Ladrones de alto nivel roban inodoro de oro, joyerías y arte
- Robb Todd
Parte de su botín fue la Estrella de la India, uno de los zafiros estrella más grandes del mundo, de 563 quilates, también se llevaron más de 20 gemas. Con un valor total de 410 mil dólares, alrededor de 3.3 millones en dólares de hoy.
Un oficio que parece estar a salvo de la automatización es el de ladrón de alto nivel que se dedica a la joyería o al arte.
Muchos atracos se siguen llevando a cabo a la antigüita, con poco más que descaro. Eso fue todo lo que se necesitó hace 55 años, de acuerdo con un artículo de The New York Times sobre el robo de joyas más grande en la historia de Nueva York. En 1964, unos jóvenes ladrones bien vestidos, que también eran surfistas, robaron la Sala de las Gemas del Museo de Historia Natural.
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“Los tres ladrones —Jack Murphy, Allan Kuhn y Roger Clark— eran chicos de playa bronceados y en forma, de veintitantos años de edad”, escribió Corey Kilgannon.
Parte de su botín fue la Estrella de la India, uno de los zafiros estrella más grandes del mundo, de 563 quilates. Se llevaron más de 20 gemas, y el museo calculó su valor total en 410 mil dólares, alrededor de 3.3 millones en dólares de hoy.
“Realmente no fue gran cosa —podíamos hacer un golpe como éste en cualquier momento”, dijo Murphy a The Times. “Fue como decir: ‘Vamos a jugar boliche’”.
Fueron capturados en Miami dos días después y cooperaron para ayudar a recuperar las gemas a cambio de indulgencia. Ahora de 82 años, Murphy vive en Florida y dirige un ministerio para prisioneros, que comenzó cuando fue encarcelado.
Pero otro floridano de 82 años, dijeron los investigadores a The Times, estaba lejos de retirarse de una vida de delinquir —hasta que fue arrestado hace poco en Nueva York. La policía dijo que Samuel Sabatino tenía 10 años de ser buscado como sospechoso, y su técnica era bastante rudimentaria. Usaba lentes grandes, ropa discreta y fingía vivir en cualquier edificio elegante que planeara robar. Burlaba a los porteros, informó The Times, “entablando conversaciones con residentes o elogiando a sus perros e ingresando al inmueble con ellos”.
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Era tan efectivo, dijeron los investigadores, que Sabatino robó unos 400 mil dólares en joyas y relojes en sus últimos atracos.
“No es el típico ladrón con pasamontañas”, dijo a The Times el teniente Kevin Blake, quien dirigió la investigación. “Se estaba volviendo un poco frustrante que no pudiéramos atraparlo. Tiene 82 años, pero era escurridizo”.
Un ladrón en San Francisco hizo que su travesura pareciera aún más fácil. El hombre entró a una galería de arte, tomó un grabado de Salvador Dalí de 20 mil dólares y salió unos segundos después.
“Estaba solo en la galería, le dí la espalda durante un minuto y luego vi que ya no estaba”, dijo Rasjad Hopkins, un director asociado de la galería, a The Times. “Nunca vi a la persona”.
Fue más difícil, pero potencialmente más lucrativo, para un grupo de ladrones robar un inodoro de oro sólido de 18 quilates de la casa familiar de Winston Churchill en Oxfordshire, Inglaterra.
El funcional y valioso sanitario, titulado “América” por su creador, Maurizio Cattelan, formó parte de una exposición de arte que se instaló en el Guggenheim en el 2016. El valor del oro, si se fundía, se calculaba en 4 millones de dólares.
Al principio, Cattelan dijo que pensaba que se trataba de una broma.
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“¿Quién es tan tonto para robar un inodoro?”, dijo a The Times. “Había olvidado por un segundo que estaba hecho de oro”.
Tal vez él fue el último en usar el sanitario, pero agregó: “Prometo que tengo una coartada para esa noche”.
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