Por el coronavirus, la danza de 1971 se muda de azoteas a pantallas
Bailarines se reunieron de manera virtual, empezaron a proponer ideas de cómo podrían continuar trabajando a distancia. Una opción quedó en primer lugar: “Roof Piece” (Pieza en la Azotea).
- Brian Seibert
- - Actualizado: 23/4/2020 - 10:47 am
Se suponía que éste iba a ser un gran año para la Trisha Brown Dance Company, fundada hace 50 años. A principios de marzo, la compañía de danza voló a Francia para iniciar una gira de aniversario con localidades agotadas. Luego llegó la ola de cancelaciones por el coronavirus, y los bailarines se encontraron en el último vuelo a Nueva York.
Esparcidos por todo Estados Unidos —o en un caso, en casa en Australia— los bailarines se reunieron de manera virtual. Empezaron a proponer ideas de cómo podrían continuar trabajando a distancia. Una opción quedó en primer lugar: “Roof Piece” (Pieza en la Azotea).
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“Roof Piece” es una obra que Brown, que murió en el 2017, presentó por primera vez en 1971. Ella y algunos colegas se dispersaron por las azoteas de un vecindario en Nueva York y jugaron una versión dancística del juego “teléfono descompuesto”. Un bailarín ejecutaba una serie de movimientos estilo semáforo de banderas, que el bailarín en la siguiente azotea trataba de imitar, y así sucesivamente.
Los espectadores encima de los edificios podían seguir la transmisión y los errores, el deterioro inevitable de la señal que Brown pretendía que el ejercicio expusiera. Las personas que no sabían qué estaba pasando podrían prestar atención, y eso era parte del plan. Era por ello que los bailarines vestían de rojo.
Durante una lluvia de ideas sobre cómo reproducir “Roof Piece” de modo virtual, los bailarines se toparon con un problema: no todo mundo tenía acceso a una azotea. Así que decidieron que un techo no era esencial.
Hacer “Roof Piece” en interiores se sintió “como un gesto de solidaridad con la gente que también está encerrada”, dijo Jamie Scott, bailarina de la compañía. Así que eso fue lo que hizo la compañía, grabando el resultado, ahora llamado “Room/Roof Piece” (Pieza en la Habitación/Azotea), puliéndolo con algo de edición antes de subir el video a los medios sociales.
En otro gesto de solidaridad, la compañía ahora alienta a las personas en casa a intentar su propia “Room/Roof Piece” virtual.
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Primero, invite a unos amigos a una reunión en una plataforma de videoconferencias. Luego decidan quién es el líder, quién es el Número 2 y así sucesivamente. El líder empieza con un saludo con la mano. El resto de los movimientos depende de cada uno. Una sentadilla profunda es la señal para que la última persona en la fila asuma el papel de líder, invirtiendo el flujo. Otra sentadilla lo termina todo.
En la versión de azotea, todo mundo mira hacia una dirección, cada uno copiando la espalda de la persona delante. En la versión en línea, todo mundo debe mirar la pantalla. “Tenemos que hacer lo opuesto de lo que estamos viendo para que la transmisión se vea correcta”, dijo la bailarina Amanda Kmett’Pendry.
Para que la transmisión fluya, los bailarines tienen que encender sus cámaras en el orden correcto. Para que un bailarín vea sólo la persona “delante”, cada uno tiene que oprimir un botón en el momento correcto.
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Los bailarines trataron de mantener la integridad de la original —vistieron todo lo rojo que tenían— pero la versión en línea es inevitablemente diferente, para participantes y espectadores.
“No tienes que ser demasiado sofisticado”, afirmó Carolyn Lucas, directora artística asociada de la compañía. “Deberías sentirte realmente cómodo con el movimiento que te salga”.
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