De Hedonista a pastelero con estilo
Noel Fielding, de 46 años, refrena en cierta medida su estilo alocado en el programa para evitar desviar la atención de los pasteleros. Aun así, hay resúmenes dedicados a sus coloridos atuendos.
- Eleanor Stanford
- - Publicado: 11/11/2019 - 06:00 pm
LONDRES — Noel Fielding hizo una pausa ante una caricatura de Amy Winehouse. “Yo solía juntarme con ella”, dijo, mientras miraba el dibujo en el Museo de la Caricatura. “Es tan triste. Dios, si yo hubiera muerto a los 27 años, me habría perdido de tantas cosas”.
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Por allá de mediados de la década del 2000, cuando él y Winehouse estaban sumergidos en la escena parrandera y saturada de drogas del norte de Londres, Fielding, un comediante, jamás habría pronosticado la forma en que pasa la mayoría de su tiempo hoy en día: como conductor del programa “The Great British Baking Show” y conviviendo con su hija. “En cierto modo mejora con la edad, de una forma rara”, dijo. “Me recuerda a una persona diferente, de verdad”.
Cuando Fielding firmó contrato hace algunos años para ser conductor de “The Great British Baking Show” (conocido como “The Great British Bake Off” en Gran Bretaña), aún era famoso como esa persona hedonista: el gótico más encantador de Gran Bretaña; un modelo a seguir para los bichos raros de todas partes, gracias a su programa “The Mighty Boosh”; un consentido de la escena artística independiente que usaba capas, maquillaje y lentejuelas en televisión.
A diferencia de los programas que Fielding frecuentaba, “Baking Show” se ha transmitido antes del corte de las 21:00 horas para “contenido ofensivo” en la televisión británica, al crear un mundo en colores pastel apropiado para todas las edades. Después de siete temporadas, la serie se trasladó de la BBC a la cadena Channel 4 y reemplazó a las conductoras, Mel Giedroyc y Sue Perkins.
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La contratación parecía una decisión audaz de Channel 4, pero con un público más joven que la BBC, los ejecutivos parecían tener la esperanza de que Fielding le aportara un poco de atrevimiento al programa.
En su primer día de grabación, él y su coconductora, Sandi Toksvig, sintieron como si fueran “al patíbulo”, dijo Fielding.
Para Fielding, sus gustos más vanguardistas parecían no concordar con estar al frente de un popular programa de televisión de realidad. Pero adoraba “The Great British Baking Show”, tras haberse convertido en fan cuando vio una temporada entera en una sesión maratónica durante una cruda. Eso, en combinación con el atractivo de trabajar con Toksvig, lo convenció de aceptar el empleo.
Tres temporadas después, los fans de “Baking Show” los han aceptado a él y a Toksvig con creces.
Los sketches iniciales se han vuelto más curiosos y las charlas con los pasteleros se han llenado de comentarios de doble sentido y chistes sobre sexualidad, pero los productores se aseguran de que todo caiga dentro del mundo seguro y cómodo del programa.
Fielding, de 46 años, refrena en cierta medida su estilo alocado en el programa para evitar desviar la atención de los pasteleros. Aun así, hay resúmenes dedicados a sus coloridos atuendos. “Es positivo para los chicos que usan maquillaje y no son gente común y corriente”, dijo.
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En la calle, Fielding posaba para fotografías en un gigantesco abrigo de piel rosa y amarillo.
“Ah, perdón, ¿es esta su pared?”, les preguntó a dos trabajadores de la construcción que enrollaban cigarros a unos metros de distancia. Levantaron la mirada, con sonrisas pícaras, y uno dijo, “No, amigo, no hay problema. Continúa”. Y así lo hizo.
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