Red informal de entregas: es la nueva tendencia en Senegal
Hoy, los mensajeros han formado su propia industria, haciendo cobros, de apenas 17 dólares por kilo para algunos artículos al mayoreo; más para cosas como teléfonos celulares o computadoras, que por lo general están muy por debajo de lo que cobran los minoristas en línea por un envío.
- Sarah Maslin Nir
- - Publicado: 24/1/2020 - 06:00 pm
En un edificio en NY, los carteros conocen el departamento 1A. Llegan cajas a todas horas, de todo el mundo. Almohadas, partes para autos, zapatos de tacón y AirPods se acumulan en el recibidor, pero ninguno de los artículos fue comprado por la persona a la que van dirigidos: Arame Wade.
Los verdaderos destinatarios se hallan a 6 mil 100 kilómetros de distancia. Cada cierto número de semanas, Wade llena su equipaje con bienes y los lleva al otro lado del Atlántico, a la gente que en realidad hizo las compras: clientes en Dakar, Senegal, que le pagan una comisión.
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Wade, una ex vendedora de autos, es parte de una solución de baja tecnología a un problema que aqueja a las compras de alta tecnología en lugares donde la entrega por correo es poco fiable: llevar cosas a la gente que las pidió. Llevar bienes a Senegal puede ser bastante fácil, pero el último tramo de la entrega es donde las cosas pueden salir mal.
Mensajeros informales como Wade, de 34 años, son conocidos en Senegal y otros países francoparlantes como G.P.s. El término, dice mucha gente, tiene sus orígenes en una política de Air France que ofrecía a familiares de los empleados de la aerolínea una tarifa aérea reducida llamada “gratuité partielle”, o parcialmente gratis. Los G.P.s a menudo solían llevar del extranjero a su país bienes difíciles de encontrar para sus amigos.
Hoy, los mensajeros han formado su propia industria, haciendo cobros —de apenas 17 dólares por kilo para algunos artículos al mayoreo; más para cosas como teléfonos celulares o computadoras— que por lo general están muy por debajo de lo que cobran los minoristas en línea por un envío.
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A pesar de la prisa para aprovechar el creciente uso de Internet en lugares con retos de infraestructura, crear escala en el comercio electrónico no es fácil. Amazon envía mercancía a Senegal y otros 128 países, donde asume responsabilidad por las entregas. Pero las compañías de entregas que usa no siempre ofrecen entregas a domicilio. Muchos habitantes de África Occidental optan por la red clandestina porque prefieren usar a personas que conocen.
La hermana de Alioune Sine ha llevado bienes estadounidenses a clientes senegaleses durante 20 años. Sine, de 44 años, le ayuda, y dijo que habían reclutado a amigos y primos para transportar más maletas.
Los G.P.s, a menudo operan con escasos márgenes de ganancia. Buscan boletos de avión baratos. Pero para conservar clientes, muchos vuelan incluso cuando los precios se disparan. Las aerolíneas por lo general permiten que un pasajero documente dos maletas. En un vuelo de Delta Air Lines a África Occidental, cada pieza adicional de menos de 32 kilos cuesta 200 dólares. Sine dijo que sus transportadores llevan el número máximo de maletas: 10.
Muchos senegaleses no tienen tarjetas de crédito, así que algunos mensajeros como Sine compran los productos y aceptan efectivo al hacer la entrega. La mayoría de los clientes de su hermana son amigos o parientes lejanos. “Todos tienen que confiar unos en otros”, apuntó. “Así es como hacemos negocios”:
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Tras perder una maleta con artículos electrónicos caros, Wade dijo que ahora transporta sólo uno o dos iPhones a la vez. Dijo que los riesgos y el elevado precio de los boletos de avión habían afectado sus ganancias y que había ganado más dinero en la concesionaria de autos. Pero había otros beneficios en su trabajo, como las visitas a su tía abuela en Dakar.
Aly Thioye, dueño de una franquicia de Domino’s Pizza en Rhode Island, contó que había iniciado su negocio de mensajería hace dos años como una forma de pagarse las visitas a su país natal. Ahora, tiene tanta demanda que a menudo realiza el trayecto del Aeropuerto Internacional Logan en Boston al Aeropuerto Internacional Blaise Diagne en Senegal cada tercer semana. “Me encantaría detenerme a estas alturas, pero no puedo”, dijo Thioye, de 40 años.
Su grupo rotativo de alrededor de 50 clientes son parientes y amigos y, añadió, “han llegado a depender de mí”.
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