Virus de nutrias y focas marinas se propaga en los océanos debido al calentamiento global
El deshielo es una explicación viable para la propagación de virus, pero no la única, aclaró Charles Innis, veterinario en el Acuario New England, en Boston.
- Karen Weintraub
- - Publicado: 27/11/2019 - 06:00 am
Nutrias marinas y focas en el Océano Pacífico, frente a la costa de Alaska, están infectadas con un virus que alguna vez fue visto solamente en animales en el Atlántico.
Un nuevo estudio sugiere que el hielo en derretimiento en el Ártico podría ser el culpable, y que el cambio climático podría ayudar a propagar la enfermedad a nuevas regiones.
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La curiosidad de Tracey Goldstein, bióloga en la Universidad de California, en Davis, se despertó cuando nutrias marinas del Pacífico dieron positivo para el virus phocine distemper —primo del virus distemper canino (o moquillo)— en el 2004, dos años después de un importante brote entre las focas comunes europeas.
Análisis genéticos arrojaron que las infecciones en los dos grupos estaban relacionadas. Goldstein se preguntaba cómo un virus por lo general transmitido por contacto directo con un animal enfermo había logrado llegar de un océano septentrional al otro.
Hasta el 2002, los mares alrededor del Círculo Ártico seguían en su mayoría congelados incluso muy avanzado el verano. Sin embargo, ese año el Océano Ártico entre el Atlántico Norte y el Pacífico fue transitable a fines del verano.
Aunque las nutrias marinas no se aventuran muy lejos de su hogar, las focas concebiblemente podrían haber portado el virus del Atlántico al Pacífico, señaló Goldstein.
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El deshielo es una explicación viable para la propagación de virus, pero no la única, aclaró Charles Innis, veterinario en el Acuario New England, en Boston.
“Un escéptico podría argumentar que quizás este virus pudiera ser transmitido a través de un huésped intermedio, como un ave que puede volar largas distancias”, indicó Innis. “O quizás esté siendo transmitido en el agua de lastre de buques”.
Incluso el comercio ilegal de mascotas o vida silvestre, o carne contaminada enviada de una costa a otra, podrían diseminar un virus, añadió.
Goldstein y su equipo también analizaron anticuerpos para el virus en los animales. No había evidencia de anticuerpos en pruebas realizadas antes del año 2000. Sin embargo, para el 2002 el nuevo estudio encontró “una gran diferencia” en los niveles de anticuerpos en leones marinos de Steller, dijo Goldstein, lo que sugiere que los animales tenían infecciones activas o se habían recuperado de ellas.
El virus phocine distemper es muy letal entre las focas comunes en el Atlántico.
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El nuevo estudio identificó una segunda ola de anticuerpos virales en el 2009 en diferentes especies de focas, incluyendo focas del hielo, osos marinos y leones marinos de Steller. El estudio actual terminó en el 2016, así que no está claro si el virus se ha estado propagando desde entonces, dijo Goldstein.
Pero le preocupa que otro ciclo de infección pudiera estar no muy lejano. “Estos acontecimientos poco frecuentes podrían volverse más comunes”, señaló.
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