La labor de un artista es ser "la piedrita en el zapato de todos”
- Andrew Higgins
Pyotr A. Pavlensky, aclamado por los aficionados al arte vanguardista como un talento excepcional, si bien excéntrico, el artista de performance ruso, quien ahora se considera a sí mismo francés, nunca ha sido popular entre los poderosos.
PARÍS — Pyotr A. Pavlensky ha enfurecido a prácticamente todo el mundo. Las autoridades rusas lo encarcelaron por prender fuego a la puerta del cuartel de la Policía secreta. Francia, que le dio asilo, también lo envió a prisión por un incendio, y ahora lo investiga en conexión con una riña la víspera de Año Nuevo y la divulgación de un video sexual de un político.
“La labor de un artista es ser la piedrita en el zapato de todos”, afirmó Pavlensky. Aclamado por los aficionados al arte vanguardista como un talento excepcional, si bien excéntrico, el artista de performance ruso, de 35 años, quien ahora se considera a sí mismo francés, nunca ha sido popular entre los poderosos.
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Los fiscales en Rusia y Francia lo pintan como una amenaza a la sociedad, mientras que otros se mofan de él tachándolo de lunático, particularmente desde que se clavó el escroto a los adoquines de la Plaza Roja en el 2013.
“Mi objetivo siempre ha sido ser inconveniente e incómodo para todos”, afirmó Pavlensky. Pero nunca esperó que las autoridades francesas arremetieran contra él “tan fuerte y tan rápido” cuando en febrero posteó un video explícito en línea que mostraba a Benjamin Griveaux, quien contendía por la alcaldía de París.
La divulgación forzó al político casado a renunciar a la elección y dejó a Pavlensky enfrentando cargos.
Pavlensky dijo que todos los gobiernos “son instrumentos de represión. La mecánica del poder es igual en todos lados, sólo las técnicas son diferentes”.
Nacido en el seno de una familia soviética de nivel cómodo en Leningrado, hoy San Petersburgo, Pavlensky, quien es hijo único, dijo que se dio cuenta por primera vez del peligro de tenerle fe al poder estatal cuando su padre, un geólogo en un instituto de investigación estatal, bebió en exceso hasta morir a los 49 años de edad, tras el colapso de la Unión Soviética.
Sus padres, aunque eran tradicionalistas, apoyaron su matriculación en la Academia Estatal Stieglitz de Arte y Diseño, una escuela prestigiosa en San Petersburgo. Abandonó sus estudios en su último año, decidiendo que un diploma lo etiquetaría como “un sirviente del sistema”.
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Una influencia importante en esa época fue Pussy Riot, un grupo punk rock de protesta feminista. Pavlensky montó su primera “acción” pública en julio del 2012, apareciendo en una catedral de San Petersburgo con los labios cosidos en protesta por el arresto de las integrantes de Pussy Riot.
La Policía lo envió a un examen psiquiátrico, pero fue declarado cuerdo y puesto en libertad.
Su acción más famosa tuvo lugar en Lubyanka, un imponente edificio de piedra en Moscú que fungió como la sede de la KGB durante la era soviética y que ahora alberga al liderazgo de su agencia sucesora, el Servicio Federal de Seguridad. Empapó la puerta de gasolina y le prendió fuego. Fue arrestado, enviado a un pabellón psiquiátrico y luego retenido durante siete meses antes de ser llevado a juicio.
Hallado culpable de vandalismo, solamente se le impuso una multa, que se rehusó pagar. Se marchó de Rusia.
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Tras arribar a París, incendió ventanas en el Banque de France, el banco nacional. Pasó 11 meses en prisión, en su mayoría en una celda solo.
Al preguntarle si quizás estaba un poco loco, Pavlensky dijo: “Para nada, pero todos vivimos al filo entre la cordura y la locura”.
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