Desalojos alcanzan niveles récord en San Francisco
- Thomas Fuller
“Dicen que la economía va bien, pero la gente no puede pagar la renta”, señaló Roy Cordeiro, propietario de una firma que entrega notificaciones de acción legal.
![Kim Hansen y su novio, John Hebbring, han ganado unos mil 600 dólares entregando avisos de desalojo. Foto / Jim Wilson/The New York Times.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2020/02/26/ref_07_homeless_2-1_0.jpg)
Kim Hansen y su novio, John Hebbring, han ganado unos mil 600 dólares entregando avisos de desalojo. Foto / Jim Wilson/The New York Times.
SAN FRANCISCO — Tras dos meses de no pagar la renta, llegó la llamada a la puerta que la familia había esperado con angustia. El desalojo traía la posibilidad de indigencia luego de meses de vivir al borde.
Pero lo que no sabían era que el hombre que entregaba los documentos de desalojo, John Hebbring, era indigente él mismo.
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“Créeme, vemos la ironía”, dijo Hebbring, cuyo trabajo es entregar avisos de desalojo con su novia, Kim Hansen. Viven en un campamento para indigentes hacinado y lleno de basura, en una casa rodante de 50 años de edad infestada por ratas.
El predicamento de la pareja ofrece una medición de lo extensa que se ha vuelto la crisis de la indigencia en California. Los desalojados están realizando los desalojos.
Se trasladan principalmente vía transporte público, con un montón de documentos. En algunos casos, pueden dejar los avisos sujetos a las puertas. En otros, se les requiere colocarlos directamente en las manos de los destinatarios. “Simpatizo con su situación porque sé cómo es la mía”, dijo Hansen.
La pareja ha ganado unos mil 600 dólares desde que empezaron el trabajo en septiembre, apenas suficiente para pagar la comida. Hansen halló el trabajo en línea.
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La indigencia en California ha alcanzado niveles récord; el gobernador está requisando ferias y hospitales cerrados para alojar a las más de 150 mil personas sin hogar, dos tercios de quienes viven en las calles.
Carolyn Gold, directora de litigación y políticas en Eviction Defense Collaborative, calcula que hay unos 3 mil desalojos al año tan sólo en San Francisco.
Roy Cordeiro, propietario de una firma que entrega notificaciones de acción legal en el área de la bahía de San Francisco, dijo que el número de avisos de desalojo que entrega ha subido de un par cada semana a un par todos los días.
“Dicen que la economía va bien, pero la gente no puede pagar la renta”, señaló.
Una noche fría reciente, Hebbring y Hansen fueron a Hunters Point, un barrio de clase obrera al borde sur de la ciudad. Hebbring tocó a la puerta del departamento señalado en los documentos. Cargaba una pequeña cámara digital por si nadie contestaba y necesitaba evidencia de que había pegado los papeles a la puerta con cinta adhesiva.
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Una mujer abrió. Hebbring leyó en voz alta el nombre indicado en los documentos. “Soy su madre”, dijo la mujer.
El departamento, que era sujeto al control de rentas, se alquilaba en 135 dólares al mes, una suma minúscula considerando los estándares de San Francisco, donde la renta promedio es de más de 4 mil dólares. Se ordenó a la inquilina pagar la renta de dos meses, 270 dólares, o irse en espacio de tres días.
“Ha estado pasando por muchas cosas”, dijo la mujer acerca de su hija. “Estamos tratando de evitar que se quede sin hogar”.
Hansen dijo que se pregunta cuántas personas a las que entregan papeles terminan indigentes. Quizá las verá en las calles algún día.
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