Una periodista lucha por chinas divorciadas
- Amber Wang y Chris Buckley
Li Xiuping se convirtió en una organizadora decidida. Presionó a otras mujeres para que hablaran, publicando fotos de sí misma sosteniendo un cartel que pedía cambiar las reglas sobre deudas en los divorcios.
BEIJING — Durante los primeros siete meses después de su divorcio, Li Xiuping creyó que su exesposo había desaparecido de su vida. Luego llegó una llamada telefónica que convirtió a Li, una periodista para un periódico estatal de Beijing, en una activista por los derechos económicos de las mujeres chinas.
El exesposo de Li le dijo que ella había faltado a una audiencia en el tribunal iniciada por acreedores que perseguían a la pareja por 400 mil dólares en préstamos no saldados, una deuda de la que Li dijo no estar enterada. El caso empujó a Li a una lucha para cambiar las leyes matrimoniales chinas.
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“Esto simplemente no es correcto, no quiero ver más vidas arruinadas”, dijo Li, de 49 años. “No quiero renunciar a esto hasta que hayamos llegado lo más lejos posible”.
Ella y cientos de mujeres más, así como algunos hombres divorciados, dicen que la ley los atrapó cuando los tribunales dictaminaron en el 2003 que eran responsables solidarios de los préstamos no pagados de los excónyuges.
“Yo no debería ser arrastrada a riesgos incontrolables debido a un matrimonio”, dijo Li en su departamento en Beijing.
Bajo Xi Jinping, el líder autoritario del Partido Comunista, China ha silenciado a abogados y activistas de derechos humanos. Pero Li y otras personas han evitado la confrontación política utilizando WeChat, una plataforma de redes sociales, para movilizar, coordinar y compartir consejos sobre cómo manejar los divorcios.
El viaje de Li al activismo comenzó en el 2014, después de que ella y su esposo, Li Xianghua, se divorciaron.
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Cuando los préstamos de su exmarido vencieron, Li se vio enredada en casos penales sobre su parte de la deuda. Su punto más bajo llegó en el 2015, cuando fue detenida durante nueve días después de que acusó a un juez de confiscar documentos.
“Esto fue absolutamente absurdo. Ni siquiera notificaron a mi abogado”, dijo sobre su detención. “Quise luchar por mis derechos después de salir”.
Para Li, la Internet china ofreció una especie de salvación. Mientas navegaba en línea en el 2016, se topó con un grupo de mujeres cuyas quejas sonaban como la suya: divorciadas y consternadas después de que los exesposos las dejaran sepultadas con deudas.
Mientras navegaba, encontró mujeres que relataban cómo los acreedores habían exigido el pago por las deudas de sus exmaridos. Perseguidas en los tribunales, algunas mujeres fueron puestas en una lista negra de viaje, o sus ingresos fueron descontados; algunas perdieron sus hogares.
Li se convirtió en una organizadora decidida. Presionó a otras mujeres para que hablaran, publicando fotos de sí misma sosteniendo un cartel que pedía cambiar las reglas sobre deudas en los divorcios. En el 2017, organizó una encuesta que recopiló alrededor de mil 500 respuestas de personas, casi todas mujeres, que describieron sus problemas con el divorcio y las deudas.
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Para entonces, la informal coalición en línea tenía unos mil 300 miembros, casi todas mujeres, comentó. Compartían información sobre sus casos, se animaban unas a otras mientras luchaban en los tribunales y empezaron a cabildear con jueces y legisladores.
En el 2018, las mujeres lograron una victoria cuando el Tribunal Superior de la nación ofreció una nueva instrucción, lo que redujo las circunstancias en que los cónyuges divorciados podrían ser responsables de las deudas de una ex pareja.
Pero Li ha seguido presionando, exigiendo que China inscriba un acuerdo más justo para los cónyuges divorciados en una ley de matrimonio corregida, en lugar de confiar en las instrucciones del tribunal.
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