Europa toma ventaja en la creación de nuevos telescopios
Se trata del "Telescopio de Treinta Metros", el cual tendrá un espejo primario de captación de luz de 39 metros de diámetro, lo que lo hace 13 veces más potente que cualquier otro en la actualidad.
- Dennis Overbye
- - Publicado: 20/1/2020 - 03:00 pm
Estados Unidos está a punto de perder el universo. Hasta hace muy poco, los telescopios más poderosos de la Tierra han estado en las cimas de montañas estadounidenses como Palomar, Kitt Peak y Mauna Kea.
Pero ya no. En el 2025, el Observatorio Europeo Austral, una organización multinacional, inaugurará un telescopio que empequeñecerá a todos los demás. El Telescopio Europeo Extremadamente Grande en Cerro Paranal, en Chile, tendrá un espejo primario de captación de luz de 39 metros de diámetro, lo que lo hace 13 veces más potente que cualquier otro telescopio en operación en la actualidad.
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Hay dos proyectos de telescopios estadounidenses que podrían competir con el gigante europeo, si es que llegan a construirse: el Telescopio de Treinta Metros, cuya construcción está prevista en Mauna Kea, en Hawai, y el Gigante de Magallanes en el Cerro Las Campanas, en Chile. Pero ambos están inmersos en dificultades económicas y controversias políticas, y aún falta por lo menos una década para su culminación, si es que ocurre.
El trabajo en el Telescopio de Treinta Metros ha estado estancado durante años por un movimiento de protesta que argumenta que décadas de construcción del telescopio en Mauna Kea han contaminado y profanado una montaña sagrada para la cultura polinesia, y han violado los derechos de los hawaianos nativos. El equipo detrás del proyecto ha prometido trasladarlo a las Islas Canarias si no puede seguir adelante en Hawai.
A ambos proyectos les faltan cientos de millones de dólares de financiamiento. A principios de este año, representantes de los dos proyectos comparecerán ante un panel de expertos de la Academia Nacional de Ciencias para pedir ayuda.
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El panel es parte de la Encuesta Decadal, en la cual la comunidad astronómica clasifica sus prioridades para el gasto del dinero federal. El Congreso y agencias como la Fundación Nacional de Ciencias tradicionalmente toman en cuenta las recomendaciones de la Encuesta. Una clasificación alta podría llevar a la Fundación Nacional de Ciencias a asignar más dinero.
Los telescopios necesitarán por lo menos mil millones de dólares más entre ambos para que queden terminados. Hasta ahora, el equipo detrás del Telescopio Gigante de Magallanes ha recaudado unos 600 millones de dólares de sus socios y busca una cantidad equivalente de la Fundación Nacional de Ciencias.
Astrónomos estadounidenses tienen instrumentos en el espacio, como el Telescopio Espacial Hubble y pronto su sucesor, el Telescopio Espacial James Webb. Pero el Hubble se está quedando obsoleto, y el telescopio Webb pasará varios meses desplegándose en el espacio una vez que alcance la órbita en el 2021.
La necesidad de telescopios terrestres gigantes se hizo evidente para los astrónomos estadounidenses hace 20 años. El proyecto Treinta Metros se originó en el Instituto Tecnológico de California y en la Universidad de California, y ha crecido para incluir a Canadá, Japón, China e India. El Gigante de Magallanes empezó en los Observatorios Carnegie y ahora incluye a varias universidades e institutos de investigación, así como a Corea del Sur, Australia y el Estado de São Paulo, en Brasil.
Dos telescopios, uno en el Norte y otro en el Sur, se complementarían. Hasta ahora, ninguno de los dos ha podido reclutar al Gobierno de EE. UU. como socio. En el 2018 los dos grupos acordaron hacer causa común ante el panel de la Academia y la comunidad astronómica.
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Como dijo entonces Matt Mountain, presidente de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía, “ambos proyectos finalmente se dieron cuenta de que están siendo aplastados por el europeo de 39 metros”.
Pero el equipo de Treinta Metros aún no ha hecho las paces con los manifestantes de Hawai.
Hace poco, el equipo consiguió un permiso para construir en su sitio alternativo para el telescopio, en La Palma, en las Islas Canarias de España. Pero esa montaña sólo tiene la mitad de la altura de Mauna Kea, lo que dejaría más atmósfera y vapor de agua entre los astrónomos y las estrellas. Una organización ambientalista, Ben Magec, ha prometido luchar contra el telescopio, diciendo que la zona está repleta de artefactos arqueológicos. Además, sacar el telescopio de suelo estadounidense sólo complicaría la obtención de fondos de la Fundación Nacional de Ciencias.
En el 2003, cuando los esfuerzos por los telescopios gigantes apenas comenzaban, el astrónomo Richard Ellis dijo: “Va a ser realmente muy difícil construir incluso uno de estos”. No sabía cuánta razón tenía.
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