV). Su primera Sinagoga fue un local alquilado en el Casco Viejo de la Ciudad. La segunda fue la que construyeron en 1935 y la que hoy se inaugura es la tercera. La Congregación ahora cuenta con 200 familias, bajo la presidencia de dos panameños judíos que han contribuido extraordinariamente a su país, Panamá, y a su comunidad religiosa. Ellos son el Presidente de la Congregación, Milton Henríquez, abogado, comunicador social, hombre público, todo dinamismo y renovación. Y el Presidente Honorario, Alberto Motta, hombre visionario y emprendedor a la vez, de un realismo que le viene de su excepcional experiencia y al mismo tiempo de un optimismo que conjuga el entusiasmo con la generosidad. Alberto es un hombre, un panameño y un judío quien practica y comunica una sabiduría que no es de palabra y de teoría, sino de vida y de ejemplo impactante.
Con el aporte de otros miembros de Kol Shearith, muy particularmente de Claudio Valencia, quien fue el Presidente del Comité de Construcción de la Nueva Sinagoga, Julieta Maduro, Sylvia Robles y naturalmente del Rabino Gustavo Kraseknik, la nueva sinagoga fue realmente una obra de la Congregación. Ellos dieron su testimonio de que el judaísmo de Kol Shearith Israel es una fe viva y palpitante en Panamá, que ha demostrado solidaridad entre sus miembros y con toda la comunidad panameña.
Como dijo Milton: "el principal apoyo del Dr. Manuel Amador Guerrero en sus gestiones en Estados Unidos y los primeros recursos de la República fueron proveídos por miembros de esta Congregación". Herbert de Sola viajó con el Dr. Amador Guerrero a Nueva York y actuó como su traductor en el barco y a su arribo a Nueva York. En Nueva York Amador Guerrero usaba la oficina Joshua Lindo como si fuera la suya. El incendio y destrucción de Colón por el Batallón Tiradores fue evitado por cuatro próceres, dos de los cuales eran miembros de esta Congregación, [Isaac Levy Toledano, y M. A. De León]. La "Marcha Panamá", considerada por muchos como el segundo himno de la República, fue compuesta por Eduardo Maduro, un patriota miembro de esta Congregación. David H. Brandon participó en primer plano en la fundación del cuerpo de Bomberos. La Orquesta Sinfónica la organizó Herbert de Castro. La recolección de contribuciones de cemento para la construcción de la Carretera Interamericana la encabezó Felipe Motta. La Universidad Tecnológica la fundó, Víctor Levy. El Tribunal Marítimo correspondió a la iniciativa y a la concepción de Woodrow de Castro. Stanley Fidanque se ocupó de la Escuela de Chapala primero como Presidente del Club de Leones y luego durante muchos años como Presidente de la Directiva de Chapala. La Carrera Administrativa y La Defensoría del Pueblo fueron concebidas y promovidas por Milton Henríquez, como Legislador. La dedicación cívica y civilista de la que muchas panameñas dieron el ejemplo se personificó en la labor de mujeres como Esther Abadi. Max del Valle, Primer Vice-Presidente de la República, estuvo dispuesto a aceptar la Presidencia en las circunstancias traumáticas de la condena legislativa del Presidente Robles por abuso de los fondos del Estado a favor de sus candidatos. La señora Aida de Castro Hurwitz, era conocida como el Angel de Palo Seco, por sus labores a favor de los leprosos panameños. Walter Watson facilitó la trasferencia de las delicadas funciones que ejercía el Federal Aviation Agency a la Aeronáutica Civil, sin que se resintiera una baja en la calidad de servicio prestado para la seguridad de todos los aviones que llegaran a Panamá. Él decía de sí mismo que era un gringo enamorado de Panamá. Y tantas otras obras e instituciones republicanas tienen en común la impronta de miembros de esta Congregación.
Cuando las promesas de fondos de Buneau Varilla no se realizaron por una u otra razón, siete miembros de la Congregación Kol Shearith Israel, ayudaron a la Junta Revolucionaria, algunos que ya habían ayudado de diferentes maneras previamente: Moisés D. Cardoze, Morris Lindo, Isaac M. Toledano, Joshua Lindo, Joshua Piza, M.A. De León, e Isaac Brandon.
Los miembros de Kol Shearith Israel se deben sentir orgullosos de lo que han sido y de lo que son, gracias a los dirigentes que han tenido y que tienen. Los demás panameños, compartimos con ustedes, el aprecio por los hombres y las mujeres que ustedes le han dado a la Patria, hombres como Alberto Motta Cardoze. Antes de escribir estas líneas quise conversar aunque fuera por un corto rato con Alberto. Tan pronto comenzamos a conversar de la Congregación, Alberto me destacó el hecho de que la mayoría de los hombres de las familias que iniciaron Kol Shearith Israel eran de apellidos hispánicos o portugueses. Ralph de Lima en su estudio sobre las "Raíces históricas y culturales de nuestra congregación" [publicado en el libro sobre el centenario de la Congregación, op cit p. 3] escribe:
"Salieron [nuestros antepasados] de España despojados de sus bienes -por lo general caudalosas fortunas-, como refugiados, pero se llevaron un tesoro mayor, su idioma, su folklore, sus romances, costumbres, cantares, aún los vicios y las virtudes de la Madre Patria, hasta las llaves de sus hermosas villas y aljamas".
Los nombres de muchas de las familias originales de Kol Shearith Israel evidentemente tenían apellidos hispánicos y portugueses. Muchas veces buscaron asilo en Amsterdam, Hamburgo, Venecia, Nápoles, Alejandría y en dominios del Imperio Turco. De Holanda, familias judías se trasladaron a Curazao y de allí a las diversas islas del Caribe, como St. Thomas, y a Panamá, a mediados del siglo XIX o aún antes.
Entre las primeras familias que llegaron y que aún tienen descendientes en Panamá están los Brandao, Cardoze, De Castro, De León, De Lima, De Sola, Del Valle, Ehrman, Fidanque, Henríquez, Levy, Lindo, Lyons, Maduro, Méndez, Motta, Osorio, Pereira, Piza, Robles, Sasso, Toledano. Constituyeron una comunidad de judíos sefarditas, que demostraron gran apertura hacia la sociedad panameña. Y se integraron a ella.
Si el Panamá de hoy, con el cúmulo de transformaciones que nos impulsan y nos retan, no ha perdido su identidad y no ha traicionado la solidaridad entre panameños y más ampliamente entre seres humanos, es porque hay instituciones como Kol Shearith Israel que cultivan el alma de componentes de nuestro pueblo esforzándose por enseñar a respetar las tradiciones morales pero abriéndolas cada vez más, para que no se conviertan en hábitos y costumbres que estorben las nuevas iniciativas y nos impidan avanzar sensatamente. Y estas instituciones logran cumplir con este cometido porque personas como Alberto Motta Cardoze, Milton Hneríquez Sasso y Claudio Valencia Storer, les dedican su tiempo, sus recursos y sus ideas y afectos, impregnándolos de una imaginación creativa.
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