41 Años del aniversario de los Tratados Torrijos-Carter
- Modesto Rangel Miranda/ [email protected]
El Tratado de 1977. Este tratado fue un buen principio, Sus orígenes se dieron con la plena negociación y reunión de los representantes entre ambas naciones vinculada a la vida canalera.
Hablar de los verdaderos antecedentes de los tratados de 1977 es saber valorar el esfuerzo y valentía que muchos panameños proyectaron en nuestra historia nacional. Desde la llegada del primer colonizador español hasta las diversas etapas como la unión a Colombia, los sucesos de 1856, el fracaso del Canal Francés y conseguir nuestra propia separación aquel 3 de noviembre de 1903.
El tratado de 1977 selló con gran valor la hazaña de un pueblo que desde 1903 y 1904 marcaron el rumbo de la República de Panamá. Es ahí que se inicia el primer cuestionamiento sobre la firma de un tratado que nunca lo había firmado ningún panameño, pero que bajo intereses del gobierno estadounidense, Hay Bunneau Varilla conocía más que ser un verdadero representante de Panamá ante Washington. Lo cierto es que no tardó en encararse el aspecto más importante como lo fue la construcción del Canal, que por 10 años representó el primer esquema conflictivo donde en ocasiones los estadounidenses residentes en el territorio canalero discriminaban con estilos del sur de Georgia a los panameños. La inauguración del Canal de Panamá permitió darle una verdadera imagen positiva a la república de Panamá. Los panameños habían obtenido un gran logro, sin embargo, con la presencia militar en 1914, fecha en que se conmemoraba la apertura de la vía interoceánica, ponía de manifiesto la fuerte amenaza ante el conflicto de la Primera Guerra Mundial donde Panamá, aunque fuese una nación neutral, estaría bajo amenaza por su posición estratégica.
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Culminada la guerra, el conflicto de 1921 y el tratado de 1924 Kellogg-Alfaro, hacia lesionar más la integridad a los panameños de poder entrar dentro de los predios de las instalaciones canaleras. La actitud de la política exterior estadounidense nunca favoreció a los istmeños, los esquemas racistas se incrementaban dentro de la zona canalera. Un nuevo movimiento surgió de las bases del pueblo, dando como resultado lo que sería el Movimiento Inquilinario de 1925 y el Golpe de 1931 en la Presidencia de la República de Panamá, puntos que enmarcarían la actitud de un pueblo en desafiar los intereses estadounidenses sobre las imposiciones neoliberalistas que estarían dañando la imagen de la nación. Pero la lucha por la igualdad salarial y el reconocimiento de los derechos humanos en las instalaciones se afianzaron dentro de lo que sería el primer tratado que marcaría una gran victoria para Panamá y punto antecesor del tratado de 1977 el tratado de 1936 Arias Roosevelt.
Fue en 1955 cuando el tratado Remón-Eisenhower justificaba la plena voluntad popular en un verdadero cambio que por más de un siglo proyectarían los hechos que se darían en 1977 y en 1999. Fue en 1964 cuando el mundo conoció la verdadera realidad vivida dentro de la zona canalera donde el irrespeto de personas que creían que ser dueños dentro de un territorio abusaban de la voluntad soberana de una nación. Con estos hechos, el Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas buscaba la formula de mitigar el problema , un nuevo tratado ponía a Panamá de manifiesto en el problema con famoso tema del Convenio Tres en Uno.
El Tratado de 1977. Este tratado fue un buen principio, Sus orígenes se dieron con la plena negociación y reunión de los representantes entre ambas naciones vinculada a la vida canalera. Para el año de 1974 se reunieron en Panamá el Secretario de Asuntos para América Latina, por Estados Unidos Henry Kissinger y por Panamá Juan Antonio Tack, quien por varios meses analizaron y compartieron diferencias y puntos sustanciales para la firma de un tratado que aboliera y eliminara todos los tratados desde 1903.
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Las negociaciones comenzaron en 1974 y su punto más crucial era la izada en las instalaciones de las dos banderas. Su mayor desenlace se da cuando para el año de 1977, Panamá le plantearía al Gobierno de los Estados Unidos, la situación que se había dado dentro de las instalaciones cercanas a la zona del Canal de Panamá. Dicho acto de 1977 culminaría en la ciudad de Washington en la sede de la Organización de Estados Americanos el 7 de septiembre donde se reunieron el presidente de los Estados Unidos James Carter y el General Omar Torrijos Herrera, quienes marcarían para la historia el momento cumbre más grande que todo hombre pudiese haber visto y desafiado ante cualquier dificultad. Los tratados de 1977 marcaron la diferencia. El recorrido del General Torrijos fue la llama nacionalista que encendió el camino a la rápida independencia, inspirada en el convenio Tack-Kissinger, en el que se eliminaban los derechos constitutivos de los militares estadounidenses dentro del territorio nacional, especialmente a la Zona del Canal.
Con el tratado de 1977, los panameños habían conseguido un gran triunfo, izar la bandera nacional no solamente en el Cerro Ancón, sino también entrar dentro de lo que se conocía como la Quinta Frontera, adquisición puestas por gobernadores estadounidenses donde tenían mentalidades similares al del sur de Georgia. La lucha generacional marcó un verdadero cambio en esta heroica fecha que no debe olvidarse.
Nuestra historia no debe olvidarse, para tener libertad y democracia muchas veces hay que pagar un precio. Hoy se conmemoran 41 años de esa firma y nuestra juventud debe ser custodia de la lucha de un pueblo que peleó por su soberanía. Celebremos esa gran victoria en favor de Panamá.
Comunicador Social
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