El vino más buscado está en China, con un valor de 300 dólares
- Amy Qin
Durante siglos se ha elaborado vino de uvas en China, pero nunca fue tan popular como otras bebidas y el país no ha sido conocido por su vitivinicultura.
PENGLAI, China — En China, las historias sobre el Château Lafite Rothschild son tan tristemente célebres como tan legendaria es la región vinícola de Burdeos.
Hay relatos de acaudalados empresarios chinos bebiendo Lafite mezclado con Sprite. O la vez que un funcionario chino presuntamente dijo que por lo menos la mitad del Lafite vendido en China era falso.
Pero ahora, Domaines Barons de Rothschild (Lafite), la compañía detrás del famoso nombre, es el productor de un vino de clase mundial producido enteramente en China.
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En septiembre, Lafite lanzó su primera añada de uvas cosechadas en Domaine de Long Dai, su finca en la provincia de Shangdong, en la China costera.
Durante siglos se ha elaborado vino de uvas en China, pero nunca fue tan popular como otras bebidas y el país no ha sido conocido por su vitivinicultura.
“Cuando empecé a hacer visitas, muchos de los coleccionistas de alto rango decían, ‘nunca vamos a beber vino chino’”, dijo Saskia de Rothschild, sucesora de su padre al convertirse en presidenta del consejo de Lafite el año pasado. “Ese es realmente la apuesta que estamos haciendo: elaborar un vino de alta calidad que pueda ser un orgullo para los chinos”.
La añada 2017 de Domaine de Long Dai es una mezcla de uvas cabernet sauvignon, cabernet franc y marselan. Marselan es una cruza entre cabernet sauvignon y grenache que es popular entre los bebedores de vino chinos.
Con 30 hectáreas de viñedos, la producción en la hacienda es modesta. Sólo se venderán 2 mil 500 cajas de la añada, principalmente en China.
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Las botellas del Long Dai 2017 cuestan 2 mil 388 renminbi, o unos 335 dólares. Eso es comparable con una botella de Baijiu de primera calidad, un licor de grano conocido como la bebida nacional china, aunque muy por debajo del precio de algunas añadas más antiguas de Château lafite Rothschild, que pueden venderse en cientos de miles de dólares.
El vino del 2017 es la culminación de un proyecto que inició hace 10 años, cuando la marca Lafite estaba en la cumbre de su popularidad en China.
Se ha empleado “lafite” en los nombres de complejos de departamentos y restaurantes chinos, dijo Jim Boyce, fundador del Grape Wall of China, un blog en inglés sobre el vino chino. “Está vinculado con la idea de la calidad de un estilo de vida”, explicó Boyce.
Sin embargo, un buen número de vinos chinos de alto rango han surgido en la última década, incluyendo Legacy peak, en Ningxia, y Ao Yun, elaborado de uvas cultivadas en las faldas de las montañas en Tibet y propiedad de LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton, el grupo de lujo más grande del mundo.
“Me parece extraño el momento en que se da”, dijo Boyce respecto al lanzamiento de Long Dai. “Se siente como parte de una tendencia que ya vivió su momento”.
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En Penglai, hay grandes esperanzas de que la bodega impulse el desarrollo de un área turística similar al Valle de Napa, en California. De hecho, ya han aparecido un desarrollo llamado Napa Village y un palacete de inspiración francesa cerca de allí.
En una tarde reciente en Mulangou, una aldea a unos pasos de Long Dai, los residentes aclamaron a la bodega Lafite por crear empleos. Pero cuando se le preguntó si bebería el vino, Huang Chuanjun, de 70 años, negó con la cabeza.
“¡Es más caro que el oro!”, dijo Huang. “Yo no gastaría ni 100 renminbi en él. Además ni puedo distinguir la diferencia de todos modos”.
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