Consejos
¿Aburrido y cansado de la rutina?
La vida productiva y ajetreada de la ciudad puede traer consigo un deterioro evidente en el estilo de vida. Las muchas horas y tiempo que invertimos para
La vida productiva y ajetreada de la ciudad puede traer consigo un deterioro evidente en el estilo de vida. Las muchas horas y tiempo que invertimos para transportarnos, en hacer filas y esperar un servicio, la mala alimentación, y además, la alta competitividad laboral, promueven entre los ciudadanos altos niveles de fatiga o “cansancio” físico y emocional, que traen consigo un deterioro marcado de la salud física y mental.
El detalle es que, entre ambos, el cansancio físico es al que más cuidado le prestamos, por ser las manifestaciones del cuerpo las más inmediatas y que la lucha contra el sueño se vuelve casi irresistible. Por ello, tendemos a atenderlo con mayor prontitud, pero en muchos casos, solo lo necesario para seguir con la rutina, pero no lo suficiente como para descansar. A diferencia de la fatiga física, la fatiga mental o “cansancio mental”, tiene consecuencias menos intensas, y por eso tendemos a ignorarlo con mayor facilidad, y en muchos casos, a confundirlo con sueño. A esta fatiga mental la podríamos describir como “la pereza” o aquellos sentimientos de falta de energía, apatía por la rutina diaria e irritabilidad. Sentimientos que nos llevan a aburrirnos y a no estar satisfechos con nuestro estilo de vida. En otras palabras, no nos deja ser felices.
Lo cierto es que el ajetreo y la productividad de la ciudad no se pueden cambiar. Lo que sí podemos cambiar es cómo nos acoplamos saludablemente a la rutina y cómo hacemos un balance en nuestro tiempo. Y si no podemos evitar que se produzca la fatiga física o la mental, procurar no ignorarlas y hacer algo al respecto. Para tomar cuidado de la fatiga física, se debe procurar el descanso y una buena alimentación; para la fatiga mental se debe procurar mantener ejercicios físicos, cambios en la rutina, actividades recreativas intencionales, y tiempo para despejar la mente: meditando, leyendo, escuchando música, desarrollando un talento o simplemente riéndonos en familia, entre otros.
Lo saludable es, tan pronto como notemos en nosotros síntomas de irritabilidad o apatía a nuestra rutina, buscar las alternativas para adecuar nuestro tiempo y tomar la decisión de incluir en nuestra rutina tiempo para descansar y para recrear la mente. Es mejor tomar acción pronto, ya que si no podemos hacer los cambios en el “estilo de vida de la ciudad”, podemos hacer los cambios en el estilo de vida propio y disfrutar la vida.
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